La conferencia Episcopal de Colombia expresó su preocupación ante la situación de agitación social que esta presentando el país y ratificó que reconoce la protesta pacífica como un derecho y una alternativa válida para conseguir respuestas por parte del gobierno, sin embargo resalta que en estos momentos se debe tener en cuenta la grave emergencia sanitaria que estamos viviendo por cuenta de la pandemia del Covid-19.
El comunicado manifestó 8 puntos claves, entre los cuales se resalta el rechazo total a las violaciones a los derechos humanos, los actos de violencia vandálica, los bloqueos a la movilidad y al abastecimiento de alimentos, la desaparición de personas, los atentados contra la integridad física de cualquier persona, los destrozos causados a los bienes públicos y privados.
Los Obispos Católicos, manifestaron dolor por las muertes, heridos y enfermos que no han podido contar con la atención de la misión médica y por ello reafirmaron que "la violencia, el vandalismo, las agresiones, el abuso de la fuerza y el caos social no solucionan nada, pues sólo traen consigo sufrimiento y muerte, especialmente a los más pobres, además de deslegitimar y hacer cuestionable cualquier protesta social".
La conferencia Episcopal de Colombia hace un llamado urgente para que se detenga "el espiral de violencia y el círculo de muerte que se están impulsando" y resaltan que la tarea de todos los colombianos es generar un modelo de desarrollo humano integral.
El comunicado finaliza diciendo que hay de avanzar hacia la reconciliación nacional y hacia la paz, con la participación y los esfuerzos de todos los ciudadanos, sin perder de vista que es un camino arduo que requiere valentía y perseverancia, e invitan a la jornada de oración en las distintas parroquias el próximo 7 de mayo, dedicado al Corazón de Jesús, pues la paz es un don de Dios y una tarea nuestra. Pidamos, por tanto, la reconciliación del pueblo colombiano y la gracia de afianzarnos en la justicia, en la libertad y en solidaridad fraterna.
La iglesia Católica, unida al Papa Francisco, reitera que es urgente abrir los canales para el diálogo social, para afrontar la compleja situación que vivimos: “Es necesario tratar de identificar bien los problemas que atraviesa una sociedad para aceptar que existen diferentes maneras de mirar las dificultades y de resolverlas. El camino hacia una mejor convivencia implica siempre reconocer la posibilidad de que el otro aporte una perspectiva legítima” (F.T., 228). 8.