Óscar Figueroa fue beneficiario del ICBF | El Nuevo Siglo
Martes, 12 de Febrero de 2013

Era tan sólo un niño. Óscar Figueroa apenas contaba con 12 años de edad, cuando en Cali la vida le brindó la primera gran oportunidad: participar en un campeonato de levantamiento de pesas, en el que ocupó el cuarto lugar, y desde ahí comienza en firme su carrera.

Proveniente de Zaragoza, Antioquia, como miles de colombianos que huyeron de la violencia, la familia Figueroa Mosquera se establece en el municipio de Cartago, en el Valle del Cauca.

Lo primero que hizo doña Hermelinda Mosquera fue buscar ayuda en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, porque no podía dejar solos a los niños. En la Fundación Teresita Cárdenas de Candelo fueron recibidos y allí fue educado Óscar en valores y principios junto a su hermana Juanita.

Figueroa relata que la experiencia vivida en la Fundación le dio herramientas para continuar adelante. Dice que a la edad de los 12 años viaja desde Cartago a la ciudad de Cali. Allí conoce a la primera entrenadora de pesas, Damaris Delgado, quien lo alista para su primer reto: participar en un campeonato, donde al final ocupó el cuarto lugar.

Con voz pausada, recuerda Óscar que una vez terminó su participación, Damaris lo reprendió por su resultado. En ese momento, la maestra le dijo: “¿Si ve? ¿Si ve que usted puede dar más? Pero como no entrena…”.

Y añade que eso ocurrió porque en ese tiempo no tenía la conciencia que se requería. “Entonces desde ese momento yo dije: la próxima competencia voy a ser el primero. Y así fue. Me puse más fuerte y pues gracias a Dios siempre he sido el campeón nacional desde entonces”, recuerda.

A pesar de su corta edad y desde esta primera competencia, asume con responsabilidad los nuevos retos de su vida en el levantamiento de pesas.

“Eso me hizo reflexionar —enfatiza Óscar—, pues de ahí comienza mi verdadero reto: ser campeón en mi categoría”.

“Gracias a ella (Damaris) es que tengo esta formación. Siempre fue muy exigente, y me inculcaba valores personales. La recuerdo como una gran profesora y me dejó como legado la exigencia que debe tener uno a la hora de hacer su trabajo”.

Óscar revela además que su primer Campeonato Nacional de Pesas lo consiguió en noviembre de 2005, al levantar en ese momento 65 kilos de arranque y 77 de envión, en la división de 42 kilogramos.

“Desde ahí me concienticé de que tenía que trabajar más duro”, dice y añade que sintió una gran satisfacción personal cuando quedó de campeón.

“Sabía que había ganado. Y que de ahí en adelante tenía que seguir entrenando más fuerte para mantener esa hegemonía”, continúa Figueroa y afirma que en su carrera deportiva son tantas las medallas logradas que ya se le ha olvidado la cuenta.

“Ya las cojo y sólo las cuelgo; no las cuento. Aproximadamente unas 300 medallas”, precisa.

Óscar Figueroa Hace un paréntesis para destacar que gracias a toda la experiencia y dedicación a este deporte, fue medallista de plata de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.

Sin ningún temor, sostiene que ve con preocupación los constantes desafíos que todavía deben sortear los deportistas colombianos para lograr una buena figuración en las diferentes disciplinas.

“Desafortunadamente los dirigentes aquí en Colombia no son conscientes del talento humano que hay y deberían pensar más en los atletas”, señala.

“Yo creo que lo que tiene que empezar a ser el Gobierno Nacional es incluir a los deportistas que ya son profesionales, empezarlos a incluir. Porque nosotros que tenemos conciencia en el deporte empecemos a hacer los cambios. Porque usted sabe que eso viene siendo crecimiento personal y socioeconómico para los deportistas”, comenta.

Figueroa dice que en los últimos años se ha hecho importantes avances pero que no son suficientes.

Antes de despedirse, el campeón olímpico les transmite un mensaje a los niños y niñas en el que recomienda trabajar a conciencia, porque soñar vale la pena.

“Invito a los niños y a las niñas comprometerse a trabajar duro para cumplir con los sueños, porque es bueno y vale la pena soñar. Vale la pena soñar y para cumplir un sueño hay que trabajar fuertemente. Entonces hay que trabajar siempre, siempre con constancia, perseverancia y dedicación, y mucha disciplina ante todo, teniendo claro cuál es el sueño que quiere cumplir”.

Mientras tanto y para cumplir uno de sus compromisos de buen gobierno y eficiencia, el Presidente Juan Manuel Santos rendirá cuentas a los niños y niñas sobre la gestión del Gobierno para garantizar los derechos de la infancia y la adolescencia.

En el evento, seis niños le harán preguntas al Jefe de Estado y a funcionarios del Gobierno sobre diferentes temas, al cumplirse seis años de la promulgación del Código de Infancia y Adolescencia.

*con información de la Presidencia de la República.