Sui géneris. Así fue la instalación de la tercera legislatura del Congreso en la administración de Iván Duque.
Uno de los más solemnes actos democráticos en el país estuvo marcado por varios acontecimientos anecdóticos que dieron mucho de qué hablar, sobre todo en las redes sociales donde, como se dice popularmente, “no se le perdona nada a nadie”.
Aunque se sabía, con suficiente anterioridad, que la instalación de las sesiones se haría de manera virtual, en razón del fallo de la Corte Constitucional que dejó sin piso el artículo 12 del Decreto Legislativo 491 que autorizó esa modalidad en razón de la pandemia, fueron varios los congresistas que decidieron acudir personalmente al Capitolio Nacional.
Quienes lo hicieron, en su mayoría de la oposición política, se concentraron en el Salón Elíptico, la sede de la democracia, en señal de protesta a la virtualidad. Pero llamó la atención la presencia del representante por el Polo Democrático, Germán Navas, y la senadora Aída Avella, presidenta de la Unión Patriótica (UP), quienes por su edad y en razón del aislamiento obligatorio deberían permanecer en sus casas.
Con todo, varios de los parlamentarios que hicieron presencia en el Capitolio, portaban tapabocas con la consigna “Renta Básica Ya”.
Virtualidad
Pero la virtualidad dio para más de un rifirrafe entre quienes defienden esta modalidad legislativa y quienes la atacan.
Así se vivió en la Cámara de Representantes cuando el representante conservador por Córdoba, Wadith Manzur, dijo que quienes acudieron personalmente al Congreso lo hicieron “por cualquier circunstancia: no tienen Internet en su casa, están aburridos, querían darse una vuelta, están aburridos con el esposo o la esposa, se cansaron de los hijos o creen que esto les va a dar más votos. Estamos cansados de que ellos todos los días quieran sabotear la plenaria”.
Sus palabras generaron una ola de rechazo en las redes sociales y la airada réplica de la representante por Bogotá, María José Pizarro, de la Lista de la Decencia.
“Entiendo que usted no comparta nuestros argumentos, pero no tiene necesidad de venir a gritar y a insultarnos”, le dijo la Congresista a su colega, pero luego agregó: “Lo perdono, yo sé que es por su juventud”.
En Cámara, especialmente, el llamado a lista se convirtió en un saludo pasado de afecto por parte del secretario general Jorge Humberto Mantilla, quien agradeció a todos por su presencia, envió saludos a sus familias y hasta hizo votos por “pronta recuperación”, en especial a los que están afectados por el Covid-19.
Las repuestas de los representantes tampoco se limitaron al tradicional “presente”, sino que incluyeron frases alegóricas a sus regiones. Por ello, el saliente presidente del Senado, Lidio García, del Partido Liberal, quien en ese momento lideraba la sesión del Congreso en pleno, le llamó la atención a Mantilla y le pidió limitar los saludos. Así se hizo.
Ausencias
También llamó la atención que, por primera vez, no asistieron virtualmente a la instalación del Congreso el Procurador General de la Nación ni el presidente de la Corte Constitucional.
El jefe del Ministerio Público, Fernando Carrillo, se excusó por escrito argumentando que era necesario dar “garantía del ejercicio de las funciones autónomas de control que constitucionalmente me corresponden”.
Por su parte, el magistrado Alberto Rojas, presidente de la Corte Constitucional, que unos días antes declaró inexequibles las sesiones virtuales del Congreso, se excusó con un argumento similar: “Con el propósito de preservar las garantías de imparcialidad y la plena neutralidad en el ejercicio de las competencias constitucionales”.
Instalación
El discurso de instalación por parte del presidente Iván Duque comenzó 40 minutos pasadas las tres de la tarde, en parte por las fallas técnicas para la integración del cuórum.
Duque arrancó su discurso de 36 minutos con un saludo a las personalidades, entre ellos al “señor expresidente Álvaro Uribe Vélez”, actual senador y jefe del Centro Democrático. Eso le valió varias críticas en redes sociales
Pero vendría lo más comentado: primero, el jefe de Estado cerró su intervención sin instalar formalmente las sesiones, como exige el reglamento.
Tanto el presidente del Senado como el secretario general, Gregorio Eljach, hicieron esfuerzos por retomar la transmisión televisiva con la Casa de Nariño. A final, apareció nuevamente Duque: “señor Presidente del Senado, señor Secretario, declaro formalmente instaladas las sesiones del Congreso”.
Pero cuando la senadora Avella, a nombre de la oposición política, ejercía el derecho de réplica preguntó si el presidente Duque estaba escuchando su discurso.
Fue entonces cuando la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez quiso demostrar que en la Casa de Nariño sí la estaban escuchando e hizo circular en su cuenta de Twitter un video de pocos segundos en el que se ven al presidente Duque, su esposa María Juliana, la ministra del Interior, Alicia Arango, y otros funcionarios del Gobierno. Pero en la cinta también se ve al Primer Mandatario diciéndole a la Primera Dama: “La vieja esa diciendo que dónde estaba yo, que no la estaba escuchando”.
Los comentarios no se hicieron esperar y en pocos minutos el trino fue borrado. Y ayer, martes, la Vicepresidenta explicó que “el Presidente no fue grosero” con la senadora Avella y que solo quiso dar fe de que sí le estaban escuchando su intervención, pero que no se percató de lo que dijo Duque.
La jornada cerró con dos hechos impensables hasta hace algún tiempo. La plenaria del Senado eligió a la senadora Griselda Lobo Silva, antes conocida como ‘Sandra Ramírez’, y quien fuera la compañera sentimental del fundador de las antiguas Farc, ‘Manuel Marulanda’, para ocupar la Segunda Vicepresidencia de la corporación.
Y quién lo creyera, el propio senador y expresidente Uribe la felicitó a la distancia en su cuenta de Twitter. “No estoy de acuerdo con los textos de La Habana pero saludo la elección de la senadora Griselda Lobo como segunda vicepresidenta del Senado. Discute con argumentos y es coherente, a diferencia de quienes contrastan entre apariencia democrática y vocación castro-chavista”.
Así culminó esta histórica jornada que marcará un antes y un después en la dinámica del Congreso de la República, pues no fueron solo discursos, agresiones verbales y ofensas personales sino que, además, la virtualidad parece marcar el inicio de una nueva etapa en nuestro Poder Legislativo.