Ayer, tras un receso de varias semanas se reinició en Quito (Ecuador) en un segundo ciclo las negociaciones de paz que adelanta la administración de Juan Manuel Santos con el Eln. A pesar del optimismo que manifestaron las partes por los primeros avances que se podrían dar en esta oportunidad, hay voces en Colombia que consideran que los diálogos no tendrían futuro alguno en medio de la creciente oleada terrorista de esta guerrilla. Por ello piden que el Gobierno la presione a adoptar un cese el fuego unilateral.
El Eln propuso al Gobierno desde un comienzo de la negociación un cese bilateral del fuego y de hostilidades similar al que acordó con las Farc en el último año de las conversaciones en La Habana. No obstante el Ejecutivo fue claro es que daría un paso en este sentido solo después de que se lograra avanzar con acuerdos en la agenda de negociación y que los ‘elenos’ dieran muestras de querer abandonar el secuestro y los atentados contra la infraestructura eléctrica y petrolera.
En ese escenario el Gobierno y el Eln aceptaron negociar en medio del conflicto, no obstante contra todo pronóstico esta guerrilla buscando presionar el cese bilateral del fuego arreció su accionar terrorista asesinando a cuenta gotas policías en diferentes regiones del país, poniendo explosivos en las redes del oleoducto sin importarle el daño ambiental y la afectación a la población civil por la contaminación del agua de que se abastecen los acueductos, además de persistir en la práctica del secuestro.
El jefe del equipo negociador del Gobierno, Juan Camilo Restrepo, ha conminado en repetidas oportunidades al Eln a desistir en sus acciones, sin lograr gestos en este sentido.
La respuesta del Eln ha sido que el propio Gobierno insistió negociar en medio del conflicto y por ello ha insistido en su planteamiento de una tregua bilateral.
Al tiempo crece la presión de varios sectores al Gobierno para que endurezca su postura frente al Eln, exigiendo que cese sus acciones terroristas como condición para seguir sentado en la mesa de negociación; al tiempo que los colombianos cada vez más dudan de la voluntad de paz de esta guerrilla, según se ha reflejado en varias encuestas.
"Ojalá podamos pactar un cese bilateral que acompañe estas conversaciones desde el inicio, no al final", dijo ayer Pablo Beltrán, jefe del equipo negociador del Eln, tras reunirse junto con delegados del Gobierno con el saliente presidente ecuatoriano Rafael Correa para manifestar su agradecimiento por la colaboración que ha brindado el vecino país a los diálogos de paz.
Cese unilateral
El exalto Consejero de Paz, Carlos Holmes Trujillo, dijo a EL NUEVO SIGLO que el Gobierno está en mora de exigir al Eln cesar en sus acciones terroristas.
Indicó que “El Gobierno está cometiendo con el Eln los mismos errores que cometió con las Farc, haber aceptado conversar en medio de la violencia, en medio de las balas y de las bombas, y eso es muy inconveniente. Por esa razón creo que el Gobierno tiene que exigir el cese unilateral de acciones criminales por parte del Eln como condición inamovible para adelantar conversaciones, de lo contrario sería un tremendo error, como lo está sufriendo el país en muy distintas regiones a raíz de las acciones terroristas del Eln”.
Negociadores del Gobierno y el Eln agradecieron ayer al presidente ecuatoriano Rafael Correa por la ayuda de ese país a la realización de los diálogos de paz.
Holmes Trujillo consideró que las conversaciones de paz con el Eln no llegarán a ningún lugar de persistir las acciones terroristas de esta organización subversiva. “No tiene ningún futuro, se está adelantando en medio de las balas y las bombas, los colombianos no van a aceptar que eso siga siendo así”. Agregó que es impensable que el Eln vaya a hacer un acuerdo con un presidente que atraviesa el último tramo de su periodo.
Por su parte el exprocurador Jaime Bernal Cuéllar, quien además participó en anteriores oportunidades en mesas de acercamientos con el Eln con miras a una negociación de paz, dijo a este Diario que “el Gobierno debe tomar medidas.
En este caso a este grupo se le han dado todas las garantías, se ha tomado todo el tiempo y siguen cometiendo conductas delictivas. Es un momento en que debe condicionarse la continuidad de esa mesa exigiendo un cese de hostilidades, especialmente de aquellas conductas que están golpeando a la sociedad civil, como los secuestros, como las muertes de los policías”.
Añadió Bernal Cuéllar que “deben tomarse medidas drásticas o la suspensión definitiva de secuestros y la persecución a los agentes de Policía, que no se está haciendo en combate” sino en indefensión.
El exprocurador dijo que a cambio de una tregua por parte del Eln el Gobierno podría “que se vayan integrando a este proceso de paz los que se quieran desmovilizar, darles garantías para efectos de cualquier desmovilización individual de estas personas como formas de aplicar extensivamente este proceso de paz, a pesar de que los acuerdos de paz no comprenden a ningún grupo diferente a las Farc”.
Mientras tanto Jorge Restrepo, director del Cerac (Centro de Recursos para el Análisis del Conflicto), le dijo a este Diario sobre una tregua que “lo que es conveniente es que sea bilateral, sea acordada. La experiencia de las Farc demuestra que cuando son acordadas tienen una efectividad muchísimo mayor porque son exigibles. De manera que lo que creería que en lo que debe insistir el Gobierno es en tratar de negociar una tregua bilateral, desescalamiento bilateral limitando las acciones militares de la guerrilla que están dirigidas en contra de la población civil”.
Llamó la atención que esto “va en contra precisamente de lo que ha sido la estrategia negociadora de Juan Camilo Restrepo, que es la de buscar que cumplan las limitaciones que les impone el Derecho Internacional Humanitario”. Insistió en que “a mi juicio deben buscar un desescalamiento bilateral”.
Acciones terroristas tras primer ciclo de diálogos
Desde el 6 de abril cuando concluyó el primer ciclo de conversaciones con el Gobierno en Quito el Eln ha asesinado 9 policías y militares, ha secuestrado diez ciudadanos y en dos oportunidades ha dinamitado el oleoducto Caño Limón- Coveñas.
El más reciente atentado ocurrió hace tres semanas. Y en El Carmen, en el Catatumbo, el agua se volvió inconsumible.
El pasado 13 de mayo, esta guerrilla asesinó un soldado en Teorama, Norte de Santander. Antes, el 1 de mayo, dio muerte en Caloto, Cauca, al policía Oswaldo Antonio Lance.
El Eln también asesinó un ingeniero militar en la vereda Vetas, en Tibú, Norte de Santander, el 2 de mayo pasado.
El 21 de abril pasado, el Eln asesinó al comandante de la Policía de Teorama, en Norte de Santander, Jaime Leonel Mariño.