El “Informe sobre el Problema de las Drogas en las Américas”, elaborado por la institución hemisférica durante el último año siguiendo el mandato de la Cumbre de las Américas celebrada en abril de 2012 en Cartagena, será entregado hoy por el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, al presidente Juan Manuel Santos.
Simultáneamente, el documento será enviado a los otros 33 Estados miembros de la OEA, a través de los representantes permanentes.
El lunes, Insulza presentará el documento públicamente, en un acto en la sede de la OEA en Washington, DC.
El documento, de aproximadamente 400 páginas, ha sido elaborado por varios equipos de trabajo de la OEA, en colaboración con todos los Estados Miembros y con el apoyo de numerosos expertos procedentes de todo el mundo, que trabajaron bajo la dirección del Secretario General Insulza.
Dividido en dos partes, el informe tiene un primer capítulo denominado “Informe Analítico”, que define el problema, explica cómo se realizó su análisis y examina las razones detrás de las diferentes políticas aplicadas por gobiernos de todo el planeta a lo largo de décadas para combatir el consumo de drogas.
El segundo capítulo, llamado “Informe de Escenarios”, presenta cuatro situaciones posibles que podrían desarrollarse en las Américas desde el presente y hasta el año 2025, dependiendo de las decisiones que tomen en el futuro los gobiernos del hemisferio.
Insulza estará en Colombia acompañado del secretario de Seguridad Multidimensional, Adam Blackwell, y del secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana Contra el Abuso de las Drogas (CICAD), Paul Simons.
A partir de la presentación del Informe encargado por los presidentes de América, la OEA espera se impulse un diálogo político al más alto nivel, cuya etapa inicial será la cita que los cancilleres del continente mantendrán durante la XLIII Asamblea General de la OEA, que se celebrará en La Antigua, Guatemala, del 4 al 6 de junio.
Para este encuentro cumbre de la Organización, el gobierno anfitrión eligió como tema central de los debates “Por una política integral de lucha contra las drogas en las Américas”.
El estudio tuvo un costo de 2,25 millones de dólares y fue financiado con aportes de los gobiernos de Brasil, Colombia, Chile, Estados Unidos, México, Panamá, Perú, Trinidad y Tobago, Uruguay y Turquía, así como del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Andina de Fomento (CAF) y varias fundaciones con financiación privada.
Legalización y formalización
Mientras en Colombia y en algunos países en vías de desarrollo se sigue debatiendo la posibilidad de despenalizar el consumo de las sustancias psicoactivas, un estudio del Grupo de Investigación en Narcóticos de la Universidad de La Sabana concluyó que la guerra contra las drogas se perdió y en consecuencia se debe replantear la estrategia para enfrentar el narcotráfico y bandas organizadas de microtráfico.
El informe también cuestiona la manera como las autoridades están enfrentando esta problemática internacional y sostiene que el negocio ha tenido cambios significativos que plantean otras dificultades para el régimen antinarcóticos actual.
El estudio, que se titula “El régimen internacional antinarcóticos: análisis crítico de la prohibición”, sostiene que el consumo de estupefacientes nunca ha sido tan alto como en la actualidad pese a las medidas de choque que han implementado los gobiernos en América Latina y Norteamérica, acciones que parecen ser insuficientes ante las alarmantes cifras de ganancias que llenan las arcas las mafias que se dedican a traficar con drogas.
Actualmente se calcula que el mercado ilicitico de estupefacientes genera ingresos superiores por 153.000 millones de dólares. Solo en el comercio de la cocaína se producen dividendos por 88.000 millones de dólares, por la heroína 55.000 millones de dólares y por los opiáceos diez mil millones.
Con relación a los principales productores de narcóticos, la investigación revela que Bolivia, Colombia y Perú siguen en el primer lugar en la producción de cocaína; y Afganistán se ubica como el principal productor de heroína.
En cifras, el informe indica que el consumo de heroína pasó en 1998 de tener un total de 12,9 millones de consumidores a 16,7 millones en 2012, es decir se incrementó en un 23% en la última década. Lo mismo sucede con la cocaína y la mariguana.
“Hoy en día hay más de 16 millones de personas que consumen cocaína y más de 170 millones que consumen mariguana. Ambas sustancias han tenido un crecimiento sostenido de consumidores en los últimos diez años de un 13 y 17%, respectivamente”, señaló Alfonso Aza, autor de la investigación.
Prohibición total no es solución
Pese a que actualmente existen iniciativas y acciones que buscan proteger la salud pública de la sociedad prohibiendo el uso y el consumo de algunas sustancias psicoactivas, según el estudio esta estrategia no está funcionando y el negocio ilícito de las drogas actualmente está produciendo consecuencias imprevistas en las que surgen preguntas incómodas para el actual régimen internacional antinarcóticos.
Para la comunidad internacional en general y especialmente para el caso colombiano, las drogas representan un fenómeno de enormes dimensiones, no solo por el número de vidas que cobra cada año por su consumo, sino también por la magnitud de las consecuencias que el narcotráfico genera en los países productores, en los de tránsito y en los consumidores.
En conclusión, pensar en la prohibición total del consumo y la producción de drogas como la única opción para ganarle la guerra al narcotráfico, es una utopía a luz de este informe académico.