Viernes, 29 de Abril de 2016
Como ocurre al inicio de cada administración y se radica el proyecto del Plan de Desarrollo en el Concejo de Bogotá, se encuentra que para los cuatro años, no hay recursos. Para esta ocasión es igual pero con el componente fundamental de que con la venta de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB) se realizarían obras en infraestructura, colegios, hospitales, seguridad y vías.
En efecto, el proyecto de Plan de Desarrollo “Bogotá Mejor Para Todos” que radicó ayer en el Concejo de Bogotá, incluyó un artículo en el cual pide autorización para enajenar acciones de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB).
“Una ciudad sin recursos es un doble desafío: cumplir con nuestra promesa de sacar a la ciudad adelante, construir la Bogotá que todos queremos y nos merecemos; y conseguir los recursos para ello. No haremos nada que no esté basado en fundamentos técnicos y en la mayor transparencia, y no dejaremos de trabajar por la visión que les prometimos a los bogotanos”, añadió el Alcalde.
En el proyecto del Plan de Desarrollo se establece dónde se invertirían los recursos producto de la enajenación de acciones de la ETB:
1. Construir 30 colegios para que con esta y otras estrategias, en cuatro años, 600.000 de nuestros niños y niñas puedan estudiar en jornada única. Solo construir colegios puede garantizar la jornada única, y solo ésta garantiza que además de los niños estudiar con calidad sus padres puedan trabajar sin preocupación.
2. Construir 4 hospitales que beneficien a 1’500.000 personas que no pueden acceder a servicios de salud de calidad. En los últimos 10 años no se ha creado una nueva cama de hospital y, según los estudios
de Planeación Nacional, a Bogotá le hacen falta 12.000 camas.
3. Se construirá un centro de comando y control y dotar a la ciudad de un número significativo de cámaras para que nuestros policías y los investigadores estén conectados y tengan una ventaja real sobre las organizaciones criminales.
4. Construir más vías para aliviar el grave problema de movilidad, pero también, y sobre todo, para que más mamás y papás lleguen más temprano para compartir con sus hijos.
5. Atender a 230.000 niños de 0 a 5 años que están en condiciones de vulnerabilidad. Solo si le damos una atención integral, como nunca antes en la historia de Bogotá antes se había hecho, podremos garantizar que las generaciones de bogotanos que comienzan a crecer tendrán más herramientas para desarrollar todo su potencial en el futuro. La Inversión más rentable de una sociedad son los recursos que se destinan a primera infancia, allí los retornos en capital humano superan ampliamente las rentabilidades de una empresa como ETB, además es creciente el retorno de la inversión en niños comparada con la Inversión en una empresa de telecomunicaciones de escala intermedia como ETB.
6. Dos megacentros deportivos, recreativos y culturales y 100 canchas de pasto sintético por toda la ciudad para que los bogotanos de todas las edades puedan desarrollar sus propios talentos y se puedan crear nuevos lazos entre las comunidades. Estos centros pueden beneficiar a unas 800.000 personas.
El Alcalde explicó que para poder hacer esas inversiones, que harán de Bogotá motivo de orgullo de sus habitantes y una ciudad referencia en América Latina, es necesario recurrir a esta venta de activos de una empresa que, como la ETB, ya no cumple la función pública que tuvo en su origen.
La Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá es una institución de gran tradición en la ciudad, pero ya no es el monopolio estatal de antaño del que dependía la comunicación de sus habitantes.
Por el contrario, la ETB ha pasado a ser un competidor menor en una industria de telecomunicaciones dominada por una intensa competencia del sector privado, alta volatilidad tecnológica y economías de escala que la ETB no posee. Ante este cambio tecnológico, regulatorio y de negocios, la empresa ha venido perdiendo clientes y valor por más de una década.
A nivel global, desde 1984, los avances tecnológicos han llevado a que los Estados abandonen progresivamente su papel de proveedores de servicios de telecomunicaciones para pasar a ser reguladores y supervisores de la competencia entre los prestadores privados de estos servicios.
Desde los 90, Colombia ingresó a esta realidad global, que ofreció a los consumidores mejores servicios, tarifas más bajas y una mayor conectividad fija y móvil.
En el ámbito nacional, varias empresas públicas de telecomunicaciones colombianas advirtieron estas señales del mercado y tomaron la decisión de vincular capital privado, como fue el caso de Telecom, y más recientemente UNE/Tigo que es hoy por ingresos la segunda empresa de telecomunicaciones del país.
En cambio, la ETB intentó adaptarse a este nuevo contexto transformándose para competir como empresa pública en igualdad de condiciones con los operadores privados. A pesar de haber invertido montos importantes desde 2013 (más de $2,1 billones, equivalente al 92% de su patrimonio hoy) en tecnologías de punta -fibra óptica, móviles y televisión- no logró vincular los nuevos clientes esperados con esa inversión, ni sostener su participación de mercado.
Desde 2011 a mediados de 2015, ETB pasó de tener el 73% del mercado de líneas fijas en Bogotá al 55% y en Internet pasó de 50% a 34%; clientes que migraron a los competidores privados, en una suerte de “privatización por competencia”. Los ingresos de la entidad se redujeron en 6% en los últimos diez años mientras que el PIB del sector de las telecomunicaciones creció 110% en el mismo periodo y los tres principales competidores multiplicaron sus ingresos. Es así como en 2015, ETB representó menos del 6% de los ingresos de los cuatro principales operadores.
“Esto quiere decir que la empresa capitalina no tiene hoy escala para innovar, realizar las inversiones necesarias y crecer. Además, con una participación tan disminuida de mercado, hace muchos años perdió su papel como operador dominante del mercado, y pasó de ser el líder a seguidor de los competidores privados en precios y tecnología”, explicó Peñalosa.
En resumen, en la última década la empresa viene perdiendo valor y las recientes inversiones no han logrado reversar esa caída. Por estas razones, se ha decidido presentar al Concejo una solitud para enajenar parte o la totalidad de la participación del Distrito Capital en ETB, para así salvar el patrimonio que aún le queda a los capitalinos en la empresa y lograr un uso eficiente de estos dineros que genere mayor valor para la ciudad y mejor cohesión social.