LOS RUMORES de un tercer remezón ministerial marcaron la semana que termina. No solo se confirmó que, por intermedio de la exjefa de gabinete y hoy directora del Departamento Administrativo de Prosperidad (DPS), Laura Sarabia, se planteó a todos los titulares de cartera que pusieran, de forma protocolaria, a disposición sus cargos, sino que el alto gobierno sufrió dos graves bajas esta semana y varias más estarían en fila.
Todo comenzó en el consejo de ministros del miércoles pasado. Allí se habría dado una acalorada discusión sobre el cumplimiento de las metas gubernamentales, los énfasis de la gestión, el panorama político y otros temas. Trascendió que hubo reclamos de lado y lado e incluso un choque de criterios entre Sarabia y su sucesor como jefe de gabinete, Carlos Ramón González.
En el marco de ello, Sarabia, que todos saben es la mano derecha del Presidente, llegó a plantear que el gabinete y demás altos funcionarios deberían presentar renuncia protocolaria con el fin de dejar en libertad al Jefe de Estado para aplicar los cambios que considerara y recuperar iniciativa política.
Tan pronto como trascendió la noticia, fueron dos los nombres que se pusieron como posibles relevos. De un lado, el canciller Álvaro Leyva, sobre quien pesa una suspensión de tres meses ordenada por la Procuraduría el pasado 24 de enero por el lío de la licitación de los pasaportes. Hasta el viernes en la noche el Presidente no había acatado la decisión, a tal punto que el Ministerio Público advirtió que estaba poniendo en riesgo la institucionalidad.
La otra ministra en la mira era la titular de Deporte, Astrid Bibiana Rodríguez, en el ojo del huracán por la forma en que Colombia perdió la sede de los Juegos Panamericanos 2027. No solo está bajo la lupa de Procuraduría y Contraloría, sino que será sometida a debate de moción de censura en el Senado, en donde las mayorías están a favor de sancionarla por el vergonzante yerro cometido.
Aunque la Casa de Nariño, por intermedio de la jefa de comunicaciones, aclaró que Petro no pidió la renuncia del gabinete, otros titulares de cartera confirmaron que sí se habló de dimisiones protocolarias.
“Hubo algunas manifestaciones, cada quien evaluó desde su perspectiva. El presidente, al menos no públicamente, le pidió la renuncia a nadie. Cada uno hizo sus interpretaciones de qué manera mejorar y alinearse políticamente con el presidente de la República, el Plan de Desarrollo, las apuestas y las esperanzas de las regiones que votaron por este gobierno del cambio”, indicó la ministra de Agricultura, Jhennifer Mojica.
El último técnico
Sin embargo, el jueves se produjo la primera renuncia: el titular del Departamento Nacional de Planeación, Jorge Iván González. Trascendió que habría dado un paso al costado por diferencias con Petro en cuanto a la forma la interacción con gobernadores y alcaldes. Incluso se llegó a rumorar que el problema se había presentado por la intención de reducirle recursos a Antioquia, cuya gobernación y alcaldía capital están en la otra orilla política de la Casa de Nariño.
Sin embargo, no hubo confirmación oficial al respecto, aunque en la carta de renuncia de González, en donde agradece al Presidente haberlo nombrado y pondera su gestión y la confección del Plan de Desarrollo, advierte que “el cumplimiento de las metas del Plan no es posible sin el concurso de todos los alcaldes y gobernadores, y sin el aporte de las organizaciones gremiales”.
Los remezones
González era considerado como el último de los tecnócratas que sobrevivía en el gabinete Petro. De hecho, en febrero del año pasado estuvo a punto de salir, luego de que el Presidente le pidiera la renuncia a Alejandro Gaviria (Educación), quien junto a los entonces titulares de Hacienda, José Antonio Ocampo, y de Agricultura, Cecilia López, y del director del DNP, suscribió un documento haciendo objeciones al proyecto de reforma a la salud que defendía la titular de esa cartera, Carolina Corcho. En esa ocasión también salieron las ministras de Deporte, María Isabel Urrutia, y de Cultura, Patricia Ariza.
González, encargado de confeccionar las bases del Plan, también sobrevivió a finales de abril, cuando -tras el rompimiento de la coalición oficialista y la salida de conservadores y La U por sus críticas a las reformas de salud, pensiones y laboral-, se dio el segundo remezón en el gabinete. Salieron Ocampo, López y Corcho. También los titulares del Interior, Alfonso Prada; TICs, Sandra Urrutia; Ciencia, Arturo Luna; y Transporte, Guillermo Reyes. También hubo cambio en el Departamento Administrativo de la Presidencia, ya que Mauricio Lizcano pasó a las TIC y lo reemplazó Carlos Ramón González.
Fue entonces cuando llegaron al gabinete Ricardo Bonilla (Minhacienda), Jheniffer Mojica (Agricultura), Luis Fernando Velasco (Interior), Guillermo Alfonso Jaramillo (Salud), Yesennia Olaya (Ciencia) y William Camargo (Transporte).
Unas semanas después, en junio, el escándalo de ‘chuzadas ilegales’ en la Casa de Nariño y las polémicas declaraciones filtradas del embajador en Venezuela, Armando Benedetti, forzaron a Petro a salir de Sarabia y de uno de sus principales socios políticos.
Después vendría los cambios de la polémica titular de Minas y Energía, Irene Vélez, reemplazada en Andrés Camacho en agosto, al tiempo que Juan David Correa llegó a Cultura, sucediendo a Jorge Zorro, que estaba encargado.
Luego, en septiembre, Petro decidió reenganchar a Sarabia, pese a las múltiples investigaciones en su contra, y la designó en el DPS.
Cambios a la vista
Es claro que la salida esta semana del director de Planeación se considera grave por muchos sectores. “… Todo lo que sea técnico, tecnócrata o no esté alineado con la ideologización izquierdista de la política pública saca roncha en el Gobierno… Vea que en muchos ministerios, agencias, institutos, departamentos administrativos y otras instancias han sacado a todos los técnicos en el último año, para reemplazarlos por burocracia cercana al Pacto y sus aliados políticos”, precisó un congresista de la oposición que prepara un debate al respecto.
Aunque el ministro Velasco trató de matizar la crisis el viernes, reiterando que Petro no pidió dimisiones pero exigió más resultados, Sarabia sí presentó renuncia de manera protocolaria pero no le fue aceptada. Sin embargo, ningún otro ministro siguió el ejemplo.
De hecho, algunos ministros consideraron que el propio González indicó que el problema no era irse o quedarse en el cargo, sino acelerar el paso de la implementación de las metas y énfasis gubernamentales. Incluso Velasco dijo que el problema más que con los ministros era con algunos cargos de dirección en donde se necesitaba ver “más compromiso” y con “decisiones de tecnócratas que uno no entiende, que uno ve que frenan la marcha del Gobierno, que nos tensionan, con las comunidades que esperan que les demos respuesta…”.
Paradójicamente ese mismo viernes se conoció, de un lado, que Petro aceptó la renuncia de Stalin Ballesteros, director de Colombia Compra Eficiente, y en tanto que dimitió Mercedes Elena Gómez en la dirección del Invías. También se confirmó que en la cartera del Interior se pidió la renuncia protocolaria de todos los directores… Igual habría pasado en otras entidades.
¿Qué pasará ahora? El viernes se rumoraba que Petro, pese a duros pronunciamientos contra los titulares de la Fiscalía y la Procuraduría, ya había decidido aplicar la suspensión a Leyva y que pidió al embajador en Estados Unidos, Luis Gilberto Murillo, que regresara al país para asumir el cargo, pero no se sabía si de forma temporal o definitiva.
Además, el propio Petro advirtió ese día, en un trino muy crítico en el que sugirió que había una conjura de los entes de control contra su gobierno, que no solo Leyva estaba en la mira, sino el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, y el superintendente de Servicios Públicos, Dagoberto Quiroga, investigados por la financiación de la campaña presidencial en 2022.
Así las cosas, Petro llega a su año y medio de mandato en medio de un escenario casi permanente de crisis de gobernabilidad. Es claro que vienen cambios en el gabinete, empezando por el canciller y la ministra de Deporte, pero podrían ser más.