El favorito a pocas horas de las elecciones es el candidato Carlos Fernando Galán. Sin embargo, cualquiera de los otros aspirantes podría dar la sorpresa
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A un día de la cita en las urnas la campaña en la capital del país parece comenzar a aclarase pues el candidato Carlos Fernando Galán, del movimiento Bogotá para la Gente, lidera el favoritismo, aunque sus competidores no se darán por vencidos hasta el último momento.
Esta campaña por la Alcaldía de Bogotá ha sido atípica en varios elementos que la configuran como una de las más activas por el Palacio Liévano.
Galán es ahora el favorito para ganar los comicios de mañana, luego que desde hace un par de semanas superó a Claudia López, aspirante de la Alianza Verde y el Polo Democrático. Su estrategia de ser un candidato fresco y mostrarse como independiente lejos de las maquinarias partidistas parece que ha calado en los capitalinos.
Sin embargo, la ciudad no permite tener certezas. Los sufragantes capitalinos han demostrado que el día definitivo, el de las elecciones, se manifiestan con el voto útil, como lo han definido algunos, junto al voto de opinión, y al voto de protesta; aunque estos votantes independientes e indecisos pueden ver afectada su participación por factores como la lluvia y la congestión vehicular.
A López, la única mujer en la baraja que se disputa la Alcaldía de Bogotá, no le ha ido bien. Su temperamento explosivo y sus declaraciones, que muchas veces pueden ser calificadas como ataques a sus contrincantes, la descolgaron del favoritismo que tenía al inicio de la campaña.
López, incluso desde antes de la inscripción de candidatos, arrancó con una ventaja que parecía irreductible y parecía que su elección estaba cantada. Pero mientras los días fueron avanzando y los debates se fueron dando, la popularidad de la candidata fue registrando una caída libre que, al parecer, ya paró, pero con un daño ya hecho: debido a que comenzó como favorita es la candidata que más ha caído de todos los competidores.
Favoritismo
Por otro lado, el candidato Miguel Uribe Turbay (del movimiento Avancemos, pero que está acompañado del Partido Liberal, el Centro Democrático, Cambio Radical, el Partido Conservador, MIRA y Colombia Justa Libres) ha podido tener una estrategia durante estos días de campaña que lo han ayudado a acercarse a los favoritos, aunque no lo suficiente para asegurar una victoria anticipada.
Sin embargo, Uribe Turbay cuenta con el apoyo de los partidos tradicionales, de los que siempre se ha dicho que tienen la maquinaria de su parte, por lo que este elemento podría hacerlo repuntar el día de la elección. Sin contar con que, como ya ha ocurrido en elecciones pasadas, los votantes durante la campaña se inclinan por un candidato y el día definitivo, cuando se acercan a la urna, todo cambia.
Además, debido a que el candidato se lanzó con las banderas con las que ha gobernado el actual alcalde Enrique Peñalosa ha cosechado por igual amistades y enemistades. De hecho, la segunda administración de Peñalosa no ha sido muy bien calificada (de ahí su eslogan “impopular, pero efectivo”) y esto puede haber llevado a Uribe Turbay a no conquistar la favorabilidad del electorado.
Uribe Turbay ha demostrado como concejal y como funcionario distrital que es una persona preparada, que conoce la ciudad y sobre todo que espera terminar las obras realizadas por el actual Burgomaestre. El día de la elección los capitalinos que quieren continuidad en el programa de gobierno, sin duda, elegirán esta opción que aún tiene chance.
Con el candidato Hollman Morris, de Colombia Humana-UP, la campaña comenzó mucho antes. Un escándalo mediático desprestigió su imagen social y lo dejó desde el principio mal ubicado en términos de favorabilidad del electorado.
Además, para quienes lo miran con buenos ojos (tanto como los que hacen todo lo contrario) la calificación de Morris siempre ha estado ligada al senador Gustavo Petro. Y eso se ha reflejado en que su campaña ha estado enfocada en desprestigiar el actual proyecto de Metro. Según dice, de llegar al Palacio Liévano hará el Metro subterráneo.
Pese a eso la favorabilidad del candidato de izquierda ha ido subiendo conforme avanzan los días, logrando reclutar mucho del voto joven de la capital. Morris confía en que sean los estratos populares y los bogotanos más marginados los que lo lleven al poder. Además, su campaña también ha dedicado parte del tiempo a realizar las denuncias, que aún puede hacer como concejal de Bogotá, sobre las supuestas irregularidades en la contratación del Metro de Bogotá. Estrategia que como ya se dijo, no le ha dado frutos suficientes para ser uno de los favoritos.
Debates
Esta campaña ha sido particularmente activa en materia de debates y los candidatos han asistido a todos. Desde youtubers hasta medios tradicionales pusieron a los aspirantes a hacer de todo: montar bicicleta, hablar con voces de helio, correr en trotadora, hasta el clásico formato de debate en el que los argumentos son los protagonistas. Debido a este alud de debates todo está dicho. Los capitalinos ya conocen las propuestas de los aspirantes y algunos ven las transmisiones solo para ratificar su intención.
Cabe anotar que los jefes de la política nacional, los expresidentes de la República, que en la campaña presidencial pasada fueron los protagonistas, no se metieron en esta campaña. El expresidente Álvaro Uribe, muy activo en campaña, solo estuvo pocos días en la capital apoyando a su candidato Uribe Turbay, mientras que César Gaviria, Andrés Pastrana y Juan Manuel Santos simplemente no hicieron pronunciamientos públicos frente a los hechos de la capital. Así mismo, el jefe del partido Cambio Radical, el ex vicepresidente Germán Vargas Lleras, que decidió hacer una gira nacional, tampoco se presentó en la capital.