A las aspiraciones seguras que vienen de 2018, se han ido sumando otros nombres, no todos con la suficiente fuerza electoral, pero la política, y más la colombiana, siempre está llena de sorpresas

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La campaña presidencial para 2022 está a año y medio de arrancar en forma. Si bien es cierto que al presidente Iván Duque la faltan cuatro meses para cumplir la mitad de su mandato, es previsible que en último trimestre de 2021 muchos precandidatos ya estén compitiendo de cara a ganarse el tiquete de su respectiva colectividad, incluso pensando en participar de consultas interpartidistas en marzo siguiente, como ocurrió en 2018, en una estrategia que terminó siendo determinante para el resto de la carrera por la Casa de Nariño.

En ese orden de ideas, es evidente que el partidor de aspirantes a la sucesión de Duque ya empieza a llenarse. De hecho, como todo el país lo sabe, desde la anterior campaña ya hay nombres fijos: Gustavo Petro, Sergio Fajardo y la hoy vicepresidenta Marta Lucía Ramírez. A ellos se suma el senador del Polo (también precandidato en 2018), Jorge Enrique Robledo, que meses atrás ya puso sobre el tapete sus intenciones para 2022. También hizo lo propio el exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández… Varios observadores agregan a este listado al excanciller, hoy titular de Defensa y exprecandidato uribista, Carlos Holmes Trujillo.

Sin embargo, poco a poco a esa baraja han empezado a asomar, por iniciativa propia o por postulaciones informales de terceros, otros nombres. Incluso algunos de ellos en los últimos dos meses bajo la tesis de que todas las proyecciones que se tenían sobre los que serían los ejes temáticos de la próxima competencia por la Casa de Nariño quedaron ya en segundo plano, puesto que la Presidencia podría definirse ahora entre quienes propongan e impacten mejor al electorado en cuanto a cómo reconstruir el país en todos sus órdenes después de los efectos críticos de la pandemia del Covid-19.

No es esta una circunstancia menor en materia política y electoral. Por el contrario, obliga a los candidatos ya en el partidor, así como a los que quieran lanzarse, a redefinir la confección de sus plataformas programáticas y demás propuestas puntuales. Incluso algunas colectividades podrían empezar a contemplar el análisis de otros perfiles, previendo que la ciudadanía busque un tipo de liderazgo distinto, no tanto en el campo de jefatura política y sí en el de capacidad para gerenciar o continuar el plan de reconstrucción nacional que deje andando este Gobierno. Por ejemplo, si los cálculos preliminares resultan acertados, en cuanto a que el plan de contingencia antiCovid-19 podría demandar 60 billones de pesos, al próximo mandatario le tocará enfrentar una complicada coyuntura fiscal, sobre todo en el campo de la deuda.

El otro sonajero

¿Cuáles son esos otros nombres que empiezan a sonar poco a poco? Por ejemplo, para varios analistas el saliente presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, que termina su tercer y último periodo en octubre próximo, podría convertirse prontamente en una carta fuerte a jugar para 2022. De clara extracción conservadora, el exministro, exembajador y dirigente financiero internacional está en la carpeta de más de una colectividad.

Pero no es el único. En las toldas azules también se menciona con insistencia al exministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, que  sonó en la antesala de los comicios regionales de octubre pasado, cuando algunos lo querían ver de candidato a la Alcaldía capitalina.

Igual ocurre con otro exministro, esta vez de Defensa, y ya con una candidatura presidencial a bordo. Se trata de Juan Carlos Pinzón, hoy al frente de Probogotá, y a quien también le insistieron fallidamente que compitiera por la alcaldía bogotana.

En la centro izquierda, pese a que allí el partidor está muy congestionado, con Petro, Fajardo y Robledo ya en carrera, también hay algunos nombres que se ponen sobre el tapete. Por ejemplo, en las toldas de la Alianza Verde hay quienes consideran que Fajardo no debería ser la única opción. Es allí en donde se mencionan como posibles precandidatos a dos exsenadores y, paradójicamente, exgobernadores del mismo departamento, Nariño. Se trata de Antonio Navarro y Camilo Romero.

Y hablando de exgobernadores, también se habla de una posible aspiración –incluso vicepresidencial- de la exgobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, que sonó semanas atrás para ingresar al gabinete ministerial por La U. Otros exmandatarios, esta vez alcaldes, que también se dice estarían evaluando sus posibilidades de ir por la Casa de Nariño, así sea como fórmulas vicepresidenciales, son Federico Gutiérrez y Alejandro Char, que en diciembre pasado entregaron las riendas de Medellín y Barranquilla, respectivamente.

Pero desde la academia también asoman posibles aspirantes. Por ejemplo, esta semana se conoció que un senador liberal está empezando a impulsar el nombre del exministro y actual rector de Los Andes, Alejandro Gaviria, quien, sin embargo, ayer dijo no saber nada al respecto ni estar interesado en el tema.

El listado no termina ahí. De hecho hay varios senadores uribistas, de La U y conservadores que analizan posibles precandidaturas. Incluso también hay quienes consideran que el ex vicepresidente y excandidato Germán Vargas podría analizar la opción de lanzarse para suceder a Duque, aunque en estos momentos está dedicado a actividades profesionales privadas y tira línea política como columnista. Hasta se habla de uno o dos ministros (as) del actual gabinete a los que la idea de competir en esta pugna electoral no les disgusta…

Por el momento el país está concentrado en hacerle frente a la crisis sanitaria, pero es claro que la tempranera precampaña presidencial se sigue moviendo por los laditos… Y a medida que pasen los meses, la dinámica política y electoral será más abierta y definitiva, perfilando poco a poco un partidor más reducido y claro.