EL NUEVO SIGLO dialogó con la directora ejecutiva de la Fundación del Quemado – Banco de Tejidos, la cirujana plástica Linda Guerrero Serrano, quien propone establecer una prohibición nacional de venta de pólvora a ciudadanos del común para prevenir que se sigan lesionando con estos artefactos.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué proporción tienen los lesionados por pólvora dentro del universo de quemados en Colombia?
LINDA GUERRERO SERRANO: En general las quemaduras por pólvora son de esta época, eso varía de 3% - 5% del total de los pacientes quemados. Estoy averiguando en todas las unidades de quemados: Simón Bolívar está repleto, porque está con 60 pacientes, o sea están ocupando camas de otros servicios porque ellos tienen 54 habilitadas.
ENS: ¿Qué características tienen las quemaduras por pólvora frente a otras causas?
LGS: Cada quemadura tiene una característica, es diferente la eléctrica, la química y la de pólvora. Tiene dos componentes: uno, como es algo que explota produce fuego, entonces quema por calor; y lo segundo es que como explota y eso trae una cantidad de elementos, lo que es la pólvora que ha sido quemada, el cartón o lo que sea que cubre el artefacto, por la explosión eso se incrusta en la piel, entonces contamina y destruye mucho más.
Son fragmentos que están destrozando y que están afectando tendones; son más profundas, contaminan, entonces hay que saber limpiar muy bien y quitar el tejido muerto. Todo eso hay que saberlo manejar en forma adecuada.
El hecho de comprar la pólvora ya es un error. Y le agrego dos factores: (las quemaduras) se manejan en la casa con cualquier cosa, con telaraña, con crema dental, con huevo, con café, con lo que sea y no limpian la herida. Y como saben que hay una sanción social, entonces la gente consulta tardíamente.
Frente a la quemadura por pólvora la primera indicación es lavar con agua fría durante media hora porque enfría la quemadura y hace que se profundice menos, y en segundo lugar hay que consultar con el servicio de salud.
ENS: ¿El sistema de salud está preparado para la debida atención de los quemados?
LGS: En general, sí pero con esto de la pandemia todos los servicios están copados, y ahorita ya estamos viendo las cifras, está aumentando nuevamente el covid y se va a seguir aumentando con todo lo que estamos viendo en el país, que no hay la más mínima protección, ni siquiera usar la mascarilla, la distancia mucho menos.
Entonces el servicio de salud tendría la capacidad si los colombianos no somos irresponsables y llenamos las unidades de quemados.
En la parte de recuperación sí hay mucha falencia, y esa es la razón de ser de la Fundación del Quemado, porque el que sale de la unidad no tiene el tratamiento integral ni lo tiene con oportunidad, con calidad, ni con las personas que sabemos tratarlo.
En la parte aguda reciben el paciente. La unidad de quemados del Simón Bolívar es la mejor y casi que cada ciudad capital tiene una unidad de quemados, más pequeña pero la tiene, donde manejan bien al paciente pero una vez sale el tratamiento no es el que requiere.
ENS: ¿Ve la necesidad de robustecer la normatividad para evitar que los ciudadanos sigan quemando pólvora?
LGS: El problema es que hoy la ley lo deja a la determinación de los alcaldes, entonces hay quienes lo prohíben, pero fíjense que aún prohibiéndola en Antioquia uno ve a los alcaldes y al Gobernador diciendo ‘no quemen pólvora’, pero la están quemando en sus narices.
Entonces diría que sí exista la prohibición nacional y que se decomise pólvora ilegal. Pero menciono Ubaté, que queda a hora y media, máximo dos horas de Bogotá, entrando a ese municipio está un almacén grandísimo de pólvora, y dice ‘pólvora legal y segura’. Y ahí está abierta. Entonces uno dice esto no está bien porque si a la entrada del pueblo dice 'pólvora segura', pues la compran porque a la gente le gusta.
Lo que se necesitaría es una prohibición a nivel nacional, que no quede dependiendo de los alcaldes, porque está regulado el transporte, la fabricación, la distribución, todo eso para las personas que tienen experiencia, pero si lo entregan a la población, pues lo usa.