Más apoyo a la población afectada por el conflicto armado y los desastres naturales, pidió ayer la subsecretaria general de Asuntos Humanitarios y Coordinadora Adjunta del Socorro de Emergencias de ONU, Kyung-wha Kang, al concluir su visita que se inició el pasado domingo, durante la cual tuvo la oportunidad de visitar el municipio de Toribío (Cauca) y altos funcionarios del Gobierno nacional. La funcionaria señaló que existen aún vacíos en la respuesta, especialmente en zonas de difícil acceso.
“La guerra aumenta la vulnerabilidad de las personas y genera más pobreza. Este conflicto armado, que se ha prolongado por más de cinco décadas, continúa generando nuevas víctimas cada día”. En ese sentido, la funcionaria de ONU hizo un llamado al Gobierno nacional y a la comunidad internacional para atender esta población. “Es de vital importancia para las personas que viven en esta situación, que se hagan todos los esfuerzos posibles para protegerlos y asistirlos, y para promover la paz.
Kyung-wha Kang dijo que “existen aún vacíos en la respuesta, especialmente en zonas de difícil acceso y donde las capacidades de las instituciones locales son limitadas. La comunidad humanitaria internacional está aquí para brindar protección, para fortalecer las capacidades y para apoyar la respuesta a los vacíos más críticos”.
ONU también dijo que Colombia es vulnerable a los desastres naturales y sufre el impacto de las inundaciones y aquellos relacionados con la degradación del medio ambiente han sido devastadores en comunidades ya afectadas por el conflicto armado, con altas tasas de pobreza y acceso limitado a servicios básicos.
Durante su visita al municipio de Toribío (Cauca), altamente afectado por el accionar de la guerrilla y en antaño por los grupos paramilitares, la señora Kang se reunió con representantes de la comunidad indígena y autoridades locales para conocer su situación. “La gente que conocí me contó que quiere la paz para poder vivir su vida sin temor”, dijo la alta funcionaria de Naciones Unidas.
Diálogos de paz
La funcionaria de ONU señaló que mientras los diálogos de paz son un paso esencial hacia la reconciliación, desde que se iniciaron las conversaciones en noviembre de 2012, se estima que cada mes cerca de 14 mil personas han sido forzadas a desplazarse y cientos han resultado muertas o heridas por minas antipersonal y otros artefactos explosivos improvisados.
“Espero que los esfuerzos de todos los colombianos y de sus líderes puedan llevar al fin del conflicto y preparen el camino para la reconciliación y una paz duradera, con la participación de todos los sectores de la sociedad”, afirmó la subsecretaria general de Asuntos Humanitarios de ONU.
Sin embargo previno que “es fundamental reconocer que una eventual firma de un acuerdo de paz no supondrá el final de la violencia para todos los colombianos. La atención humanitaria nacional e internacional para aquellos con necesidades seguirá siendo prioridad”.
Por su parte, Fabrizio Hochschild, coordinador Residente y Humanitario de ONU en Colombia, dijo que “a nosotros, Naciones Unidas, nos parece que los acuerdos en que ha llegado el proceso de paz son muy sólidos, son acuerdos sobre temas importantes para el país para transformar las regiones más pobres, para empezar con los cultivos ilícitos y del tráfico de drogas”.
El funcionario dijo que ONU espera que haya continuidad en los diálogos de paz que hoy se sostienen con las Farc, no solo porque de materializarse tendría un impacto favorable para los colombianos que sufren las consecuencias del conflicto, “pero también para la región y para el mundo”.
Añadió que será necesario desvincular la paz del ruido político que hoy vive Colombia. “A nosotros nos parece que el proceso de paz debe ser apoyado como una estrategia, como una política de Estado”, sin importar el gobierno de turno.
Hochschild dijo que “cada día que no haya paz sigue habiendo muertos entre los uniformados, las más grandes víctimas de las minas son los uniformados, muertos entre la población civil y también muertos entre la guerrilla. Sigue habiendo confinamiento de la población civil, sigue habiendo desplazamiento”.
Añadió que si un colombiano tiene la fortuna de nacer o vivir en las grandes ciudades del país, “uno va a vivir 10 años en promedio más que alguien que tiene la mala suerte de nacer en una región en donde hay conflicto”.
Efecto en las regiones
Fabrizio Hochschild dijo que hay escepticismo en algunas regiones del país frente al proceso de paz porque aún no sienten una disminución en la afectación que les deja el conflicto armado. Concretamente hizo mención de la costa del Pacífico y departamentos como Caquetá, Huila, Nariño y Putumayo.
“Se escucha este escepticismo porque aunque hay conversaciones en La Habana, la gente que vive en el conflicto cada día no siente ninguna diferencia, y creo que aunque se ha avanzado tanto en este proceso en tres puntos fundamentales, sí es tiempo de que la gente empiece a sentir el fin del conflicto”.
Añadió que además del cese el fuego por parte de la guerrilla que se ha visto en dos cortos periodos en los últimos meses, hay otras medidas que debería implementar para bajar la intensidad del conflicto y por ende su efecto sobre la población civil, como es ponerle fin al reclutamiento de niños. También, dijo, “uno puede pensar en acuerdos locales, uno puede pensar en mayor acceso a los actores humanitarios para registrar víctimas. Y esperamos como Naciones Unidas que se pueda empezar a sentir una disminución en las regiones afectadas por el conflicto”.
Por su parte, la señora Kyung-wha Kang dijo que “las personas atrapadas por el conflicto están condenadas a no salir de la pobreza, a no ser que las circunstancias físicas que las rodean cambien y proporcionen la paz”.