Un fuerte impacto político causó el domingo en la nación sudamericana la reelección de Mauricio Macri como alcalde de la capital argentina, en un balotaje contra el candidato de Kirchner, el senador peronista Daniel Filmus, con una contundente diferencia de casi 30 puntos (64% a 35%).

 

La derrota del oficialismo en el cuarto distrito por cantidad de población se produjo en medio de la campaña para las primarias obligatorias del 14 de agosto, última votación crucial antes de las presidenciales del 23 de octubre, en las que Kirchner intentará un segundo mandato de cuatro años.

 

"Las primarias no sólo serán una suerte de elección anticipada o gran encuesta verídica, sino que también representarán una especie de gran interna abierta de la oposición", comentó el politólogo Rosendo Fraga, director de la consultora Nueva Mayoría.

 

Las primarias llevarán a 25 millones de empadronados a las urnas sólo para conocer cuántos sufragios cosecha Kirchner y cuántos cada candidato de la oposición, debido a que nadie tendrá rivales internos, todos han sido elegidos a dedo y sólo se votará a efectos de cumplir con la ley electoral.

 

Fraga indicó que "quien quede primero entre los opositores pasará a tener fuertes posibilidades de polarizar el voto contra el kirchnerismo en las presidenciales".

 

Hasta el momento, la totalidad de los sondeos adjudican a Kirchner una amplia ventaja para octubre, pero el escenario electoral se ha vuelto inestable e imprevisible, con una dura derrota del Gobierno hace una semana en Santa Fe, tercer distrito en cantidad de población de gran poderío agroindustrial.

 

"Se demostró que el kirchnerismo no es tan invencible como parecía. La idea de que Kirchner ya ganó, quedó descartada", opinó el politólogo Sergio Berensztein, director de la consultora Poliarquía.