La carga tributaria en las empresas petroleras pero principalmente en las dedicadas a bienes y servicios, llegó este año a 38% de sus utilidades. De acuerdo con un análisis de la Cámara Colombiana de Bienes y Servicios Petroleros, Campetrol, la Tasa Efectiva de Tributación (TET) mide de forma directa “el total de la carga tributaria impuesta por la regulación nacional a las firmas en proporción a las ganancias que obtienen por sus actividades”.
Señala el análisis que tomando los estados financieros de las 25.515 empresas que reportan su información contable a la Superintendencia de Sociedades, se puede apreciar la diferencia entre la TET del total de estas compañías y de aquellas pertenecientes al sector de bienes y servicios petroleros, BB&SS.
Indican que en promedio, una empresa normal estaría tributando el 30% de sus utilidades (alrededor de 488 millones de pesos en impuesto de renta y complementarios de 1.826 millones de pesos de utilidades), mientras que las de BB&SS petroleros estarían tributando 38% de sus utilidades (4.208 millones de pesos en impuesto de renta y complementarios de 11.118 millones de pesos de utilidades). Todo esto sin tener en cuenta el impacto de las nuevas medidas de la última reforma tributaria.
Lo anterior se explica porque a diferencia de las empresas de BB&SS petroleros, varias de otros sectores cuentan con distintos beneficios tributarios como exenciones, descuentos, deducciones y exclusiones.
Si bien esto está concebido como una medida para incentivar el crecimiento de ciertas industrias nacionales, también supone un costo fiscal para el Estado (lo que se podría recaudar si estos beneficios tributarios no existieran, siendo del 49% del recaudo total de 2014, unos 53 billones de pesos) y puede reorganizarse para lograr una inversión eficiente del Gobierno.
Indica Campetrol que adicionalmente cabe indicar que un costo fiscal del Estado se justifica cuando hay un desarrollo de un sector de la economía, y se impulsan las exportaciones, la generación de empleo y el desarrollo, es decir tiene que haber una medición del impacto de esas exenciones, ya que si no se hace, se estarían sacrificando inversiones del Estado.
Señalan que en general, la Reforma Tributaria de noviembre anterior, limita el crecimiento empresarial al desincentivar los flujos de inversión que estos sectores reciben, debido a que los tributos caen principalmente sobre los ingresos de las compañías.
El sector de bienes y servicios petroleros no solo se ve más impactado por estos cambios con su actual TET, sino que además se ve desprovisto de herramientas para recuperar su desempeño después de la coyuntura al perder atractivo y, al igual que empresas de otros sectores, tener que tributar en instancias en que incluso no se están generando utilidades sino pérdidas.
Con la Reforma Tributaria con la que se inició el año 2015, la industria colombiana enfrenta un aumento en la carga fiscal importante a sus utilidades que ya era notablemente alto.
Esta Reforma trajo consigo una nueva tributación, la sobretasa del Impuesto sobre la Renta para la Equidad (CREE), que aumentó en 5 puntos porcentuales la carga impositiva colombiana sobre la renta.
Cabe destacar que la carga impositiva sobre la renta en Colombia fue la tercera más alta del mundo con un 33% (25% de imporrenta y 9% del CREE) y este año se ubica como la primera con la adición de la sobretasa.
Estas cargas, aunque buscan aumentar el recaudo nacional, desincentivan la inversión privada nacional e internacional, debido a las altas tasas de estos impuestos y la dificultad para su declaración y efectiva tributación.
Adicionalmente, esta Reforma Tributaria de noviembre de 2014, resulta ineficiente en su ejecución al aumentar el recaudo exclusivamente por medio de los ingresos y patrimonio de las empresas, sin tratar problemas como la evasión (2% del PIB para el IVA y 2,3% para el impuesto sobre la renta), y las figuras como entidades sin ánimo de lucro, donde se están amparando entidades con ánimo de lucro, lo que crea una evasión técnica que debe ser revisada y controlada.