En Tumaco se produjeron las pérdidas más grandes para el sector, señala experto
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Los productores de palma del país se dieron cita en Bogotá y concluyeron que el gran problema a vencer es, sin duda alguna, el cambio climático tanto por exceso de lluvias como por déficit hídrico en algunas zonas. El gran problema dicen los productores no es ninguna fantasía y sí por el contrario una cruda y desafiante realidad.
El director General de la Corporación Centro de Investigación en Palma de Aceite, Cenipalma, Alexandre Cooman, aseguró que lamentablemente el cambio climático ha castigado duramente a Colombia, a tal punto que podría decirse que el país puede ser uno de los más afectados por este factor.
Indicó que la pudrición de Cogollo es una enfermedad cuyo patógeno es feliz en exceso de agua, razón por la cual en tiempos de mayor pluviometría, los daños suelen ser más devastadores tal y como pasó con la ola invernal de 2009 y 2010 cuando explotó el lío epidémico de esta enfermedad en la zona central, puntualmente en Puerto Wilches.
“El cambio climático es una amenaza real para la situación fitosanitaria porque no solamente expone los cultivos a la pudrición del cogollo sino a otras plagas que llegan con la sequía, es decir que la siembra es susceptible a daños graves con los extremos a los que ha llegado el clima”, explicó Cooman.
Una de las zonas que resultó fuertemente impactada y afectada por la pudrición del cogollo fue Tumaco en el sur del país, pero en donde afortunadamente hay una importante renovación por los inmejorables resultados de los materiales híbridos que resultaron muy resistentes, lo que explica la baja incidencia de la enfermedad.
Agro en problemas
La agricultura toda, manifestó, está acorralada por el cambio climático que es una realidad que hay que enfrentar con todas las herramientas posibles. Añadió que la actividad agrícola tiene la peculiaridad de estar sometida al medio ambiente lo cual hace que un buen predio ubicado en una zona óptima y con buenos suelos sea todo un acertijo porque en asuntos de clima el común denominador es la incertidumbre.
Sobre los posibles incumplimientos al protocolo de Kioto el cual fue adoptado el 11 de diciembre de 1997, en declaraciones al portal Diariolaeconomia.com, el dirigente sostuvo que en el sector palmero se ven unas oportunidades muy grandes en cuanto a poder aportar una mitigación del cambio climático.
“Este cultivo que por su característica, tiene una fijación de carbono importante es una buena noticia así como los ciclos de vida que se le han hecho al aceite de palma y al biodiesel que implican un beneficio ambiental determinante, luego sí estamos aportando al medio ambiente, pero dependemos de los entes que regulan el biodiesel para que podamos tener más participación de nuestro producto en el mercado y por consiguiente aportar con la mitigación del efecto invernadero”, expuso.
Actualmente la mezcla de biodiesel es del 10%, lo que a criterio de Fedepalma podría ser mayor, pues técnicamente es totalmente viable, pero eso no depende de los productores del aceite de palma sino de los agentes reguladores en el país.
“Decir que al mundo le quedó grande el protocolo de Kioto suena quizás exagerado, yo no me iría tan lejos, creo que sí hay mucha consciencia, pero creo que buscar ese balance entre la actividad económica del momento y una visión más a largo plazo es un equilibrio difícil de lograr. Desafortunadamente el mundo político muchas veces se mueve en tiempos muy cortos, factor que no permite que una política tenga viabilidad a mediano o largo plazo, de todas maneras hay que esperar que logremos una visión y una implementación para poder tener una producción mucho más sostenible y amigable con el medio ambiente y en línea con los acuerdos que hay a nivel internacional”, concluyó el Director General de Cenipalma.
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