En mayo de 2018 el candidato uribista casi se aseguró la sucesión presidencial. Hoy, por la pandemia, enfrenta una de las situaciones más complicadas de las últimas décadas, con varios desafíos para reflotar su gestión y dejar huella ¿Cuáles son?
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El próximo 27 de mayo será, sin duda, una fecha muy especial para el presidente Iván Duque, toda vez que se cumplirán dos años de su triunfo en la primera vuelta de las elecciones para la Casa de Nariño, sacando una ventaja en votos que hacía muy difícil que perdiera en la segunda.
Como se recuerda, ese domingo 27 de mayo de 2018 Duque sumó 7,6 millones de votos, contra 4,8 millones de Gustavo Petro y 4,6 millones de Sergio Fajardo. Tres semanas después se confirmaría el favoritismo del candidato uribista, al imponerse en el balotaje decisivo con 10,3 millones de votos, contra 8 millones de Petro.
Nadie entonces siquiera imaginaba que dos años después el gobierno Duque estaría enfrentado la que es, sin duda, una de las más difíciles coyunturas de las últimas décadas por cuenta de la emergencia sanitaria derivada de la pandemia del Covid-19. Una coyuntura en la que el Jefe de Estado tiene cuatro grandes desafíos, cuyo nivel de cumplimiento marcará toda su administración, más ahora que está a escasos tres meses de cumplir la primera mitad de su mandato y empezar, como se dice popularmente en política, a tener el sol a las espaldas.
¿Cuáles son esos cuatro desafíos alrededor de los cuales Duque no solo se juega la calificación general de su presidencia sino su propio futuro político, al ser un mandatario que dejará el poder con menos de 45 años?
- CONTROLAR LA PANDEMIA: más de dos meses después de haberse confirmado el primer caso de Covid-19 en el país, Colombia ya tiene 16.295 contagiados y 592 decesos, mediando una cuarentena nacional que lleva siete semanas y que obligó a paralizar el 65% de la actividad productiva. Aunque aún estamos en medio de la emergencia, todos los cálculos indican que hacerle frente, tanto en el componente sanitario como en el de asistencia social a los sectores más golpeados así como en el proceso de reactivación, demandará no menos de 60 billones de pesos. Así las cosas, es claro que el reto principal de Duque en el aquí y ahora es controlar la pandemia, sobre todo de cara al pico epidemiológico que está presupuestado para la segunda quincena de junio. Hasta el momento, según los partes gubernamentales y las evaluaciones de la propia OMS, Colombia ha logrado frenar la expansión exponencial del Covid-19 y la tasa de letalidad se mantiene por debajo de los promedios internacionales. Sin embargo, vienen las semanas más críticas y es evidente que la cuarentena se ha venido flexibilizando porque la población ni la economía resistían más confinamiento general. En ese orden de ideas, el reto principal es evitar que la pandemia se dispare en medio del proceso de reactivación productiva y la apuesta permanente por el aislamiento social.
- REACTIVACIÓN ECONÓMICA: hasta diciembre pasado, e incluso en las primeras semanas de este 2020, el rubro gubernamental más positivo era, sin duda, el del buen momento de la economía. De hecho 2019 cerró con un crecimiento del 3,3% del PIB, muy destacado si se tiene en cuenta que América Latina tuvo un promedio de 0,5%. Incluso la meta para este año era acercarse al 4 por ciento. Sin embargo, se atravesó la pandemia y todos los planes se vinieron abajo. La economía global, por efectos de las cuarentenas, la parálisis productiva y el cierre de fronteras, entró en estado casi recesivo en cuestión de tres o cuatro meses. En Colombia, que decretó el confinamiento desde la última semana de marzo, pero ya venía golpeada por el efecto del enfriamiento de China (cuna de la pandemia) y la desaceleración mundial consecuente, el impacto negativo ha sido muy grande: la semana pasada el DANE reveló que el PIB del primer trimestre cayó a 1,1% y el segundo trimestre será aún más complicado. A ello se suma que, como se dijo, el plan de respuesta sanitario, los alivios sociales y empresariales así como la hoja de ruta de reactivación económica para volverla a encarrilar a las cifras del cierre de 2019 costará no menos de 60 billones de pesos, desquiciando toda la programación fiscal a corto, mediano y largo plazos. ¿Podrá Duque recuperar la economía en dos años largos de mandato que le quedan?
- NUEVA GOBERNABILIDAD: desde el mismo momento en que el Congreso se posesionó en julio de 2018 se sabía que uno de los flancos débiles del Ejecutivo sería que tendría mayorías parlamentarias muy ajustadas tanto en el Senado como en la Cámara, lo que le podría dificultar sacar avante su agenda de reformas prioritarias. De hecho, en legislatura y media (el tramo del primer semestre de 2020 se están perdiendo por cuenta del efecto de la pandemia) muchos proyectos clave se han hundido, casi le aplican moción de censura a un ministro y la oposición se ha fortalecido. Hoy, a dos años del triunfo de Duque en la primera vuelta y faltándole escasos tres meses para que cumpla la primera mitad de su mandato, el panorama para la Casa de Nariño es otro ¿Por qué? Tras la oleada de paros de finales de 2019, Duque decidió recuperar el margen de gobernabilidad perdido y recompuso su gabinete, teniendo como principal logro la entrada de Cambio Radical al mismo y muy posiblemente a la coalición oficialista, que sería así una aplanadora. Si esto último se concreta el Presidente tendrá no solo la oportunidad de acelerar la aprobación de la agenda legislativa prioritaria y sus principales reformas en el campo laboral, pensional, judicial y político, sino que contará con un Congreso aliado para sacar avante los ajustes que se requieran para el plan de reactivación nacional posCovid-19.
- CONECTAR CON LA CIUDADANÍA: la forma en que el Jefe de Estado ha manejado la crisis sanitaria y los resultados que hasta el momento se han conseguido al evitar que se dispare el volumen de contagios y de muertes por el virus, han sido reconocidos por la ciudadanía. El promedio de las últimas encuestas llevaron la imagen y favorabilidad presidencial por encima del 60% de aprobación, lo que sin duda es un avance importante, ya que a finales de 2019, en medio del crispado clima social por la ola de paros de noviembre y diciembre, la popularidad del Primer Mandatario se encontraba entre rubros del 20 a 30%. Ahora la ciudadanía ve a un Presidente más conectado con sus urgencias, liderando personalmente la respuesta a la más grave crisis de los últimos años, demostrando capacidad de mando y convocatoria. En un país tan polarizado como Colombia y con crisis de vieja y nueva data, es claro que Duque tiene hoy el reto de no perder esa conexión que ha logrado con el sentimiento mayoritario de los colombianos en medio de la emergencia sanitaria. Es crucial que mantenga ese apoyo nacional de cara a la fase más crítica de la epidemia y el aún más difícil, largo y costoso proceso de reactivación productiva y recuperación del país en todos sus órdenes.