Diplomáticos de las Naciones Unidas denunciaron como una provocación los lanzamientos de misiles de crucero del jueves por parte de Corea del Norte aunque no se ha previsto una reunión inmediata del Consejo de Seguridad.
El embajador boliviano, Sacha Sergio Llorenty Soliz, dijo que ningún país ha pedido una reunión del Consejo "hasta ahora" e hizo hincapié en que sólo los lanzamientos de misiles balísticos y los ensayos nucleares de Pyongyang están prohibidos por la ONU y podrían desencadenar sanciones.
Su colega británico, Matthew Rycroft, señaló que -a diferencia de los lanzamientos de misiles balísticos- las pruebas de misiles de crucero, aunque "irresponsables" y "desestabilizadoras", probablemente no violen las resoluciones de la ONU que prohíben a Pyongyang las actividades con misiles balísticos.
Los misiles de crucero que Corea del Norte lanzó en su costa este el jueves fueron "mucho más lentos" que los misiles balísticos y pueden ser derribados por cañones antiaéreos, explicó Lee Il-Woo, analista de la Korea Defense Network, a la AFP.
"Condenamos las últimas provocaciones de DPRK y esperamos trabajar con nuestros colegas del Consejo sobre la mejor manera de responderles", dijo Rycroft, usando el acrónimo del nombre formal del Corea del Norte. "Es irresponsable y está desestabilizando lo que ya es una situación muy delicada", agregó.
Sin embargo aclaró: "Estamos viendo los detalles ahora, pero es posible, creo, que estén debajo del límite necesario para considerarlo una violación" de las resoluciones de la ONU.
El enviado francés, Francois Delattre, destacó la necesidad de estar en el "lado duro" de la cuestión. "Seguimos decididos a seguir adelante con nuestros socios en el Consejo de Seguridad", dijo.
El viernes, el Consejo adoptó por unanimidad una resolución elaborada por Estados Unidos que impone nuevas sanciones a un puñado de funcionarios y entidades norcoreanas, una medida que Pyongyang dijo que era "mala".
Corea del Norte ha llevado a cabo dos pruebas atómicas y decenas de lanzamientos de misiles desde el comienzo del año pasado, en su búsqueda por desarrollar un misil capaz de descargar una ojiva nuclear en terrotorio continental de Estados Unidos, algo que el presidente Donald Trump ha prometido que "no va a pasar".