Dice el refranero popular que “el que tiene boca se equivoca” y “errar es de humanos”, pero no deja de llamar la atención que el Gobierno haya tenido cinco salidas en falso en una semana -eso da una media de una diaria-.
1. Dos firmas
La semana termina con la noticia del hundimiento en la Corte Constitucional del decreto en el que se contemplan subsidios y alivios en materia de servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, en el marco del Estado de emergencia por el Covid-19, porque no todos los ministros del despacho aprobaron el documento, tal como se aprecia en sus páginas 11 y 13, donde faltan dos firmas: la de los ministros de Salud, Fernando Ruíz, y la de la ministra de Ciencia, Mabel Gisela Torres.
Como era de esperarse, la situación causó extrañeza en la opinión pública, porque si la Constitución establece que esos decretos requieren de la firma de todos los ministros, se considera difícil de entender que se cometiera el error de emitir la norma sin llevárselas a los titulares de las carteras faltantes para que la suscribieran; claro que también se han presentado críticas a la Corte que pudiera determinar un procedimiento para subsanar la falla o modular la sentencia para que solo tuviera efectos hacia adelante; el alto Tribunal explicó en su comunicado que “a juicio de la Sala Plena, el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del Estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el Estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del Presidente”.
2. Un olvido
El lunes, como está establecido que ocurra cada 20 de julio, el presidente Duque se dirigió al país para hacer un balance de su gestión, aprovechando el deber del Jefe del Estado de declarar instaladas las sesiones ordinarias del Congreso de la Republica. Con un detalle. El Mandatario dio su discurso de 36 minutos, pero no instaló la legislatura, por lo que el secretario del Senado, Gregorio Eljach, y el entonces presidente de la corporación, Lidio García, del Partido Liberal, debieron pedirle claridad sobre el asunto y el gobernante corrigió el error.
La verdad sea dicha, aunque a todo el mundo le pareció un olvido, se trató de una ceremonia marcada por lo inusual de la circunstancia de ser semipresencial, porque mientras una veintena de legisladores acudió al Salón Elíptico del Capitolio Nacional la presencia de la gran mayoría, así como del presidente Duque, era virtual. Así que el hecho que el discurso se cortara al finalizar, sin esperar a declarar instalado el Congreso pudo deberse a un error técnico.
3. Mala expresión
Lo que si no fue un error técnico es lo ocurrió después. Luego del discurso presidencial, la senadora Aída Avella, de la Lista de la Decencia, llevó la vocería de la oposición para replicar lo dicho por el Jefe de Estado.
Avella, presidenta de la Unión Patriótica (UP), empezó su intervención preguntando si Duque estaba escuchándola, tal como lo prevé el Estatuto de Oposición, sin saber si eso estaba ocurriendo, pues ella estaba en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional y él en la Casa de Nariño.
La vicepresidenta Marta Lucía Ramírez subió a sus redes sociales un video para mostrar que sí estaba oyendo a Avella, pero no se percató que Duque le estaba diciendo a su esposa “la vieja esta diciendo que dónde estaba yo”.
La vicepresidenta Ramírez consideró que “fue un lamentable incidente” y que ella pretendía mostrar que “mientras ella estaba hablando, él estaba atento y tomando nota. No oí el comentario que él hizo”.
Sin embargo, estimó que “el país tiene cosas mucho más importantes y el término que el Presidente utilizó no fue una grosería ni nada por el estilo”.
4. Autocines
Esta semana también, el Ministerio de Salud frenó la apertura de los autocines, una modalidad que venía tomando fuerza como alternativa para reactivar el sector del espectáculo en Colombia, argumentando que no hay garantías de distancia social.
Sin embargo, esta circular contradice una previa expedida por el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones que daba vía libre a los autocines y es la razón por la que ya habían varios de estos teatros funcionando en el país.
La circular del Minsalud exhortó a alcaldes y gobernadores a “abstenerse de autorizar actividades de exhibición cinematográfica y de espectáculos públicos de las artes escénicas, tanto en salas de cine y teatros en espacios cerrados, como modalidades de autocine y auto-espectáculos, hasta tanto, el Gobierno nacional faculte esta actividad en el marco del aislamiento preventivo obligatorio”.
5. Mayores de 70
Tras el anuncio del presidente Duque, que apelará el fallo de tutela del Tribunal Administrativo del Circuito Judicial de Bogotá que le dio la razón a la denominada ‘rebelión de las canas’, el exministro Rudolf Hommes, uno de los impulsores de la acción judicial, consideró que “da la impresión que la única herramienta que tiene el Gobierno para enfrentar la pandemia es encerrar a los mayores de 70 años indefinidamente. Esto sería un exabrupto desde un punto de vista ético y legal, a la vez que lesionaría a ese grupo de personas severamente”, subrayando que le han pedido al Gobierno que los trate como a las demás personas, que ellos mismos son conscientes que deben cuidarse del contagio.
Duque ha reiterado la importancia de proteger la salud y la vida de las personas mayores de 70 años frente a la pandemia.
El Mandatario aseguró que las decisiones que se vienen tomando se fundamentan en la estadística y en los conceptos técnicos de epidemiólogos e infectólogos.
En este contexto, señaló que los mayores de 70 años equivalen al “7% de los contagiados en Colombia, pero representan el 49% de las muertes” y más del 35% de la ocupación de las unidades de cuidado intensivo (UCI).