La actividad económica repuntó en el segundo trimestre en Estados Unidos, impulsada por un mayor consumo de los hogares y un fuerte aumento de las exportaciones, tras un comienzo de año que al final fue mejor de lo estimado inicialmente.
Entre abril y junio, el Producto Interior Bruto (PIB) estadounidense ganó 2,3% en ritmo anualizado y en datos corregidos de variaciones estacionales, lo que representa una clara aceleración en relación al alza de 0,6% del primer trimestre, según datos publicados el jueves por el Departamento del Comercio.
Las cifras son una buena noticia para la primera economía mundial: hasta este jueves se pensaba que su PIB había retrocedido 0,2% en el primer trimestre, afectado por un invierno severo y una caída de las exportaciones.
El anuncio de esta caída había despertado dudas sobre la solidez de la economía estadounidense y temores en varios países cuya economía depende en gran medida de Estados Unidos.
Con el 2,3% de crecimiento del segundo trimestre Estados Unidos recupera el ritmo y registra la mayor expansión desde el tercer trimestre del año pasado.
"Las cifras revisadas del PIB (...) esbozan un cuadro optimista y tranquilizan sobre la salud de la economía" del país, comentó Chris Williamson, economista del gabinete Markit.
Según el Departamento, la mejoría en el segundo trimestre se debe a una mezcla de "repunte de las exportaciones", una aceleración del gasto de los hogares y una desaceleración de las importaciones, que integran el cálculo del PIB.
El gasto de los hogares, motor del crecimiento en Estados Unidos, se aceleró aumentando 2,9% contra 1,8% en el primer trimestre.
Las compras de bienes duraderos como los vehículos o mobiliario tuvieron un repunte de 7,3%, según datos oficiales.
Tras caer por la apreciación del dólar, las exportaciones volvieron a tener un buen desempeño (+5,3%) entre abril y junio después de haberse desplomado 6% en el trimestre anterior.
La mejora es más palpable en los bienes, talón de Aquiles del comercio exterior estadounidense, cuyas ventas al exterior subieron 6,8% en el segundo trimestre tras derrumbarse 11,7% en los tres meses anteriores.
Al mismo tiempo, las importaciones se desaceleraron fuertemente, al aumentar sólo 3,5% en el periodo estudiado, menos de la mitad que en el primer trimestre del año.
- Inversiones a media asta -
Pero el horizonte no está del todo despejado.
Las inversiones de las empresas tuvieron dificultades para mantenerse en cifras positivas (0,3%) y se desaceleraron fuertemente tras el alza de 8,6% en el primer trimestre.
Afectado por la caída de los precios del petróleo, el sector de las industrias de extracción recortó en más de 68% sus inversiones en el segundo trimestre después de haberlo hecho ya en los tres meses anteriores (-44,5%), según el Departamento.
Por otro lado, el gasto del Estado federal volvió a quedar en rojo (-1,1%) después de haber aumentado 1,1% en el primer trimestre. El sector militar fue el más afectado, con un retroceso de los gastos de 1,5% en el segundo trimestre.
Pese a estas zonas oscuras, la mejora del crecimiento estadounidense sin dudas alimentará el debate sobre cuándo normalizará el banco central (Fed) estadounidense su política monetaria.
Desde fines de 2008 la Reserva Federal mantiene sus tasas directrices cercanas a cero para sostener la actividad pero ha manifestado que las subirá cuando esté satisfecha con el estado de salud de la economía.
"Las nuevas cifras y sobre todo la revisión del primer trimestre eliminan las dudas sobre la salud de la economía que habían dado a dirigentes tímidos un motivo para esperar para el aumento de las tasas", sostuvo Williamson, quien cree que un incre