El presidente de Estados Unidos Barack Obama hizo sonar todas las alarmas este martes sobre la cura de austeridad que entrará en vigor en tres días y urgió a los republicanos en el Congreso a alcanzar un compromiso para evitar que el país "se dispare una bala en el pie".
Desde un astillero de Newport News, en Virginia (noreste), donde se construyen los portaaviones y submarinos nucleares, Obama alertó, horas después de que hablara el presidente del banco central (Fed) Ben Bernanke, que estos recortes automáticamente "debilitarán la reactivación de la economía" de Estados Unidos.
Se convertirán en un "hacha" de los gastos del Estado, estimó. "Estos recortes son malos, no son inteligentes y no son justos", dijo Obama en el amplio vestíbulo del astillero.
"Es una herida autoinfligida que puede ser evitada", advirtió.
El mandatario está intentando que la responsabilidad de la entrada en vigor de la cura de austeridad recaiga en los republicanos. Ambos partidos han sido incapaces de llegar a un acuerdo para encontrar una forma de reducir el déficit en los últimos 18 meses.
El gobierno de Obama ha intentado informar una y otra vez sobre las consecuencias concretas de los recortes: vacaciones no remuneradas para los funcionarios, más espera en los aeropuertos y menos seguridad en las fronteras.
Obama también ha dicho que los 90.000 trabajadores subcontratados por el Pentágono pueden acabar en el paro sólo en Virginia, mientras que peligran las investigaciones federales contra "criminales, que serán puestos en libertad".
"Hay demasiados republicanos en el Congreso que ahora mismo rechazan actualmente dar un pequeño paso cuando se trata de cerrar agujeros fiscales y exenciones tributarias", afirmó Obama ante centenares de obreros navales. "Esto nos bloquea", confesó.
El portavoz republicano en el Congreso John Boehner dejó a su vez al descubierto la exasperación de los líderes opositores sobre los recortes presupuestarios que se avecinan e instó a los senadores a "mover el trasero" para forjar un acuerdo y evitar una crisis.
"No creo que el presidente (Obama) se haya centrado en buscar una solución", dijo también un ofuscado Boehner a la prensa.
Nuevo plazo a finales de marzo
Los republicanos, que controlan la Cámara de Representantes -que manda sobre el presupuesto-, rechazan reforzar aumentar los impuestos, sobre todo después de haber aceptado un incremento a las rentas más altas a principios de enero.
Los conservadores acusan a Obama, un mes después de iniciar su segundo mandato, de dedicar mucho tiempo a hacer campaña para "dar miedo" a los estadounidenses, en lugar de encontrar soluciones en Washington.
Hay una parte de los republicanos que considera que la austeridad es una buena forma de recobrar la buena dirección de las finanzas del país, a pesar de que ello haya significado un importante recorte del presupuesto del Pentágono, hasta ahora la "vaca sagrada" de su partido.
Sin posible acuerdo en el horizonte de aquí al viernes, a finales de marzo puede presentarse una nueva oportunidad para negociar, cuando el Congreso renueve la financiación de las operaciones gubernamentales.
Pero, mientras pasan las semanas, los republicanos rechazan asumir la responsabilidad de los recortes. "¿Podrían aplicarse estos recortes de una forma más inteligente? Sin duda", afirmó el jefe de la minoría en el Senado, Mitch McConnell.
"Pero el presidente y sus secretarios (...) no pueden intervenir a último minuto y esperar que los estadounidenses no les echen la culpa", aseguró.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, negó que su formación no haya hecho nada para evitar la cura de austeridad, alegando que presentó dos planes alternativos que fueron votados. Obama, sin embargo, reprocha a los republicanos no haber hecho ninguna propuesta nueva.
"No tendríamos que hacer una tercera propuesta para que el Senado se mueva y haga alguna cosa", dijo el martes Boehner.
AFP