AUNQUE se pensaba que estaban listas las coaliciones que participarán en las consultas interpartidistas el próximo marzo, esta semana se demostró completamente lo contrario. En efecto, muchos han sido los movimientos políticos de los últimos días y estos serán determinantes en la ruta hacia la primera vuelta presidencial.
Como se sabe, las consultas interpartidistas se verificarán el mismo día de las elecciones parlamentarias. De tal manera, los precandidatos en cada una de las consultas serán los que jalonen a los aspirantes al Congreso y estos, así mismo, serán definitivos en los resultados de las candidaturas presidenciales.
El primer movimiento se dio por parte del aspirante del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, luego de que le fueran enviadas dos cartas para que ingresara a la coalición de Equipo por Colombia, después de que uno de los precandidatos integrantes de la misma, Alex Char, se mostrara en desacuerdo con su entrada, aunque dijo que se sometería a la decisión mayoritaria de ese bloque político.
Efectivamente el Centro Democrático se mostró sorprendido con el tema y en una primera instancia dijo que si así eran las cosas, no participarían de la coalición. Fue por ello que le fueron remitidas dos cartas por parte de miembros del Equipo por Colombia, insistiéndole en su ingreso.
La primera misiva fue del aspirante por firmas, Federico Gutiérrez, invitándolo a reconsiderar su negativa. Esta se había producido el fin de semana pasado, en Barranquilla, cuando Zuluaga, acompañado por el expresidente Álvaro Uribe y los principales dirigentes de esa organización política, dijeron sentirse maltratados y sin garantías para entrar en la coalición.
La segunda carta fue enviada por el senador y candidato conservador, David Barguil, pero igual que con la de Gutiérrez, Zuluaga se mostró reacio a participar y dejó en claro que se iba solo hacia la primera vuelta.
De hecho, Zuluaga contestó en una carta enfatizando que su propósito era hacer una coalición con la gente, sin recurrir a mecánicas electorales, pero no cerró la puerta para hablar después de las elecciones parlamentarias o transcurrida la primera vuelta, el próximo mayo.
El punto, en todo caso, es que el escenario del Centro Democrático se muestra bastante diferente a lo acontecido en 2018. En esa oportunidad, este partido y el Directorio Conservador suscribieron un acuerdo para hacer una consulta de la que saldría un candidato único de esa alianza. Así las cosas, el candidato uribista hacia la consulta fue el hoy presidente Iván Duque y en el mismo evento participaron dos dirigentes de origen conservador: la actual vicepresidenta Marta Lucía Ramírez y el exprocurador Alejandro Ordóñez.
En esa ocasión, este bloque representaba, del mismo modo, el No en el plebiscito al acuerdo de La Habana entre el presidente Juan Manuel Santos y las Farc y llevaba la vocería de la oposición al gobierno de turno.
Con ese viento de cola, Duque obtuvo en la consulta interpartidista más de cuatro millones de votos, casi triplicando a Ramírez (cerca de 1.500.000) y rezagado quedó Ordóñez, con un poco más de 357 mil.
En todo caso la votación por esa consulta fue, en no poca medida sorpresiva, llegando a los seis millones de votos y catapultando al Centro Democrático hacia la primera vuelta.
Ahora, ese partido, de acuerdo con la decisión de Zuluaga, no recurrirá al mismo mecanismo y se irá directamente a la ronda electoral de mayo.
Frente a lo ocurrido con Duque queda la expectativa de lo que pueda suceder en ese nuevo escenario ya que, actualmente, el Centro Democrático está en el gobierno y no en la oposición como en ese entonces.
Efectivamente, en las elecciones parlamentarias el Centro Democrático obtuvo dos millones y medio de votos, y al mismo tiempo Duque en la consulta logró una cifra mayor que la de su propia colectividad.
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Otra diferencia consiste en que la lista parlamentaria de esa época al Senado de la República estaba encabezada por el propio expresidente, quien esta vez se ha marginado de esa posibilidad para atender su proceso judicial. Sin embargo, a Uribe se le ha visto bastante activo en la campaña, tanto la presidencial como la parlamentaria, aunque esta vez no lo haga en nombre propio, sino como jefe natural de ese partido.
Hoy el Centro Democrático cuenta con 20 curules en el Senado y eso se debió, en parte importante, a que Uribe obtuvo 875 mil votos y la lista, directamente, 550 mil.
Al mismo tiempo, en la coalición de Equipo por Colombia, a la renuncia del precandidato Juan Carlos Echeverry se sumó la de Dilian Francisca Toro, directora de La U. Pero en paralelo a su dimisión, su partido avaló la precandidatura del exalcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa. Sobre el tema, Peñalosa sostuvo que no hay coaliciones de izquierda o de derecha, sino de los que han ejecutado bien y los que solo hablan. Defendió a la mencionada coalición como un grupo de personas que han mostrado resultados en diferentes partes del país y cuyo propósito es, precisamente, poner su experiencia en favor de los intereses de todos los ciudadanos.
De otro lado, Gutiérrez invitó a la coalición al candidato del Movimiento de Salvación Nacional, Enrique Gómez Martínez, y ante esta posibilidad sostuvo que estaba bien tomarse uno o varios tintos para sopesar esta alternativa, aduciendo en todo caso que lo importante no es la mecánica electoral, sino puntos de encuentro programáticos. Pero no ha tomado decisión al respecto. Salvación Nacional cuenta, así mismo, con una lista a Senado, encabezada por José Miguel Santamaría.
En estas condiciones, la coalición de centro-derecha del Equipo por Colombia, sin el Centro Democrático en la alianza, quedó integrada por Federico Gutiérrez, Alex Char, Enrique Peñalosa, David Barguil y Aydeé Lizarazo, candidata del partido cristiano MIRA, quien también había ingresado hace algunos días.
De acuerdo con consultas de EL NUEVO SIGLO con diferentes candidatos de este bloque, la aspiración es conseguir no menos de cinco millones de votos. Lo que no se sabe es cuál será el aspirante que pueda convertirse en el candidato único.
En ese sentido hay tres candidatos que, aparte de lo que puedan hacer para buscar el voto independiente, están avalados por partidos. Son ellos, David Barguil, conservador; Peñalosa, Partido de la U y Lizarazo, del MIRA. Los otros respaldan su aspiración con firmas, en cabeza de Gutiérrez y Char.
Sobre la base anterior, el Partido Conservador aspira a incrementar los dos millones de votos que obtuvo en las elecciones parlamentarias de 2018. Es la cantera con la que igualmente cuenta Barguil para respaldar su aspiración. Igualmente, ocurre en el partido de La U, que sacó algo menos de votos y curules que los conservadores, con el candidato Enrique Peñalosa. Y Lizarazo aspira a que su lista parlamentaria crezca más allá de los 500 mil votos anteriores.
De otra parte, Alex Char, pese a ser un candidato por firmas, tiene su origen político en el partido Cambio Radical, que todavía no ha tomado ninguna decisión. Igualmente, sectores del Partido Liberal de la Costa Atlántica han dejado entrever que podrían apoyarlo, pero el jefe de esa colectividad, el expresidente César Gaviria, no ha dicho nada al respecto.
Así mismo, Federico Gutiérrez es un candidato independiente, pero siendo originario de Antioquia tiene un electorado con vasos comunicantes con el Centro Democrático. De hecho, se mantiene el interrogante de si, marginado Zuluaga de la consulta, electores de este partido puedan votar en la misma por Gutiérrez. Si bien ello podría caer en el escenario de la doble militancia, tampoco es posible impedir que cualquier elector vote en las consultas interpartidistas por quien bien quiera.
Centro Esperanza
Pero si los movimientos en torno al Equipo por Colombia fueron amplios, no menos ha venido ocurriendo con la coalición Centro Esperanza.
En efecto, la candidatura de la excongresista Ingrid Betancourt esta semana, removió el tablero de esta alianza de centro-izquierda. Betancourt se presentó como una de las principales cartas femeninas de la campaña presidencial y fue avalada por su propio partido, Verde Oxígeno, al que se le renovó su personería jurídica por efectos de que la propia Ingrid había sufrido un prolongado cautiverio, por parte de las Farc, que había impedido el desarrollo de su colectividad.
Ha dicho Betancourt, con base en su proyección de centro, que “en su corazón caben tanto Uribe como Santos”. De suyo, escribió un reciente libro con el último, donde relatan sus experiencias políticas y comparten su visión positiva sobre el proceso de paz con las Farc.
Con Betancourt son siete los candidatos de la coalición Centro Esperanza a presentarse en la próxima consulta interpartidista: el exgobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, también avalado por el partido Verde Oxígeno, igual que el exgobernador de Boyacá, Carlos Amaya; por el partido Dignidad, el exsenador Jorge Enrique Robledo; por el Nuevo Liberalismo, Juan Manuel Galán; por el Movimiento en Marcha, el exministro Juan Fernando Cristo y, por firmas, el también exministro Alejandro Gaviria. Inclusive al exministro de Ambiente y representante de los afrodescendientes, el exgobernador del Chocó, Luis Gilberto Murillo, se le cerró la puerta a última hora y hubo de lanzar su candidatura hacia la primera vuelta.
Lo último, al parecer, es que algunos miembros de esta coalición están preocupados por el número de precandidatos. De hecho, Juan Manuel Galán propuso al respecto que solo debía darse la posibilidad a tres candidatos y el resto marginarse, para poder realizar una consulta de mayor alcance, que verdaderamente llegue a la gente.
En todo caso la incursión de Betancourt en la campaña pone en su cabeza el diferencial femenino que, dicho por los mismos miembros de la coalición, hacía falta.
Por su parte los miembros de esta coalición y sus partidos, nunca han ido a una consulta. En efecto, lo que se hizo en 2018 fue una alianza entre el movimiento de Sergio Fajardo y el partido Verde, que llevó la representación de la hoy alcaldesa de Bogotá, Claudia López, como vicepresidenta. Así llegó Fajardo a la primera vuelta, con más de cuatro millones y medio de votos, disputándole al senador Gustavo Petro el paso al balotaje, perdiendo solo por 300 mil votos.
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En esa época Fajardo decidió, para la segunda vuelta, pedir a sus electores el voto en blanco y Petro siempre le ha recriminado por ello. No obstante, Fajardo ha insistido, de nuevo, en que de no pasar en esta oportunidad a la segunda vuelta, no votaría por él.
Sin embargo, las cosas parecerían presentarse de otra manera a Fajardo para la campaña presidencial actual. La tesis de Galán, expuesta a fines de esta semana, trata precisamente de que se pueden estar dispersando los votos en la propia coalición y no se está logrando un mensaje único.
Por el momento no se sabe si esa propuesta sobre el número de candidatos en esta coalición será motivo de un acuerdo, pero en todo caso Fajardo ha dejado entrever que está cansado de tantas reuniones sobre mecánica electoral, en vez de estar haciendo proselitismo en las calles y la plaza pública.
Pacto Histórico
Por su parte en esta semana el líder de izquierda, Gustavo Petro, que lidera las encuestas, inscribió su candidatura presidencial, luego de regresar de una gira por Europa, donde incluso fue recibido por el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez. Al tiempo que sumó adhesiones liberales a su aspiración, se da por descontado que será el candidato único de esta coalición, puesto que todos los pronósticos y los sondeos lo dan como triunfador.
Pero al mismo tiempo la candidatura de la líder social Francia Márquez, una de las cuotas femeninas de la alianza de izquierda, ha venido tomando fuerza. Esto para señalar que no se descarta que ella sea la fórmula vicepresidencial de Petro, una vez inscritos para la primera vuelta.
Al mismo tiempo, el Pacto histórico compite con una lista cerrada al Senado de la República, donde se aglutinaron los diferentes partidos de izquierda y esperan sacar, como mínimo, 15 congresistas, muchos de los cuales ya ocupan un escaño en el Parlamento.
En la consulta interpartidista de 2018, Petro compitió con el hoy gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, logrando más de dos millones 800 mil votos.
Mientras se desenvuelven este tipo de movimientos en las coaliciones, el candidato independiente Rodolfo Hernández ha dicho que mantendrá su aspiración hacia la primera vuelta, sin recurrir a este tipo de mecanismos, pero aceptando alianzas.
En ese mismo escenario quedaron el candidato del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga; el del Movimiento de Salvación Nacional, Enrique Gómez Martínez, y el independiente Luis Gilberto Murillo, representante de las comunidades étnicas y de Colombia Renaciente.
Por su parte, dentro de las coaliciones fueron muchos los movimientos de esta semana, pero del mismo modo no se descartan que se sigan produciendo otros ajustes en los días venideros.