EL QUINTO ciclo de negociaciones de paz que inició esta semana entre el gobierno del presidente Gustavo Petro y el Eln en México, con la erradicación del secuestro como tema principal en la agenda.
El énfasis que ahora le pone el Estado al asunto, se da en medio de una grave crisis desatada luego del secuestro a Luis Manuel Díaz, padre del futbolista Luis Díaz, entregado 12 días después a una misión humanitaria conformada por la Iglesia y Naciones Unidas; y tras las controvertidas declaraciones del jefe del Eln, alias ‘Antonio García’, en las que justificó el secuestro como un mecanismo para financiar su estructura.
Sobre este tema fueron consultados cuatro expertos en materia de conflicto armado en Colombia, quienes respondieron a EL NUEVO SIGLO que las negociaciones con esta guerrilla, no serían viables si esta organización alzada en armas insiste en mantener los secuestros.
“Es muy difícil y, además contraría lo que ya se acordó en los protocolos firmados en México que fue respetar el Derecho Internacional Humanitario. El secuestro es indudablemente una violación al Derecho Internacional Humanitario… De manera que están incumpliendo uno de los compromisos que ellos mismos contrajeron en los protocolos respectivos”, manifestó el exministro y antiguo negociador de Paz, Juan Camilo Restrepo.
También hizo referencia a las más recientes declaraciones de ‘Antonio García’, quien manifestó que el Eln no hace secuestros, sino prisioneros o retenciones.
“Es un juego de palabras, desde luego inaceptable. Porque como lo dijo Otty Patiño, poniendo los puntos sobre las íes: toda retención con fines extorsivos es un secuestro”, puntualizó.
El exministro fue consultado sobre la posibilidad de que el proceso de paz fracase ante la dificultad de que el Eln sea financiado por el Gobierno y la comunidad internacional.
“Aun si existiera la disponibilidad de recursos no se podrían destinar en este estadio de las negociaciones para subvencionar al Eln. La comunidad internacional no destinará recursos para integrantes del Eln que siguen comprometidos con actos de terrorismo”, apuntó.
Igualmente, dijo que la negociación no será fácil y que el Ejecutivo debe tener una posición vertical y firme ante la guerrilla.
“Al final del proceso, cuando se desmovilicen podrían tener unos apoyos como lo han tenido otros movilizados de las Farc para reincorporarse a labores productivas. Pero antes no”, señaló.
Para mantener las negociaciones abiertas con el Eln, considera que el gobierno debe enfatizar que “una negociación con grupos alzados en armas no es para concederles a este las cosas que pida en una mesa, mucho menos si son descabelladas. La opción es mantener el diálogo, pero a base de la firmeza”.
Las tensiones en la mesa
El promotor de paz y excombatiente del Eln, Carlos Velandia, también consideró como un imposible la prosperidad de cualquier negociación con dicha organización ilegal si mantienen la idea del secuestro como una práctica para lograr financiar su estructura.
“El secuestro es una práctica que rompe cualquier proceso y la demostración está en la crisis que se vive en el actual proceso de paz. La única posibilidad que existe es que el Eln renuncie al secuestro y libere a la totalidad de secuestrados. De esta manera, descargaría de tensiones a la mesa para que esta pueda ocuparse del desarrollo de la agenda pactada”, puntualizó, a la vez que destacó que “sí es posible que el Eln ceda (a las exigencias del Gobierno de dejar de secuestrar), pero se necesita presión positiva”.
Velandia dijo que es posible hacer diálogos sin tregua, apostando, por supuesto, al “desescalamiento” de la organización alzada en armas y del Gobierno, como ocurrió, según sus declaraciones, con la administración de Juan Manuel Santos y las Farc, en medio de la firma del acuerdo de paz.
“Ambas partes desescalan como quien cierra la llave de una estufa de gas: poco a poco”, anunció.
Por su parte, el analista político, Ernesto Borda, aseguró que la decisión del Eln de continuar con los secuestros es iniciar desde el fracaso la quinta fase de negociación en México.
“Si el Eln insiste en el secuestro y pretende que esta práctica se puede continuar con los eufemismos propuestos por su comandante ‘Antonio García’, la sociedad colombiana no va a respaldar ese proceso, tampoco lo hará la comunidad internacional”, indicó a este medio de comunicación y, además, dijo que “es absolutamente imposible que una negociación se desarrolle bajo este contexto”.
Además, mencionó que “no hay ninguna duda de que mientras el Eln tenga en sus manos las armas y no declare su compromiso indeclinable de hacer una pronta dejación de armas y desmantelamiento de estructura criminal, no hay posibilidad de que la comunidad internacional financie ese proceso, así como también sería inaceptable que se haga con el impuesto de los colombianos”.
“Me parece que el argumento del Eln, según el cual necesitan secuestrar para financiarse, es falso. Esa organización que ha mantenido siempre su estructura en el ambiente de las comunidades y sociedad civil, tiene por sí misma, como lo ha hecho por muchas épocas, la posibilidad de mantenerse”.
También manifestó que son inocultables sus vínculos con las economías ilegales que les generan enormes recursos económicos, que les han permitido enriquecerse y crecer en su estructura militar.
“Lo que se espera de las negociaciones es una decisión y una ruta clara hacia el desmantelamiento de la estructura militar, la inserción de sus combatientes en la sociedad civil; por su puesto, mejoramiento de condiciones de vidas en los territorios donde esa organización ha hecho presencia de manera histórica”, aseguró el analista político.
Puntos complejos
El periodista experto en conflictos armados, Néstor Rosanía, afirmó que el tema del secuestro ha frenado las negociaciones con el Eln durante los últimos 30 años.
“El secuestro ha sido un punto muy complejo entre los diferentes gobiernos y esta guerrilla. Además, siempre ha tenido una narrativa en la que no categoriza la acción como un secuestro en sí, que evidentemente lo es. Es la misma narrativa histórica que utilizaban las Farc para las retenciones… Intentan sacar una narrativa en la que establecen que no es una violación al Derecho Internacional Humanitario, que evidentemente lo es”, indicó.
Recordó que uno de los avances en las discusiones de paz con las extintas Farc, es que esta organización hizo pública su decisión de dejar el secuestro, lo que, a su juicio, dio oxígeno a la mesa.
Rosanía destacó la importancia de seguir con las negociaciones, pues considera que hoy se ha avanzado más que en procesos anteriores. Aseguró que: “A hoy hemos avanzado más en este ciclo de negociación que lo que se ha avanzado en 30 años. Entonces, pararse de la mesa y romperla es difícil”.
Sobre un posible fracaso durante el proceso ante la dificultad de una financiación del Eln por parte del Gobierno y comunidad internacional, el periodista experto en conflictividad destacó que, en efecto, tal situación podría llevar las discusiones a un “límite peligroso”.
“Finalmente, el Eln dice que mientras esa financiación no exista, ellos, como organización, seguirán en el secuestro. El Gobierno llegará a un punto en el que políticamente eso será insostenible para ellos”.
Del mismo modo que, tras el secuestro del Luis Manuel Díaz, padre del futbolista Luis Díaz, el Gobierno puso como prioridad en su agenda este tema, en vista que si los ilegales continúan con esta práctica sería para el Ejecutivo un asunto difícil de sostener.
“Con lo enredado que está la mesa ya le costó la cabeza al comisionado de paz, Danilo Rueda. Otty Patiño ahora la tiene más difícil porque tiene que poner su cabeza en la negociación del Eln, en las disidencias y otros grupos. Eso va a hacer que pierda enfoque, lo que les jugará a todos en contra: Al Gobierno porque es una de sus grandes banderas y al Eln porque no solo debe pensar en firmar, sino en implementar”.
Consultado sobre la fórmula para mantener las negociaciones abiertas, respondió que “el Gobierno está haciendo lo que le corresponde que es presionar al Eln para cesar el secuestro, que es uno de los delitos más dolorosos que el país no le perdona electoral e históricamente a las Farc, mucho menos al Eln si quieren hacer política”.