PIB impacta campaña británica | El Nuevo Siglo
Miércoles, 29 de Abril de 2015

AUNQUE el panorama económico no es sombrío, la contracción del  crecimiento del Producto Interno Bruto británico en el primer trimestre de este año se convierte en el caballo de batalla de la oposición para inclinar la balanza electoral a su favor este 7 de mayo.

El dato de que la economía británica creció solamente 0,3% en el primer trimestre de este año (se esperaba que fuera mínimo de 0,5%) divulgado ayer por la Oficina Nacional de Estadísticas fue “combustible” político en la carrera hacia el No.10 de Downing Street, la que desde meses atrás registra un en empate técnico entre los conservadores liderados por el primer ministro David Cameron y el laborismo comandado por Ed Miliband.

El frenazo de la economía del 0,6% registrado en el último trimestre del año pasado y el dato de los tres primeros meses fue, como era de esperarse, interpretado bajo diferentes y contradictorias ópticas por los líderes políticos.

El líder tory y premier Cameron, que ha centrado su aspiración reeleccionista precisamente en su gestión económica señaló que “las cifras del PIB muestran que nuestra economía todavía crece pero que no podemos dar por hecha la recuperación”. Y aprovechó esa situación para advertir: “no la pongamos en  peligro con Ed Miliband y el SNP (nacionalistas escoceses)".

Y como el desempeño económico es lo que finalmente centra todo debate presidencial y es el “arma” más efectiva contra la apatía electoral, esa que precisamente ha caracterizado esta campaña británica pese a ser una de las más reñidas de su historia, la oposición laborista no desaprovechó la situación.

"Los datos demuestran que los conservadores y sus socios  demoliberales no han arreglado la economía para las familias trabajadoras", respondió  el responsable económico de los laboristas, Ed Balls, mientras que su líder Miliband agregó el dato del crecimiento económico a la larga lista de fracasos que endilga al gobernante partido conservador.

En sus recientes discursos, Miliband ha culpado al gobierno de Cameron de aislar el país y de haber contribuido al desastre en que está inmersa Libia. A ello añade, y como consecuencia de la misma, el alto flujo de migración desde esas costas hacia Europa.

“David Cameron ha presidido la mayor pérdida de influencia de nuestro país en una generación”, dijo hace pocos días Miliband en un discurso en el gabinete estratégico londinense Chatham House, atribuyendo esa pérdida de influencia a que el Gabinete de Cameron“se ha alejado del mundo en lugar de avanzar con confianza hacia él”.

Según  Miliband, Cameron “asumió equivocadamente que las instituciones de Libia iban a evolucionar y transformarse por si solas tras la caída de Gadafi. …La tragedia podía haberse previsto y debería haberse evitado”.

A esos reiterativos señalamientos, Miliband que dista mucho de Cameron en cuanto a carisma y pragmatismo pero que tiene tras de sí una poderosa maquinaria y el anticipado apoyo de  los nacionalistas escoceses, los terceros más fuertes en la contienda de este 7 de mayo, ha añadido fuertes críticas a la gestión económica, lo que insiste se ve reflejada en el bajísimo crecimiento de los tres primeros meses del 2015.

Sin embargo, analistas económicos y políticos resaltan que el dato del crecimiento de 0,3% del PIB británico no puede asumirse, a rajatabla, como un fracaso, sino más bien como un avance lento pero sostenido del mismo.

El informe de la Oficina de Estadística divulgado ayer señala que el  sector servicios experimentó una mejora al subir en el primer trimestre el 0,5%, mientras que descendieron los otros tres principales sectores de la economía: la construcción, con una caída del 1,6%; la industria, el 0,1%, y la agricultura, el 0,2%.
Y agrega otro dato a tener en cuenta: el PIB fue un 2,4% más alto que en el primer trimestre del año pasado.

En el contexto mundial de la fuerte caída de los precios del petróleo, el bajonazo en el sector industrial británico es atribuido, en gran parte, al descenso de los ingresos del llamado “oro negro” del Mar del Norte.

Sin minimizar los guarismos, el  ministro de Economía, George Osborne, señaló que el aumento es "una buena noticia" para la economía, pero resaltó que el país está en un "momento crítico".

Pero más allá de ello es un momento  decisivo porque a una semana de las elecciones, los gobernantes conservadores tienen según todos los sondeos tan solo un punto de ventaja sobre la oposición laborista. Ese 34% vs. 33% de confirmarse en las urnas no dará a ninguna de las dos formaciones la mayoría absoluta requerida para formar gobierno. Y es allí donde los nacionalistas escoceses se convierten en el peso que inclinará la balanza.

Según las predicciones, el partido nacionalista escocés podría obtener cerca de 55 de los 59 escaños escoceses en Westminster, un resultado histórico para una formación que nunca ha ocupado más de 11 asientos en la Cámara de los Comunes y que podría tener la llave de la gobernabilidad en el Reino Unido.

Y es desde ahora hasta el día de la elección donde los británicos indecisos podrían echar mano al viejo refrán popular de “más vale conocido que bueno por conocer”. Son conscientes de que la recesión económica es cosa del pasado al igual que la recuperación plena de la misma es demorada. Lo evidencian con los ingresos reales de sus hogares que han mejorado y que según la empresa de análisis Capital Economics  “están en camino de ser este año los mejores desde 2006.

No se puede descartar que la creciente incertidumbre que  rodea las elecciones y el vaticinado reñido duelo entre las dos grandes formaciones políticas pudieron incidir en el resultado del crecimiento económico. Es el tradicional “stand by” o cautelas de empresas e inversionistas frente  al duelo por el  poder.

 En esta recta final de la carrera hacia el No.10 de Downing Street, la economía mueve la campaña y entra de lleno en el juego político. Cameron mostrará una prolongada recuperación económica bajo su administración, mientras que su opositor Miliband la tildará de frágil y lenta. Pero las cartas, cifras, programas, logros y promesas están sobre la mesa. Se acerca el momento de decidir.