Como estaba previsto la Cámara de Representantes votó mayoritariamente por hundir en su totalidad las objeciones por inconveniencia presentadas por el presidente Iván Duque al proyecto de ley estatutaria de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP).

Así ocurrió luego de que los partidos Liberal, Cambio Radical y de La U se opusieran en bloque al Gobierno, acrecentando de esta manera los votos de la oposición que, en conjunto con el Polo Democrático, la Alianza Verde y el partido de Gustavo Petro, entre otros, sumaron 110, contra 44 de la alianza entre Centro Democrático, el Partido Conservador y dos facciones minoritarias.

De tal manera hoy por hoy las mayorías de la Cámara de Representantes son muy similares a las que tenía el presidente Juan Manuel Santos en su oportunidad, tanto en número de votos como de protagonistas. Es decir que muy pocas cosas han cambiado en el hemiciclo parlamentario desde entonces. A la distancia, sin intervenir directamente, el exmandatario sigue contando con gran influencia, habiendo sido el arquitecto del proceso de paz con las Farc.

Sobre esa base en la Cámara de Representantes no se aceptó la idea de hacer un acuerdo nacional en torno al ajuste de 6 de los 159 artículos de la ley estatutaria. Siendo así, la votación de esas seis objeciones en el Senado de la República tendrá una menor importancia por cuanto con una sola de las cámaras que votara adversamente ya se pueden dar por hundidos automáticamente los reparos del Jefe de Estado a la estatutaria de la JEP.

Del tema, como se sabe, no ha hecho el presidente Duque un punto de honor, como sí lo hizo la oposición. Por lo mismo, el Primer Mandatario ya había asegurado que si el Congreso le negaba las objeciones sancionaría la ley sin problema alguno.

No obstante un parlamentario de su partido, el representante a la Cámara Edward Rodríguez, sostuvo que la falta de presencia de la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, dedicada a solucionar el problema de la minga en el Cauca en las últimas dos semanas, impidió que hubiera una vocería gubernamental en el Parlamento alrededor de la pertinencia de las objeciones. No obstante el vocero del Centro Democrático, en la misma Cámara, Cristián Garcés, y uno de los más acatados y veteranos de sus colegas, el representante Óscar Darío Pérez, le replicaron a Rodríguez en la plenaria de la corporación y sostuvieron que la Ministra goza de total respaldo en la bancada.

Sin sorpresas

El trámite de las objeciones transcurrió sin mayores incidencias sobre la misma tesis opositora, ya conocida en los medios de comunicación, de que las objeciones por inconveniencia eran tan solo un disfraz de objeciones en materia constitucional. Con base en ese criterio se puso a consideración de la plenaria el hundimiento de las objeciones, con resultado favorable de 110 contra 44.

El debate empezó luego de que la Corporación negara una tesis del presidente del Senado, Ernesto Macías, según la cual la votación de las objeciones debía empezar por la cámara alta, puesto que la Constitución señala taxativamente que este proceso arranca por la cámara de origen de la iniciativa objeto de los reparos de la Casa de Nariño. No obstante el incidente fue rápidamente superado por la mesa directiva de la Cámara baja.

Luego el representante uribista Rodríguez presentó una proposición en el sentido de aplazar el debate mientras se proponía convencer al Gobierno Nacional de retirar dos de las seis objeciones por considerar -según el parlamentario- que recientes sentencias y pronunciamientos de la Corte Constitucional ya las absolvieron positivamente, sobre todo en lo relativo a los bienes de las Farc para reparación de víctimas y el procedimiento de extradición, señalando claramente que a la JEP solo le corresponde revisar la fecha en la que se cometió el delito imputado al desmovilizado para establecer si fue antes o después de 1 de diciembre de 2016. Si fue con posterioridad, el caso debe pasar a conocimiento de la Corte Suprema de Justicia y, si allí hay viabilidad, será el Presidente de la República el que tome la última decisión con respecto si el imputado debe ser entregado o no a la justicia de otro país.

La sorpresiva proposición de Rodríguez causó revuelo por dos hechos concretos. En primer lugar porque estando presente en el recinto la ministra Gutiérrez, la propia Secretaría de la Cámara confirmó que el Gobierno no había radicado ninguna proposición planteando el retiro de alguna de las objeciones. Y, segundo, porque la misma bancada del Centro Democrático, por intermedio del vocero, Álvaro Hernán Prada, advirtió que la propuesta de Rodríguez era personal y que el partido seguía respaldando que se debatieran las seis objeciones y se sometieran a la respectiva votación, una por una. Sin embargo, la posibilidad de hacerlo así, también fue negada por la mayoría de la Cámara.

Tanto los voceros del informe mayoritario, que pedía hundir las objeciones, como del minoritario, que solicitó aprobarlas, intervinieron por 50 minutos, y luego vino la votación ya referenciada. Incluso algunos opositores al momento de conocerse el resultado estallaron en aplausos. Así terminó la sesión en medio de un ambiente tenso.

Así las cosas y sin mayores sorpresas el trámite de las objeciones pasa ahora al Senado. Allí todavía no se conoce el informe de la comisión accidental, pero se espera que sea presentado esta semana.