Los periodistas y los comunicadores pueden afectar la salud mental de los ciudadanos sin darse cuenta. Una pieza diseñada sin reflexión profunda o una entrevista basada en suposiciones puede llegar a generar depresión o trastornos de ansiedad.
Esto es lo que revela Comunicarnos sin daño: una perspectiva psicosocial, un documento construido por la Pontificia Universidad Javeriana con el apoyo del Programa de Alianzas para la Reconciliación (PAR), de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y ACDI/VOCA y que será revelado el martes.
Este trabajo se alimenta de las opiniones y del trabajo de 70 expertos colombianos -psiquiatras, psicoanalistas, antropólogos, periodistas regionales y de las capitales, entre otros- y de una extensa revisión bibliográfica de procesos de reconciliación y del impacto de la comunicación en la salud mental en países que han padecido dictaduras y guerras internas, como Sudáfrica, Irlanda, El Salvador, Guatemala y Perú.
Dos principios orientaron la construcción del documento: el enfoque psicosocial y la acción sin daño. El primero analiza la relación que existe entre los factores psicológicos y los factores derivados del contexto social (la relación con las instituciones, los estigmas de las comunidades) en el bienestar emocional de las personas, lo que permite entender el impacto del conflicto armado en la salud mental de los colombianos.
El segundo es un concepto de la economista estadounidense Mary Anderson, cimentado en experiencias de organismos de cooperación internacional en territorios sacudidos por la guerra. La autora plantea que en toda sociedad existen factores que conectan a las personas y factores que dividen; los lazos que unen son los que permiten construir paz. Tanto el enfoque psicosocial como la acción sin daño conducen a promover la salud mental. Para enfrentar los dolores cotidianos, las personas deben armarse con una serie de recursos psicológicos, y es ahí donde la comunicación cobra importancia.
Para Manuel Muñoz, director del Instituto de Estudios Interculturales de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, y también coautor del documento, los medios de comunicación son vehículos fundamentales para recuperar la dignidad de los afectados por la guerra. “Al victimario solo le podemos encarcelar una vida, así haya destruido una, cien o mil. Por eso la justicia posible para las víctimas depende de la verdad; esta enfrenta al victimario al dolor que ha causado y pone freno al espiral de violencia que reeditan víctimas y victimarios. Los medios son esenciales porque su horizonte es la veracidad de los hechos”.