Los policías franceses se manifiestan contra el "odio antipolis", un hecho insólito en el país que se produce después de dos meses de escaramuzas, a veces violentas, en ocasión de las protestas sociales contra la reforma de la ley laboral.
Los policías se declaran agotados por las tareas que les impone el estado de emergencia instaurado tras los atentados del 13 de noviembre, y no soportan ser objeto de ataques de las franjas más radicales de los manifestantes al grito de "todo el mundo detesta a la policía".
Sus sindicatos llamaron a mitines en unas 60 ciudades del país. La más importante, en la emblemática plaza de la República de París, en la que se reúne cada noche desde fines de marzo el movimiento ciudadano Noche en Pie.
Paralelamente, un colectivo que denuncia la violencia de los policías llamó también a manifestar en el mismo lugar inmediatamente antes de la hora prevista por el mitin de los policías, pero esa manifestación fue prohibida por las autoridades.
"Se puede entender que las fuerzas del orden estén un tanto exasperadas", comentó el miércoles el director general de la Policía Nacional, Jean-Marc Falcone, afirmando que los policías "son agredidos verbal y físicamente" cuando "están sometidos a una fuerte presión desde los atentados de enero de 2015".
Unos 350 policías fueron heridos durante las manifestaciones sociales de las últimas semanas, según las autoridades.
"Nunca había visto eso", dijo a la AFP Arnaud, miembro de las unidades antimotines, sosteniendo que los grupos de manifestantes violentos "están perfectamente organizados, nos tiran todo lo que encuentran, sin saquear, para causar destrozos y agredir a los polis".
- El gobierno criticado -
Por su parte, los manifestantes contra la ley laboral denuncian la brutalidad de las intervenciones policiales, apoyándose en vídeos difundidos por las redes sociales. Un joven manifestante perdió un ojo tras ser herido a fines de abril en Rennes (oeste). Unas 30 investigaciones fueron abiertas por la "policía de policías" a raíz de denuncias de violencias policiales en las manifestaciones.
Varios dirigentes de izquierda y líderes sindicales, así como la Liga de Derechos Humanos, acusaron al gobierno por su gestión del mantenimiento del orden.
Aplaudida después de los atentados de enero de 2015 en París (17 muertos, entre ellos tres policías), la policía francesa sigue teniendo empero una "imagen excepcional" y 82% de los ciudadanos afirman que tienen una buena opinión de ella, según una encuesta publicada el miércoles.
Pero también la mayoría de los franceses se opone (58%) al proyecto de reforma de la ley laboral, objeto del descontento social que moviliza desde hace dos meses a decenas de miles de personas en las calles de Francia.
El martes, cuando estaba organizado un nuevo día de movilización contra ese texto, el presidente François Hollande afirmó que no renunciará a esa reforma, que el gobierno impuso en la Asamblea Nacional (Cámara Baja) sin votación, dado que no era sostenido por la mayoría de los diputados.
Un nuevo día de manifestaciones está previsto el jueves, y el miércoles huelgas de ferroviarios, camioneros y aeropuertos perturbaban el transporte en Francia.
Cuando falta menos de un año para la próxima elección presidencial y que François Hollande bate récords de impopularidad en los sondeos, el mantenimiento del orden apareció como tema de campaña. Varias personalidades de la oposición de derecha anunciaron que participarían en los mitines de los policías.
Por su parte, la dirigente del Frente Nacional (extrema derecha) Marine Le Pen denunció el martes el "laxismo total" de las autoridades frente a las "milicias de extrema izquierda".