A PUNTO de que el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso recupere la libertad porque la semana anterior la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá le revocó 57 medidas de aseguramiento, el alto Comisionado Otty Patiño dijo ayer que falta reglamentar la figura de gestor de paz, que sería la función que éste desempeñaría después de que en agosto del 2023 el presidente Petro lo designara.
Mancuso, quien está recluido en la penitenciaria La Picota tras llegar desde Estados Unidos en donde purgó 16 años de prisión por narcotráfico, estaba pendiente de que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) le otorgara la libertad que solicitó, después de que aceptara su sometimiento a cambio de que entregue verdad sobre su participación en el conflicto armado.
El comisionado Patiño dijo a RCN que “el Gobierno tiene desde luego la responsabilidad de proteger la vida del señor Mancuso, que hoy, desde luego, se supone que es una persona con alto riesgo debido a su pasado, pero también debido a que mucha gente teme que él diga cosas que puedan ser inconvenientes para algunas personas”.
Agregó que “más allá de eso, yo prefiero que él sea más un gestor de paz que un testigo, mejor dicho, prefiero ese papel de gestor de paz más que el de testigo en tribunales”.
Indicó el alto comisionado para la Paz que “me parece que la gestión de paz de él debe ser un plan de trabajo, que ya empezó a discutir con él, en el cual él ayude a gestionar, entre otras cosas, el cierre del proceso, de los procesos que se abrieron en la jurisdicción de justicia y paz con el presidente Uribe y que todavía no están completamente cerrados”.
Sin embargo, el comisionado fue explícito en que no se ha delimitado plenamente la función que debe cumplir un gestor de paz en el marco de la política del Gobierno de paz total.
“Pienso que tenemos falta de verdad reglamentar un poco cuál es la tarea de los gestores de paz, de los facilitadores de paz. En fin, todas estas figuras que han surgido, creo que falta reglamentarla un poco más, para que no haya una transgresión en las actividades de una persona que sigue siendo su júdice, estando su júdice, a pesar de haber sido excarcelada. De tal manera que los límites de acción yo creo que hay que mostrarlo muy claramente”.