Los observadores de Naciones Unidas que intentaban llegar a Al-Kubeir, lugar de una nueva masacre en Siria, fueron atacados con armas de fuego, dijo el jefe de la ONU, Ban Ki-moon, quien calificó esta última masacre de "chocante e inadmisible".
"En principio se negó el acceso a los observadores de la ONU", dijo Ban ante la Asamblea general de la ONU.
"Están tratando de llegar al lugar y fui informado hace algunos minutos que mientras lo hacen, se disparó con armas ligeras contra los observadores de la ONU", agregó.
Ban dijo asimismo ante los delegados del organismo integrado por 193 países que el presidente sirio Bashar al-Asad ha "perdido toda su legimitidad".
"El reguero de sangre lleva hacia los responsables", dijo. "Cualquier régimen o líder que tolera tales matanzas de inocentes ha perdido su fundamento humanitario", declaró el secretario general de Naciones Unidas.
"Condenamos esta innombrable barbarie y reafirmamos nuestra determinación de responsabilizar a sus autores", agregó.