La agenda de Claudia López los días inmediatamente posteriores a las elecciones regionales que la posicionaron como la primera alcaldesa electa de Bogotá, dejaron ver una de sus grandes prioridades: la de consolidar un verdadero proyecto de integración entre Bogotá y su región circundante.
Pocas horas después de que ganara en franca lid en las urnas, la Alcaldesa electa que ya está a días de convertirse en Alcaldesa Mayor de la capital del país, se reunió, con diferencia de horas, con el gobernador electo, Nicolás García, y con los congresistas que conforman la bancada de Bogotá y de Cundinamarca para discutir, entre otras cosas, el trámite de reforma constitucional que plantea la consolidación de la Región Metropolitana de la Sabana.
Este proyecto, referiría la López a comienzos de noviembre en el marco del foro organizado por Probogotá, “estaba a una hora diría yo, de hundirse. Las elecciones fueron el domingo, el debate que seguía era martes o miércoles, y en ese debate se iba a hundir. Ese era su destino pero logramos, con Nicolás García, ponernos de acuerdo en salvar el proyecto”.
La propuesta
Así, y con la claridad de que ya hubo una primera gestión conjunta entre Bogotá y Cundinamarca para mantener con vida en el Congreso de la República dicho trámite, la Alcaldesa electa dijo que, más allá de consolidar una integración regional en materia de instituciones, de transporte, de seguridad, de medio ambiente o de servicios públicos, “lo que sí me parece difícil y a lo que le tenemos que echar más cabeza, es a que tiene que haber una fluidez política, electoral y de representación compartida”.
Para lograr ese objetivo, añadió, “necesitamos que en los municipios de la Sabana se vote para Alcalde de Bogotá, y que en Bogotá se vote por Gobernador. De lo contrario eso no va a ser posible”. Si bien esta no fue más que una propuesta, no viene de más preguntarse: ¿Cómo podría materializarse esta idea? ¿Qué tan viable es?
Claudia López fue clara en argumentar que para lograr este objetivo sin amenazar a los municipios de Cundinamarca por la diferencia de tamaño (7 millones y medio de ciudadanos contra 2 millones y pico de la región), “vamos a tener que romper, como nos lo enseñaron los holandeses, lo que en ciencias políticas se llaman los sistemas consocionalistas, en el que se rompe un principio fundamental de la democracia, en el que cada persona es un voto. Vamos a tener que inventarnos una fórmula en la que haya un peso ponderado de cuánto pesa el voto de alguien en Bogotá por Gobernador de Cundinamarca, de tal manera que no se coma de facto al departamento, pero que sí haya una fluidez de representación política-electoral”.
EL NUEVO SIGLO habló con varios Representantes a la Cámara tanto de Bogotá como de Cundinamarca sobre esta propuesta, y si bien algunos la vieron con buenos ojos, otros creen que primero hay que darle espacio al actual proyecto de reforma constitucional.
Vayamos por partes
Por ejemplo, para la representante de Bogotá por Cambio Radical, Ángela Patricia Sánchez, quien explicó que el proyecto de ley que se está discutiendo es concertado y está buscando generar una mejor administración regional en donde habrá igualdad tanto en representación como en importancia, “yo creo que por ahora, como yo he visto los ánimos y el pulso político, en este momento hasta allá no iría. Pienso que vamos con la primera parte, que es la creación del área y la claridad frente a Bogotá y a los demás municipios, pero pienso que ese es ya un debate mucho más álgido y más denso para el que primero debemos sacar esto. En este momento no creo que sea viable”, puntualizó Sánchez, quien además dijo que lo que se ha logrado alrededor de esta reforma es histórico porque ya cuenta con una cierta concertación por parte de ambas bancadas.
Con esta postura coincidió el representante por Cundinamarca del Centro Democrático, Rubén Darío Molano Piñeros, quien dijo que la discusión está en una etapa inicial, consistente en modificar la Constitución y establecer un nuevo marco constitucional que permita hacer la integración sin ningún inconveniente.
“Yo simple y llanamente diría: tratemos de ir por pasos, con serenidad, para no empezar a anticipar una discusión que no le haría ningún favor a este proceso de integración que siento, por lo que dijo la Alcaldesa y el Gobernador, está empezando con pies firmes y reestableciendo la confianza”, precisó el representante.
Una idea debatible
Por su parte el representante por Cundinamarca, Buenaventura León (Partido Conservador), quien se refirió a la consagración de la Región Metropolitana de la Sabana que actualmente se discute en el Congreso, dijo que esta es una figura que permitirá una integración en donde no haya vetos, ni posiciones dominantes y que plantea que las partes “puedan tomar unas decisiones sin que el voto de alguno en particular valga más de lo que vale el de cualquiera de los participantes de esa integración regional”.
Adicionalmente, León dijo que en la agenda no hay ninguna discusión sobre incluir algún cambio a las circunscripciones electorales que tienen Bogotá y Cundinamarca, y que sería un tema de centralización que le haría daño a la región.
“Yo creo que la Constituyente de 1991 fue, no solamente generosa, sino que atendió una problemática histórica que tenemos en el departamento de Cundinamarca, al separarnos con las circunscripciones electorales. Anteriormente, cuando estábamos unidos, de los 30 diputados, 29 eran de Bogotá y los recursos, la gestión, tanto de la Gobernación como de Bogotá se quedaban exclusivamente en la ciudad. Era poco lo que llegaba a la región. Por eso esa propuesta, hablando hipotéticamente, es centralista y haría daño”.
En esto coincidió la exalcaldesa (E) de Bogotá, Clara López, quien dijo que, si bien esta es una idea creativa, “es muy compleja en su aplicación y corren más riesgo los municipios de Cundinamarca de lo que parece con una ponderación del voto, porque es extender la circunscripción electoral de Bogotá a todo el Departamento”.
Por su parte, Edward Rodríguez (Centro Democrático) dijo que esta era una propuesta politiquera, “porque el régimen especial de Bogotá determina una serie de competencias, porque aquí no solamente se vota para Concejo y Alcaldía, sino que también se vota por ediles. No me parece viable, no me parece correcto y deberíamos dejar las competencias como están hoy. No veo viable votar por Gobernador y por Alcalde a la vez”, puntualizó Rodríguez.
Por último, para el representante Juan Carlos Lozada (Partido Liberal), esta es una propuesta muy interesante, audaz y al mismo tiempo muy difícil, porque de acuerdo con él, los municipios de Cundinamarca tienen muchísima desconfianza de que Bogotá pase por encima de sus decisiones.
Adicionalmente, Lozada añadió que evidentemente una unión regional se tendría que hacer bajo la base de una democracia en donde el voto de uno no vale lo mismo que el voto de otro.
“Eso implicaría que Bogotá avasallara políticamente a Cundinamarca y dentro de esa realidad sería absolutamente imposible una integración. Es evidente que Bogotá va a tener que ceder en algo su poderío político para lograr una integración que permita una integración que permita un desarrollo sostenible y lógico. Ahí es en donde está la dificultad más grande: en cuanto vale el voto de un bogotano con respecto a un cundinamarqués”, finalizó diciendo.