El desarrollo de políticas públicas de algún calado va más allá de un Gobierno y si una administración logra ser reelegida tiene la posibilidad de llevarla a cabo; sin embargo también es necesario lograr el concurso de acuerdos entre partidos.
Así lo considera Manuel Arenilla Saéz, director del Instituto Nacional de Administración Pública INAP España.
EL NUEVO SIGLO: Usted dice que no se puede separar política y administración pública, ¿qué pasa cuando las entidades son puestas al servicio de la política?
MANUEL ARENILLA SAÉZ: Me refiero desde un punto de vista conceptual y también he dicho otra cosa, y es que hay que delimitar el campo profesional de la administración. Y es un equilibrio muy difícil la política y la administración, pero cada país tiene que diseñar hasta dónde llegan los puestos profesionales y dónde empiezan los puestos de nombramiento público.
Esto es desigual en cada país y en cada momento histórico, lo que es evidente en la experiencia internacional es que sin una administración profesional un país no logra superar los retos que tiene socialmente desde el punto de vista educativo, desde el punto de vista de la salud, desde el punto de vista de los servicios sociales, de las infraestructuras porque un servicio público profesional es el fundamento necesario, es la condición necesaria para crear instituciones fuertes y sólidas.
ENS:En varios países está prohibida la participación de los funcionarios en política, ¿será hilar muy delgado?
MAS: Bueno, cada país regula el sistema de incompatibilidades, en España, por ejemplo, los candidatos que acceden a la política pasan a una situación de servicios especiales, es decir dejan de ser funcionarios de la administración, entonces les reservan el puesto porque los puestos son, digamos, de por vida.
Por ejemplo en la tradición anglosajona, si un funcionario se allega a la política deja la administración, para siempre tiene que dejarla. En otros ámbitos, por ejemplo en el caso de España, los militares no pueden dedicarse a la política, tienen que abandonar la profesión de militar. No sucede así, por ejemplo, con los jueces y fiscales en España, varía por cuerpos, pero lo que este tipo de medidas pone de manifiesto es que debe haber neutralidad, el ciudadano debe tener claro que cuando un servidor público está ejerciendo un poder sobre él prestándole servicios o requiriéndole impuestos o requiriéndole una serie de demandas, tiene que tener claro que éste debe ser neutral, no solo políticamente sino ser ideológicamente por razón de su género, raza, religión, y esto es importante porque el poder que se ejerce sobre el ciudadano es en interés de todos, es un interés general, por lo tanto no un interés de uno.
Y eso a veces cuesta diferenciarlo. La diferencia entre un político y una persona que está ocupando un gobierno es que el político cuando está en la función partidaria debe defender su partido, pero cuando está en una función de gobierno, de administración, debe defender el interés general por encima del de su partido.
ENS: Los periodos de gobierno nacional o regional son cortos en muchas naciones y el nuevo mandatario no siempre continúa programas de su antecesor, ¿qué tanto desestimula esto la función pública?
MAS: No hay ninguna política pública de cierto calado que no dure más de un mandato de una legislatura, no es posible una reforma educativa, una reforma sanitaria, una reforma de infraestructuras, una reforma de la administración pública, una reforma de servicios públicos requiere más de un mandato.
Esto lleva necesariamente a gobiernos más largos, si el gobierno tiene la suerte de salir reelegido tiene posibilidades de llevarlo a cabo.