El prelado le hizo un llamado a las Farc para que muestren hechos de paz
Que se está hablando apresuradamente de posconflicto, dijo monseñor Libardo Ramírez, presidente del Tribunal Nacional Eclesiástico e indicó que lo primero que se tiene que hacer es pedir perdón para después sí pensar en perdonar.
Señaló que cuando haya un verdadero arrepentimiento ahí sí se puede pensar en un verdadero camino hacia la paz.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué tan lejos estamos de la paz?
Monseñor Libardo Ramírez: Creo que hay dificultades, sobre todo porque el camino de la paz está cifrado en lo que se está haciendo en La Habana. Lo veo muy lejano. Ellos, los señores guerrilleros están muy contentos, dos años disfrutando de buenos hoteles, en lugar de estar aguantando picaduras de moscos y dificultades y riesgo de balas en la selva, están tranquilos en las playas y después van a la mesa de conversaciones a presentar una serie de propuestas de paz, y otras veces se echan para atrás; unas veces realizan secuestros y matanzas y poquitas manifestaciones contra los secuestros y contra las matanzas. Que digan que lo pasado fue un camino hacia una mejor Colombia, eso es un sofisma. Ofrecen una tregua parcial, pero vamos a ver, pero una tregua que muchos la miran esperando que el Gobierno diga lo mismo. Ellos no atacan, pero que el Gobierno no los moleste más y los deje tranquilos. Sí el camino hacia la paz estuviera pensado en cómo conversar seriamente, sin resentimientos, sin que el presidente Juan Manuel Santos se empeñe en que se le apruebe el proceso de paz, que tiene tantos puntos flojos. Debemos pensar entre nosotros cómo vamos a construir la paz verdadera.
ENS: ¿Colombia está preparada para el posconflicto?
MLR: Esa palabra posconflicto me parece apresurada en un diálogo, inclusive entre obispos, un jerarca muy creyente en estos diálogos decía que nos preparábamos para el posconflicto y otro obispo le decía: excelencia ¿no le parece que se está tratando de ensillar antes de traer las bestias? ¿Si no vemos claro el camino verdadero, efectivo, las conversaciones interminables, si eso no camina, por qué nos ponemos a hablar de posconflicto ahora?
ENS:¿Y entonces cómo se debe realizar el posconflicto?
MLR: Si llegare en un futuro, eso no es tan difícil, eso de reconciliar, eso de perdonar, gestos de perdón hay muchos y no son con los gestos de perdón de la gente sino con las asertivas conversaciones, asertivos procesos que no sean ilusorios, y que sean concediendo y concediendo cosas imposibles, como por ejemplo eso de considerar como delito político hasta los asesinatos, todo el narcotráfico, el asesinato, eso es horrible, entonces para dónde vamos, entonces por el momento ni me pongo a hablar de posconflicto, sino que hablemos cómo se vive el conflicto, cada día tiene su afán. Eso del posconflicto no es tan difícil.
ENS:¿Y el tema del perdón?
MLR:Se dice que claro, hay que perdonar, pero antes de perdonar hay que saber que quienes han obrado mal pidan perdón, antes que perdonar, o al menos paralelo, que los que han hecho el mal pidan perdón, pero cuando nos salen los señores de la guerrilla a hacer ostentación con lo que han hecho y todos los crímenes que han cometido es para buscar el bien de Colombia está bien, pues si no hay arrepentimiento, primero hay que hacer un propósito de enmienda. El verdadero perdón es que no lo vuelvan a hacer, se perdona y allí sí estaremos caminando hacia el verdadero posconflicto.
ENS:¿Qué opina de la cadena perpetua para violadores de niños y niñas?
MLR: En eso hay que tener medidas fuertes, pero estoy de acuerdo con monseñor Luis Augusto Castro, en donde dice que no le parece que se hable de cadenas perpetuas, sino de penas fuertes y luego medios de presentar esos hechos como los crímenes más horribles. En la misma Iglesia sabemos, claro está, que lamentablemente algunos, hasta sacerdotes lastimosamente, han caído en cosas tristes, afortunadamente comparando el número de sacerdotes que han caído, hasta padres de familia, educadores, y todas estas personas que hayan caído, que tengan penas fuertes pero hablar de cadenas perpetuas no estoy de acuerdo, hay que hablar de pedagogía, enseñanzas. A mí no me disgusta mucho lo que hicieron hace algún tiempo de colocar una fila de retratos de violadores.