La directora del ICBF, Juliana Pungiluppi, dijo que ese tipo de represión ya no debería ser un método de crianza en Colombia. El proyecto prohibirá toda forma de trato cruel, humillante o degradante
Si bien el Código de la Infancia y la Adolescencia dice que los niños deben ser protegidos contra todo tipo de violencia, la gente considera que el castigo físico o humillante no es violencia.
Así lo manifestó a través de un comunicado divulgado ayer la Alianza por la Niñez Colombiana, conformada por 20 organizaciones, señalando que de hecho el 85% de los hogares declara que en su casa esta práctica subsiste.
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“La ley tiene por objetivo regular el comportamiento de las personas dentro de una sociedad. Ante los altos índices de violencia contra los niños debemos crear acciones afirmativas como esta ley de prohibición de castigo físico. Prohibir explícitamente, plasmar positivamente en una ley, que ni una palmada es justificable en contra de los niños y las niñas, es el primer paso para dejar de justificar la violencia en su contra. Las personas adultas consideran violentísimo que les propinen una palmada, un coscorrón o el encerramiento, pero cuando es en contra de la niñez lo consideran educativo. Hay que prohibir explícitamente para abrir caminos para la pedagogía hacia el cambio”, explicó la Alianza.
Proyecto
El tema cobró vigencia a comienzo de este mes cuando, a propósito de la aprobación en Francia de una ley que prohíbe el castigo físico a los niños, la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Juliana Pungiluppi, dijo que ese tipo de represión ya no debería ser un método de crianza en Colombia y anunció la radicación, junto con organizaciones de la sociedad civil, de un proyecto de ley en el mismo sentido.
Según Pungiluppi, la iniciativa le apunta a reformar el artículo 262 del Código Civil, en el que se les da el aval a los padres o tutores de un niño de “vigilar su conducta, corregirlos y sancionarlos moderadamente”.
En el documento publicado ayer, la Alianza por la Niñez Colombiana advirtió que desde 2017 ha enfocado sus esfuerzos en un proyecto para que la eliminación de toda forma de castigo físico y tratos crueles, humillantes o degradantes a niñas, niños y adolescentes sea una realidad en Colombia, y para que en su lugar sea sustituido por prácticas parentales y de crianza positivas, libres de violencia.
En este proceso de dos años, de iniciativa de la Alianza, muchas manos y muchas voces que articulan Estado, sociedad civil y academia se han unido en torno a este propósito, uno de cuyas acciones es la propuesta de una ley específica que prohíba toda forma de castigo físico y tratos crueles, humillantes o degradantes a niñas, niños y adolescentes.
Como parte del proceso llevado a cabo para ello, vale la pena destacar las consultas realizadas con 65 operadores del ICBF y con el Comité Consultivo Asesor de Niñas, Niños y Adolescentes del ICBF, así como el trabajo mancomunado hecho con el ICBF y la academia. El proyecto de ley para que Colombia se ponga al día con los mandatos en derechos humanos y niñez y prohíba en todos los ámbitos el uso de cualquier tipo de castigo físico y trato humillante se espera sea radicado en la próxima legislatura de 2019.
Iniciativa
Esta iniciativa ha trasegado este camino de la mano de adolescentes, 928 niños encuestados, 67 operadores y funcionarios públicos sensibilizados, la academia, dos congresos y muchos servidores públicos que han puesto todo su interés en esto.
Pungiluppi inició su gestión conformando un grupo técnico que, con la Alianza por la Niñez, tienen listo el proyecto para radicarlo en el Congreso en esta próxima legislatura.
Según el Comité de Derechos del Niño, en la Observación General N° 8, adoptada en 2006, “cualquier castigo en el cual se use la fuerza física y se pretenda causar algún grado de dolor o incomodidad, por muy leve que sea. La mayoría de los casos consisten en golpear a los niños, con la mano o con un implemento –un látigo, un palo, un cinturón, un zapato, una cuchara de madera, etcétera–. Pero también pueden aplicar acciones como patear, sacudir, lanzar, pellizcar, morder, tirar del cabello o de las orejas, obligar a los niños a permanecer en posiciones incómodas, ardor, escaldadura o ingestión forzada (por ejemplo, lavado de boca de los niños con jabón o forzarlos a tragar especias, como el picante)”.
Precisó la Alianza que el castigo físico y humillante es la forma de violencia más usada en contra de los niños y de las niñas en todo el mundo. Este tipo de violencia se diferencia del maltrato porque el uso de la fuerza se da para hacerle vivir al niño una experiencia de dolor, sin causar una herida, o al menos no visible.