En política muchos se acomodan a la posición confortable: Vladdo | El Nuevo Siglo
Viernes, 16 de Diciembre de 2011

Una de las caricaturas que más recuerda con agrado es la que hizo cuando se conmemoró el primer año del crimen del periodista Guillermo Cano.

Por estos días Vladimir Flórez, más conocido como Vladdo, cumple 25 años de plasmar en sus caricaturas una mirada diferente de la política colombiana.


Para Vladdo la política y sus actores son materia de estudio, y aunque lo han tentado para que haga parte de una que otra lista, él dice que con la política “mejor de lejitos”.
En todo ese tiempo considera que ha aprendido a conocer a los políticos y a saber quiénes usan máscaras para ganar favores o los que se acomodan con posturas políticamente correctas.


EL NUEVO SIGLO: ¿Hay diferencias entre los políticos de hoy y los de hace 25 años, cuando comenzó su trabajo?
VLADDO: Yo creería que no. Fundamentalmente los métodos probablemente cambian, a veces se escudan detrás de ciertas ideologías, de ciertas máscaras políticas, pero en general cuando uno se pone a ver terminan siendo la misma cosa. Con la disculpa ya tan extendida de que la política es dinámica y esas cosas, ya hemos visto mucha barbaridad.
ENS: ¿Ha tenido la oportunidad de hacer política o prefiere ser un intérprete de ella a través de sus caricaturas?
V: Varias veces me han invitado a hacer parte de algunas listas, me han ofrecido algunas candidaturas, pero yo siempre he preferido estar al margen porque a mí la política me gusta de la misma manera que a los epidemiólogos les gustan las enfermedades tropicales. A uno le gusta estudiar, ver qué consecuencias tiene, ver por qué se afectan tales o cuales personas, pero no quiero padecer ninguna de estas enfermedades.
Entonces me parece que de lejitos está bien, y más allá del interés profesional de estudiarla, no he tenido más propósitos.
ENS: ¿Cuál es el político colombiano que más lo ha impresionado en este cuarto de siglo?
V: Bueno, yo tuve la oportunidad, la fortuna, de trabajar con Álvaro Gómez, quien era un hombre de principios muy firmes, con quien uno sabía a qué atenerse. Uno sabía que cuando él decía blanco quería decir blanco y no verde, y él decía las cosas de frente.
Entonces era una cosa poco vista en muchos políticos que, cuando querían ganarse a alguien, no les importaba adoptar ciertos comportamientos y ciertas actitudes con tal de conseguir un voto o una adhesión, o un respaldo.


Álvaro Gómez tenía por encima de todo sus convicciones.
Algunas veces estábamos de acuerdo, otras veces no estábamos de acuerdo, pero con él nunca tuve un problema. Con él siempre se podía hablar, se podía discutir y era una persona que de verdad era ejemplar en ese sentido, y obviamente que para uno como ciudadano, como periodista, era a veces contradictor, a veces simpatizante de sus ideas, y tenerlo a él como interlocutor era muy importante, no solamente como político sino como gran periodista que era.
ENS: ¿Cuál es la caricatura suya que recuerde haya causado más escozor?
V: Cuando he dibujado tantos años hay unas cosas que adquieren una connotación especial en un momento determinado. Después con el tiempo todo se va relativizando o alivianando. Entonces es un asunto de momento.
En la época de Ernesto Samper fue el Proceso 8.000, en la época de Uribe fue el tema de los paras. Hay una caricatura que es especial para mí, la hice cuando estaba en EL SIGLO, que fue cuando se cumplió el primer año del asesinato de don Guillermo Cano, y fue con la que me gané el primer Premio Nacional de Periodismo en el año 88.


ENS: ¿Son pocos los colombianos políticamente incorrectos?
V: Sí, porque mucha gente, incluso muchos colegas y obviamente los políticos, se acomodan a la posición más confortable, más conveniente, la que produzca menos problemas. Y entonces pasan por encima, incluso, de sus propias creencias o de sus propias convicciones como para no meterse en problemas.