La Comisión Tercera de Senado iniciará la discusión del proyecto de ley que busca favorecer las condiciones de acceso a los beneficios de condonación de intereses corrientes y de mora para los productores y campesinos del país, con el propósito de impulsar la reactivación económica después de que la pandemia dejara varios estragos en el sector agropecuario.
La propuesta es liderada por la senadora Aída Avella (Lista de la Decencia), quien señaló que los campesinos han tenido esta problemática desde hace varias décadas, a través de factores como la variación de precios nacionales e internacionales de productos, contrabando, las importaciones derivadas de los tratados de libre comercio, los costos de producción, la incidencia del cambio climático, entre otros.
“Estos factores han generado serias dificultades de la población campesina, que se ha convertido lentamente en una población empobrecida”, expresó la congresista, quien añadió que, aunque este debilitamiento ha generado que se implementen modelos de créditos, considera que el resultado “ha sido que ellos enfrenten dificultades insuperables a la hora de pagar o cumplir con las obligaciones con entidades financieras o empresas del sector”.
Indicó que la reactivación económica de este sector solo será posible si se eliminan los reportes de las calificadoras de riesgo. “Una de las principales estrategias ha sido la de fortalecer la asociatividad rural productiva como generación de ingresos, y mejorar el uso de mecanismos de financiación y acceso a los mercados”, puntualizó.
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Sin embargo, el representante Óscar Sánchez (Partido Liberal) afirmó que, antes de consolidar nuevos beneficios para esta población, como lo propone la senadora Avella, lo primero que deben hacer es finalizar el pago de sus créditos pendientes con el Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario (Finagro), para así suprimir la información negativa de incumplimientos con la entidad.
“Si bien existen los consolidados anuales sobre los préstamos a los pequeños productores, las mujeres y los jóvenes, no puede encontrarse un estimativo del número de afectados por el reporte negativo en las centrales de riesgo, ya que al estar reportados en dichas bases, los trabajadores rurales generalmente no solicitan ni se postulan a nuevos créditos, convirtiendo la situación en una trampa de pobreza que impide que se logren desarrollar nuevas estructuras de desarrollo económico y social en el sector agropecuario”, resaltó.
Además, indicó que, con esta perspectiva, podrán acceder nuevamente a la seguridad y garantías del sistema bancario formal, evitando que recurran a otras alternativas como los préstamos informales, conocidos como “gota a gota”, que originan la migración de los campesinos a las ciudades.
“Este será un paso más hacia la reactivación del campo, pues incentivará a jóvenes y mujeres rurales a permanecer en el campo colombiano, aumentando la productividad de sus cultivos, contribuyendo al emprendimiento, generando empleo, riqueza y construyendo equidad”, concluyó.