El francés Pierre Boulez, fallecido esta semana a los 90 años, era una de las principales figuras de la vanguardia musical de la segunda mitad del siglo XX y uno de los grandes compositores-directores de su época.
Boulez falleció en Baden-Baden, en Alemania, donde vivía desde que abandonó Francia, exasperado por lo que consideraba como el conservadurismo musical de su propio país.
Sus obras, interpretadas en todo el mundo, le llevaron desde los años 1950 a ser considerado uno de las grandes compositores-directores de su época.
Su trabajo sobre las relaciones entre la creación y la interpretación lo convirtieron en una figura clave del mundo musical, cultural e intelectual, y no sólo en Francia.
En su faceta de director pasó por la orquesta de Cleveland (1967-1972), por la sinfónica de la BBC (1971-1975) y la filarmónica de Nueva York (1971-1977). Boulez dirigía sin batuta, con un estilo sobrio, sin grandes efectos, con gestos nítidos y siempre respetando al máximo la intención de los compositores.
Boulez también impulsó la creación de la Ciudad de la Música de París (inaugurada en 1995) y de la Filarmonía de París, una sala abierta en enero de 2015 sin su presencia porque ya estaba enfermo./AFP