Pacto agrario, un tema de nunca acabar | El Nuevo Siglo
Jueves, 12 de Febrero de 2015

El rifirrafe por el cumplimiento del Gobierno al campesinado colombiano es un tema de nunca acabar y cada quien tiene su propia versión. El Ejecutivo insiste en que se han ejecutado los compromisos, las dignidades lo refutan y la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) afirma que se desfiguró el verdadero propósito.

Por un lado, recientemente el viceministro de Agricultura, Aníbal Fernández de Soto, se comprometió con los dirigentes de Antioquia a ejecutar, antes de que finalice marzo, “los proyectos productivos del pacto agrario y los de los 90 mil millones de pesos de priorización de acciones que anunció el Ministro Iragorri en diciembre”.

En el caso del pacto agrario, Fernández de Soto explicó que “se presentaron 360 proyectos productivos, entre los que hay 40 de vivienda rural y otros más de empleo rural. Todos están en etapa de evaluación y antes del primer trimestre del año estarán en ejecución los proyectos viabilizados técnica y financieramente”.

Declaración que fue antecedida por lo dicho hace pocos días por el ministro de Agricultura Aurelio Iragorri, en desarrollo del Consejo de Ministros cuando presentó las acciones que viene realizando para cumplirles a los campesinos y desarrollar el campo colombiano.

Entre otras cosas, reiteró que “se han tenido en cuenta tres documentos fundamentales para la construcción de políticas para el sector agropecuario: las recomendaciones de la Misión Rural, las más de 900 propuestas del Pacto Agrario y el Censo Agropecuario”.

Política

Los ejes de la política incluyen acceso y formalización de tierras, acabar con las desigualdades en el campo, la incorporación productiva de los campesinos, menos subsidios y más dotación de bienes y servicios que beneficien a un mayor número de campesinos. Esa es la recomendación de la Misión Rural, frente a lo cual el Ministro puso como ejemplo al sector cafetero y el proceso de renovación de cultivos, gracias a lo cual se logró llegar otra vez a una producción de 12 millones de sacos.

Por otro lado, uno de los líderes de las Dignidades Agropecuarias, César Pachón, aclaró que “una cosa es pacto agrario que son los proyectos que hicieron presentar a las asociaciones campesinas, a través de los municipios, y otra cosa es el Paro Agrario que fueron acuerdos que firmamos con el Gobierno”.

En lo que respecta al paro, los temas más representativos en discusión fueron los subsidios de los insumos agrícolas y pecuarios hasta de un 30% como mínimo en el país, así como el alivio de las deudas del campesinado. “La idea es hacer una especie de condonación de intereses, cobros jurídicos y un porcentaje de la deuda; eso no ha avanzado ni en 5% porque no se asignaron los dineros”.

Para el 2014 el Gobierno anunció un monto de 5.2 billones de pesos para invertir en el agro, “inicialmente eran 1.8 billones de pesos pero por el paro agrario lo aumentaron. Ese presupuesto no se ha visto y pese a los derechos de petición no se nos ha informado en qué se ha invertido. No se alivió el tema de la deuda como se esperaba, entendemos que devolvieron más de la mitad de la plata al Tesoro de la Nación”.

Compromisos

En el tema de implementación de salvaguardias para productos básicos como papa, leche, lactosueros, fríjol, pera, cebolla cabezona y demás, “se hizo un decreto sin consultarlo con nosotros y no sirvió para nada y en este momento la importación legal de cebolla cabezona afecta el mercado nacional. Además, ellos quedaron de no firmar más TLC y en el último periodo legislativo ratificaron la Alianza del Pacífico prácticamente sin aranceles, así como el TLC con Corea que no es cierto que no afectará al campo. Si no somos competitivos en nuestra propia tierra, al otro lado del mar menos”.

Sostuvo que en el tema del medio ambiente se acordó trabajar la consulta popular para que las regiones decidan qué se hace sobre el asunto mineroenergético, pero “se incumplió”.

Ahora, el Pacto Agrario “se lo inventó el Gobierno en pleno paro agrario para desviar la atención de los acuerdos que estaban firmando con nosotros. Incluso le puso un nombre estratégico para confundir. Sentó a las federaciones y a la SAC, acordaron que en cada municipio desarrollaban 5 proyectos de 250 millones de pesos y por departamentos iban a recibir 5 proyectos de 2.500 millones de pesos cada uno”.

Distracción

Opinión similar fue la del director Ejecutivo Nacional de Dignidad Agropecuaria, Óscar Gutiérrez, quien aclaró que ellos no participaron en el Pacto Agrario “porque estaba cantado que era una política del Gobierno que tenía como objetivo entusiasmar a las comunidades, en la idea que podían fomentar proyectos y que los iban a ejecutar”.

Algunos de los puntos álgidos son los fertilizantes, las deudas de los agricultores, las salvaguardias a la producción agrícola, en el tema de la contradicción minería-agricultura “no se reunió nunca la mesa. Otro punto incumplido es el de las reformas a las federaciones”.

Descartó una nueva movilización puesto que están pendientes de presentar un acto legislativo de iniciativa popular, “para obligar la revisión de los TLC, así como buscar soberanía alimentaria. Eso lo haremos en dos años, estamos tratando de ir más allá de una simple movilización, la idea es recoger por lo menos 5 millones de firmas”.

En el otro lado está el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Rafael Mejía, quien insistió en que no tienen injerencia en este tipo de actividades, ni se han sentado en ninguna mesa para ello; “eso lo ha manejado directamente el Gobierno, pues se desfiguró completamente de lo que iba a ser y acabó siendo una serie de proyecticos territoriales, de los cuales la SAC no tiene inferencia o control”.

Argumentó que el Gobierno “no ha tomado decisiones, está construyendo la política agraria de Estado, se presentó el PND y hay que mirar cómo será la reforma tributaria con recomendaciones de la OCDE que no afecte el campo”.

Al hacer un comparativo con la situación del país hace un año, indicó que “las economías del mundo cambiaron y el petróleo se cayó, pero los fertilizantes derivados del petróleo bajaron en Colombia solo 5% aparentemente, cuando el precio se cayó a la mitad”.