La oposición siria reiteró este sábado su negativa a participar en una conferencia de paz impulsada por Washington y Moscú después de que el ejército sirio leal al presidente Bashar al Asad se hiciera con el control de toda la zona de Quseir (centro), desde donde decenas de civiles y rebeldes heridos huyeron hacia el vecino Líbano en condiciones dramáticas.
La situación humanitaria en la región de Quseir, devastada después de tres semanas de combates, preocupa a la comunidad internacional. Desde marzo de 2011, el conflicto dejó más de 94.000 muertos, según una ONG, y obligó a huir a millones de sirios.
El Consejo de Seguridad de la ONU, en una declaración unánime instó al acceso "inmediato, seguro y sin obstáculos" a los civiles que necesiten ayuda en Quseir.
"Lo que ocurre en Siria en estos días cierra por completo las puertas a cualquier discusión sobre conferencias internacionales e iniciativas políticas", dijo George Sabra, líder interino de la Coalición Nacional Siria, en una conferencia de prensa en Estambul.
El dirigente opositor sirio se refería a la iniciativa encabezada por Estados Unidos y Rusia para convencer al gobierno y a los rebeldes sirios de participar en las negociaciones de paz en Ginebra
Sabra sostuvo que el Hezbolá, junto con Irán e Irak (países de mayoría chiita), se esforzaba por sumergir a Siria en un "conflicto sectario"
El 30 de mayo, la coalición ya había declarado que no participaría en ninguna negociación de paz mientras Irán y el movimiento libanés Hezbolá apoyen a las tropas regulares sirias en el terreno.
Con la ayuda del Hezbolá, el ejército sirio se hizo con el control el miércoles de la ciudad de Quseir y este sábado con el último bastión rebelde de esta región, Bueida Al Sharqiya, según la televisión pública siria y la del movimiento chiita libanés.
"Las victorias se suceden", aseguró la televisión oficial siria mostrando imágenes de la plaza principal de esta ciudad en ruinas.
La ciudad de Quseir, cercana a la frontera libanesa, se ha convertido en un símbolo tanto para el régimen como para los rebeldes. La región es estratégica porque une Damasco con el litoral, dispone de varias carreteras de aprovisionamiento de armas y despeja el camino al régimen para apoderarse de la ciudad de Homs.
"Describieron escenas de destrucción total"
Los analistas estiman que el ejército sirio lanzará ahora el asalto a la ciudad de Homs, más al norte, y a otras regiones del país de las que perdió el control desde el estallido del conflicto.
Diversos combates se producían también en otros frentes, especialmente en Alepo (norte) y en Hama (centro). La violencia en estos lugares dejó el sábado, al menos, 68 muertos en el país, según un balance provisional del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que se apoya en una red de militantes y fuentes médicas sobre el terreno.
Después del anuncio de la toma de Bueida, el opositor OSDH, con sede en el Reino Unido, expresó su preocupación por lo que pueda pasarles a los rebeldes y a los civiles que se refugiaron en esta ciudad.
Decenas de rebeldes sirios heridos y refugiados llegaron a lo largo del día a Aarsal, en Líbano, según responsables libaneses, y muchos de ellos "venían de Bueida Al Sharqiya", dijo Ahmad Hojeiri, adjunto a la alcaldía de esta localidad de mayoría sunita.
"Nunca vi nada tan duro (...). Llegaron agotados, no tienen nada, algunos llegaron andando. Hablé con algunos refugiados que describieron escenas de destrucción total", declaró a la AFP.
Un hombre "me dijo que se llegó a un acuerdo para dejar salir a la gente de Bueida. Pero cuando se marcharon, les tendieron una trampa. La mayoría de la gente de su grupo murieron o resultaron heridos", añadió.
La guerra civil en Siria exacerba las tensiones en el vecino Líbano, muy dividido entre partidarios y detractores de Asad.
Helicópteros sirios bombardearon de nuevo el viernes por la noche una región libanesa cercana a la frontera siria y partidaria de la oposición al régimen de Asad, afirmó a la AFP un responsable de los servicios de seguridad.
Este mismo sábado, el secretario general de la Coalición Nacional Siria, Mustafa Sabagh, volvió a pedir a los países occidentales que cedan armas a los grupos rebeldes.
Según Sabagh, la coalición siria ha calmado las preocupaciones de varios países sobre la transferencia de armas, pero ha recibido "en retorno apenas algunas promesas, pocas de las cuales han sido cumplidas".