El Chocó es el único departamento de Colombia con costas en el Pacífico y en el Atlántico. Es reconocido por sus riquezas tanto en platino como en oro; sin embargo, es difícil no asociarlo con abandono de parte del Estado. Por estos días cumple 75 años desde que hizo esa transición de intendencia a departamento, y al parecer los mejores tiempos de esta región del país quedaron en el pasado.

Este departamento, hace 200 años, era una provincia autónoma que incluso llegó a tener su propia Constitución. Pero en 1824 el Chocó se anexó al Cauca como una manera estratégica de defenderse de los intereses que tenían Antioquia, Bolívar y Panamá de anexar este territorio a sus provincias.

Luego el Cauca y Antioquia generaron cinco guerras civiles que marcaron un proceso hacia la desintegración de lo que se llamaba el Gran Cauca, y esto fue clave para que el Chocó tuviera autonomía.

De esta manera Nariño se convirtió en departamento en 1904 y un año después se creó la intendencia nacional del Chocó. Así lo recuerda el escritor chocoano José E. Mosquera. “También en ese año se crea el departamento de Caldas, que fue producto de una negociación entre el gobierno de Reyes y los gobiernos de Cauca y Antioquia, con el fin de que se convirtiera en una especie de ‘tapón’ para evitar los conflictos entre caucanos y antioqueños”.

De esta manera Caldas es creado con la provincia de Marmato y Riosucio, que pertenecían al Cauca, y las provincias del sur de Antioquia que en ese entonces era Manizales. En el artículo cuarto de la ley que lo crea dice: “segréguese la banda oriental del río Atrato y agréguese a Antioquia”. “Es decir, el Chocó fue desmembrado antes que jurídicamente comenzara a funcionar como intendencia”, explicó Mosquera.

“En ese sentido, Antioquia jugó un papel trascendental ya que apoyó la autonomía del Chocó, pero con el claro interés de que ellos lograran tener salida al Golfo de Urabá y así los antioqueños aprovecharon esta situación con el fin de tener salida al mar”, indicó el escritor.

El sueño de ser departamento

Con el fin de defenderse del proceso de desmembración que había comenzado con la segregación de la banda del río Atrato, consideran que la mejor forma es convertirse en departamento y, para esto, según cuenta Mosquera, definen dos proyectos: uno de producción y otro educativo.

El educativo consistió en preparar una clase dirigente que fuera la que manejara al futuro departamento. En cuanto al proyecto productivo, se introdujeron en el Chocó cultivos como el del arroz y el cacao, y de este último fruto se convirtió en el primer productor del país. “También señalaban que debían tener un puerto en Bahía Solano, porque para ellos, desde esa época, tenían claro que el futuro del mundo iba a estar en el Pacífico”, remarcó el escritor.

Según narra Mosquera, el Chocó, de manera efímera, se convierte en departamento en 1908, cuando el presidente conservador Rafael Reyes modificó toda la estructura de la división política de Colombia y quedaron establecidos 32 departamentos. De esta manera nació el departamento de Quibdó. Sin embargo, al caer Reyes se vuelve a la antigua división política y el Chocó vuelve a ser intendencia.

Le puede interesar: Perspectiva. Arreglaron ‘vía de la muerte’ con ingenieros militares

Vuelve la lucha de los chocoanos

En 1918 el presidente conservador Marco Fidel Suárez viajó al Chocó, negoció con los chocoanos y presentó por primera vez el proyecto de creación del departamento. Pero la iniciativa se hundió porque la región no contaba con los requisitos poblacionales ni las rentas para ser departamento. “Entonces se le crea un auxilio a la intendencia del Chocó para que tenga la cantidad de renta. Después de eso vino la bonanza del platino, en 1918, durante la Primera Guerra Mundial, y esta intendencia se dispara en materia económica. Viene una bonanza económica por la explotación de ese metal y eso le permite tener las rentas para ser departamento y se crean unos comités que comienzan a luchar de nuevo por ese sueño”.

Luego, en 1922, el Partido Liberal, en su convención de Ibagué, habló de la necesidad de que el Chocó fuera departamento, pero el candidato liberal, que era Benjamín Herrera, perdió las elecciones y esta bancada no le pudo cumplir a los chocoanos.

Cuando surge la República Liberal, en 1930, comenzó otra etapa de lucha por crear el departamento. En ese periodo surgen dos grupos: el de los Leopardos, donde está Eliseo Arango, que viene a ser, junto con el Nacionalista, de Mariano Ospina Pérez, la clave para hacer mayorías con el fin de modificar la Constitución para que el Chocó pueda ser departamento. En esa lucha se modificó la Constitución en 1944, en el gobierno de Alfonso López Pumarejo, con el apoyo del sector Conservador.

Se consolida el sueño

Cuando se reforma la Constitución es Augusto Ramírez Moreno, del grupo de los Leopardos, quien presenta el tercer proyecto para la conformación del departamento del Chocó. “Meses después Diego Luis Córdoba y Adán Arriaga presentan otro proyecto que se fusiona con el de los conservadores y se da todo el proceso de discusión para crear el departamento durante el gobierno de Mariano Ospina Pérez”, resaltó Mosquera.

“Cuando se presenta el proyecto de ley en el gobierno, Ospina pide un informe sobre cómo va el proceso de la creación del departamento y quien lidera la bancada de Ospina en el Congreso es Eliseo Arango, el hombre clave porque fue quien controló la bancada de gobierno para que aprobaran la creación del departamento del Chocó”, afirmó el escritor

Por último, la votación fue de 83 votos a favor contra 17 votos. En ese contexto se creó el departamento del Chocó.

De esa manera, toma las riendas como primer gobernador encargado del nuevo departamento quien fuera el intendente Leónidas Pretelt Mendoza. Luego el primer gobernador en propiedad fue Adán Arriaga Andrade, quien había empujado el proyecto en el Congreso.

Como consecuencia de todo este proceso, entre 1905 y 1947 el departamento del Chocó perdió 25 mil kilómetros cuadrados.

Hoy en día, 75 años después, la lucha de los chocoanos es por sacar su departamento con 30 municipios de la pobreza, debido al olvido de un Estado que siempre le ha dado la espalda.