Es bien sabido que en los comicios de gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles la gente vota más que en presidenciales y legislativas. En 2015 se vio una mejoría pues la inasistencia a las urnas se redujo a un promedio del 40%
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El abstencionismo ha sido uno de los grandes problemas de la democracia colombiana pues en promedio se ha mantenido arriba del 50% en los diferentes ejercicios, no obstante en las elecciones regionales ha sido menor que en las presidenciales y en las legislativas.
Ello sumado al momento político que vive el país promete que en los comicios de autoridades locales de octubre próximo se disminuya un poco más este fenómeno, se espera que al 37% o 38% de un censo electoral que estará arriba de 37 millones de ciudadanos.
En los comicios regionales de 2015 se presentó una mejoría en la participación de los colombianos en las urnas en comparación con 2011, bajando la abstención a un promedio del 40%, como se notó en la votación para gobernadores y alcaldes (ver gráfico).
Algo parecido sucedió en materia de corporaciones públicas: la abstención en 2015 en asamblea fue del 40,15%, mientras que en los comicios de 2011 fue del 41,9%.
En cuanto a Concejo la abstención en 2015 fue del 41,25%, mientras que en 2011 se ubicó en el 43,47%.
Vale tener en cuenta que desde las elecciones regionales de 2015 se han producido varios hechos y coyunturas que han llevado a los colombianos a interesarse más en la política y lo que es todavía más fundamental, a pronunciarse en las urnas. Ello podría hacer explotar la participación en los comicios de octubre en donde el uribismo intentará repetir el triunfo de las parlamentarias y presidenciales de 2018; pero también será el termómetro para saber de qué son capaces los alternativos y la izquierda, teniendo en cuenta el gran resultado de los verdes en las legislativas y los 8 millones de Gustavo Petro en las presidenciales.
Uno de esos hechos políticos después de las regionales de 2015 que marcaron sin duda fue la negociación que el anterior gobierno adelantó con la entonces guerrilla de las Farc, que polarizó a la población entre los que defendían ese proceso y los críticos por las concesiones que recibirían los integrantes de esa organización, especialmente porque las sanciones que se contemplaban por los graves delitos cometidos en el conflicto armado no implicaban que fueran a la cárcel.
El entonces presidente Juan Manuel Santos decidió que los colombianos refrendaran o improbaran el acuerdo de paz finalmente firmado con las Farc. Se escogió para ello el mecanismo del plebiscito, sin embargo a pesar de la polémica y la virulencia que despertó esta negociación, la población no fue a las urnas en 2016 en el volumen que se esperaba por la trascendencia de la decisión que se debía tomar.
El censo electoral para ese plebiscito fue de 34.899.945 ciudadanos, no obstante apenas 13.066.047 se acercaron a votar, configurando una abstención del 62,57%
Analistas consideraron que pudo influir para que la mayoría de los colombianos no votaran en esa oportunidad que se daba por descontado que ganaría con amplitud el Sí al acuerdo firmado, pero no fue así y triunfó el No, obligando al gobierno Santos a renegociar el acuerdo de paz con las Farc.
Presidenciales
Si bien ese pulso entre los defensores y los críticos del acuerdo de paz no se vio reflejado en el referido plebiscito, este asunto si impactó la participación en los comicios presidenciales y parlamentarios de 2018, pues el escenario que se notaba en ese momento por un lado era un bloque de candidatos que se comprometieron con defender el acuerdo: Sergio Fajardo, Gustavo Petro y Humberto de la Calle; y por el otro la carta del uribismo, Iván Duque, que anunció que haría cambios de fondo en temas como la Jurisdicción Especial de Paz (JEP).
Como consecuencia en la primera vuelta presidencial participaron 19.636.714 ciudadanos de 36.783.940 que conformaban el censo electoral, bajando la abstención al 46,62%.
En la primera vuelta presidencial de 2014 la abstención había sido del 59,93%; en tanto que en la primera vuelta de los comicios de 2010 la abstención fue del 51%.
En cuanto a la segunda vuelta de las presidenciales de 2018 a la que arribaron Iván Duque y Gustavo Petro la abstención creció un poco con relación a la primera vuelta, ubicándose en 46,96%. En la segunda vuelta de las presidenciales de 2014 la abstención llegó al 52,11% y en los comicios de 2010 en este balotaje la abstención fue del 56%.
En la primera vuelta de las elecciones de jefatura de Estado en 2006 la abstención llegó al 55%. En tanto que en igual fase en los comicios de 1994 se dio una de las abstenciones más altas de la historia para la escogencia de presidente con el 66%.
Consulta anticorrupción
La consulta anticorrupción que convocaron los movimientos alternativos en 2018 se puede considerar como un fenómeno político pues a pesar de que ninguna de las siete preguntas pasó porque no se logró el umbral de participación, votaron 11.672.122 personas, un hecho inédito en la historia de este mecanismo en el país.
Cerca estuvo esa consulta anticorrupción de alcanzar el umbral que tenía como referencia la tercera parte del censo electoral, 12.140.342. Un total de 11.517.937 votos resultaron válidos: 99,16% por la opción del Sí y solo el 0,83% por el No. Fueron nulos 25.168 tarjetones y 126.241 no fueron marcados.