“¿Cuándo el Gobierno Nacional certificó al señor alias ‘Timochenko’ ante las autoridades judiciales la condición de ‘vocero’ o ‘miembro representante’ del grupo al margen de la ley FARC, a fin de suspender las órdenes de captura que se han dictado en su contra?, es una de las inquietudes presentadas este miércoles por el procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez Maldonado, al señor presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, ante la confirmación de la presencia en La Habana (Cuba) del condenado delincuente y máximo cabecilla del grupo terrorista y narcotraficante FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, con la autorización del Gobierno Nacional.
Rifirrafe entre lo jurídico y lo político por Timochenko
¿Hay que detenerlo, matarlo... o ponerle una alfombra roja? Invisible y omnipresente a la vez, el líder de la guerrilla marxista de las FARC en Colombia es un dolor de cabeza para las negociaciones de paz.
Sólo aparece en videos, desde algún lugar remoto en las montañas, pero esta vez, a los 55 años, el máximo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), conocido por su nombre de guerra Timoleón Jiménez, alias "Timochenko", salió de la selva.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, admitió haber dejado que el enemigo público número uno del país, a quien la justicia ya condenó en ausencia, viajara a Cuba, sede del proceso de paz que el gobierno y las FARC adelantan desde hace dos años, generando una violenta controversia.
"¿Por qué lo autoricé? Porque es que estamos en una negociación", sostuvo el jefe de Estado, cuyo gobierno ha iniciado conversaciones con la guerrilla más antigua de América Latina, nacida de una insurrección campesina hace medio siglo y que, según cifras oficiales, cuenta con unos 8.000 combatientes.
Principal opositor a esos diálogos, su popular predecesor, Álvaro Uribe, dijo que los "viajes de 'Timochenko' muestran el engaño de Santos a las Fuerzas Armadas mientras el terrorismo avanza en Colombia".
Conocido por sus posiciones conservadoras, el procurador Alejandro Ordoñez, titular del organismo público responsable de controlar a los funcionarios públicos, también pidió "explicaciones" a las autoridades sobre el líder de las FARC, cuestionando su "estatus jurídico".
"No se ha levantado ninguna (de las) órdenes de captura" en su contra, dijo esta semana la justicia colombiana a través del vicefiscal Jorge Perdomo, quien dijo que se negaba a participar en lo que calificó de "juego de intereses políticos".
- "Pelea entre lo jurídico y lo político" -
"El caso de Timochenko muestra esa pelea entre el sentido jurídico y el sentido político. En Colombia, los procesos de negociación siempre tuvieron que tener ciertas tolerancias para la justicia", explica a la AFP el abogado constitucionalista Manuel Quinche.
Para este profesor de la Universidad del Rosario de Bogotá, el gobierno de Santos "tomó un riesgo al jugar una carta dura" cuando autorizó esos viajes que están fuera de las reglas, pero pueden ser de gran ayuda para la paz".
En las sombras desde el inicio de las conversaciones, el jefe de las FARC, un exestudiante de medicina que pasó a la clandestinidad en los años 1980, no encabeza la delegación de los rebeldes en La Habana, quienes, en tanto negociadores, se benefician de una suspensión de las órdenes de captura en su contra.
El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, creyó necesario aclarar estos días que "Timochenko" no había tenido acceso ni a la mesa de conversaciones ni contacto con las autoridades colombianas, y que fue a Cuba sólo "en dos ocasiones" para consultas internas de las FARC.
Parecía buscar desactivar un tema explosivo para el presidente Santos, quien ya provocó la ira de sus críticos al confesar en el pasado que "pensaría dos veces" antes de dar la orden de matar al líder de la guerrilla.
Las visitas de "Timochenko" a Cuba responden, según Bogotá, al deseo de asegurar la continuidad del proceso de paz, amenazado por la ausencia de un alto el fuego y la creciente lista de víctimas de un conflicto que ya se ha cobrado la vida de 220.000 personas en más de 50 años, según datos oficiales.
"Este es un golpe para la oposicion, que decía que los negociadores de las FARC en La Habana no tenían control sobre los guerilleros en el terreno en Colombia", dijo a la AFP el analista político colombiano Ariel Ávila.
"La llegada del jefe prueba lo contrario, o sea que hay un verdadero compromiso de la guerilla para el dialogo", señala este especialista en conflictos, investigador de la Fundación Paz y Reconciliación.
"Es posible alcanzar la paz", aseguró hace poco el propio "Timochenko", tanto a sus partidarios como sus más feroces advesarios, en uno de sus pocos mensajes publicados "desde las montañas de Colombia" .