El país está lleno de líderes, no obstante que hay una baja culturade liderazgo público, indicó Álvaro Forero Tascón, director de la Fundación Liderazgo y Democracia, la cual junto con la Revista Semana adelantan por estos días la versión de los mejores líderes de Colombia 2014.
EL NUEVO SIGLO: ¿En la versión 2014 de los Mejores Líderes de Colombia habrá una categoría para políticos?
ÁLVARO FORERO TASCÓN: Pues realmente el Premio no tiene categorías, tiene una visión de que el líder público puede ser cualquier persona y de cualquier sector que impacte el ámbito público. Entonces el líder público tradicional es el político, pero no necesariamente. De hecho hemos impulsado nuevas figuras, personas que ejercen liderazgo público no desde la política sino desde otros sectores. Tratamos de estimular eso para descubrir liderazgos jóvenes, distantes, nuevos, novedosos, aunque también reconocemos los líderes destacados, pero el énfasis no es solamente en los políticos.
ENS: El prestigio del Congreso no es el mejor, ¿reconocen liderazgos allí?
AFT: Pues obviamente el Congreso tiene problemas de prestigio, pero hay congresistas buenos, hay congresistas que ejercen liderazgo y por eso tratamos de resaltarlos porque lo peor que le puede pasar al Congreso es que todos son iguales porque ahí sí queda sin alternativas el país.
ENS: ¿Fueron postulados los candidatos a la presidencia o sus fórmulas a la vicepresidencia?
AFT: No estamos postulando a ninguno de ellos porque pues están en campaña, no queremos que el Premio afecte la cosa electoral, y como le digo perseguimos escoger personas no tan reconocidas. Es que no podrían porque si dejamos a un candidato, entonces por qué no todos, y escogerlos a todos tampoco tiene sentido.
ENS: ¿Cuántas postulaciones al Premio esperan recibir este año?
AFT: El año pasado recibimos más de 500, entonces esperamos que este año esta cifra se supere, el Premio ha venido creciendo mucho en materia de postulaciones. Se postulan 500 y se reconocen 30, 10 que son los mejores líderes de Colombia y 20 son los finalistas. Todos alcanzan a hacer parte del especial de la Revista Semana.
ENS: ¿Cómo es el proceso de selección y escogencia?
AFT: Cualquier ciudadano puede postularse directamente o puede postular a un líder a través de semana.com llenando un formulario. Nosotros recibimos todos los formularios, la Fundación Liderazgo y Democracia ejerce la secretaría técnica del Premio, los dividimos por conocidos, semiconocidos y desconocidos, y empezamos a averiguar sobre los líderes y les hacemos una ficha técnica. Al final tratando de escoger los más destacados, le presentamos al jurado un grupo muy variado que tiene conocidos, semiconocidos y desconocidos. Y de ese grupo cada jurado, son 11 jurados, califica y con base en esa calificación se escogen los 10 primeros que son los Mejores Líderes de Colombia y los 20 siguientes son los finalistas.
Cada jurado evalúa tres aspectos de cada líder: uno su visión, dos su ejemplo y tres los resultados. Los resultados es lo que más peso tiene dentro de la calificación porque queremos a aquellos que de verdad tengan qué mostrar.
ENS: ¿La abstención en los comicios indicaría que muchos colombianos creen que no hay líderes políticos?
AFT: Colombia sin duda tiene una baja cultura de liderazgo público, el liderazgo público realmente requiere es confianza. Tenemos una cultura baja en niveles de confianza, pero por otro lado la realidad es que el país está lleno de líderes que hacen su trabajo desde muchas partes.
Entonces un poco la misión nuestra es mostrar que sí hay liderazgos y las cosas importantes que hacen, aunque reconocemos que el clima de opinión en general no está muy favorable al liderazgo público, en algunos aspectos hay muchos vacíos.
Caudillos
Existe el viejo debate sobre si los líderes anulan la aparición de los caudillos o viceversa. Frente a lo cual Álvaro Forero consideró “que el liderazgo no es solo tener seguidores sino ejercerlo de una manera positiva. El caudillismo tiende a ir en contra de las instituciones a dificultar el proceso democrático. Hoy un líder demócrata que no respete las instituciones, pues no es un líder positivo porque al final sus efectos no terminan siendo buenos”.