La prueba que demostró que el testigo no fue suplantado debe repetirse ya que hubo errores graves en el dictamen grafológico presentado por el CTI, consideró la Procuraduría.
 

El dictamen grafológico que llevó a cabo el CTI para establecer la identidad del cabo en retiro Edgar Villamizar Espinel, implicado en las desapariciones durante la retoma del Palacio de Justicia, en 1985, tendrán que repetirse por solicitud del Ministerio Público, toda vez que hubo errores en la realización de dicha prueba.
 

En consecuencia, la prueba debe omitirse en el marco del proceso que se desarrolla en contra del coronel en retiro Edilberto Sánchez Rubiano y cuatro militares más por el caso, según lo pidió al Juzgado 55 Penal del Circuito de Bogotá la Procuraduría General.
 

No se dio un examen serio sobre las pruebas documentales presentadas por el testigo, las cuales apuntaban al hecho de que había sido suplantado en sus declaraciones en contra de un grupo de uniformados.
 

“Se limitó el estudio a tres firmas, dos de ellas obrantes en la hoja de vida y una firma originada en un documento desconocido para el proceso y los sujetos procesales, aportada por la Fiscal que instruyó el proceso, en la indagación que adelanta el ente investigativo”, manifestó el ente.