La policía tailandesa detuvo este martes a decenas de personas en el marco de un operativo para recuperar los sitios ocupados en Bangkok por los manifestantes que desde hace tres meses piden la renuncia del gobierno, señaló a la AFP un alto responsable.
Un centenar de manifestantes fueron arrestados en el complejo del ministerio de Energía por violación del estado de urgencia impuesto en la capital, precisó el jefe del Consejo de seguridad nacional, Paradorn Pattanatabut, mientras que la policía antidisturbios había sido también desplegada en los alrededores de la sede del gobierno.
"No hubo resistencia", precisó el responsable. Se vieron superados por las fuerzas policiales", añadió, al tiempo que los grupos especiales eran desplegados en los alrededores de la casa de gobierno, bloqueada por los contestatarios.
Es la primera vez desde el comienzo del movimiento antigubernamental que las autoridades detienen a tantas personas, que ocupaban o sitiaban los lugares administrativos y ministerios.
Por su lado, el gobierno ha intentado evitar los enfrentamientos de la policía con los manifestantes para limitar la violencia, que ya ha provocado once muertos.
Sin embargo, hubo una inflexión en su estrategia, el viernes, cuando la policía desalojó el campamento alrededor de la sede presidencial, que la primera ministra Yingluck Shinawatra y sus ministros no pueden utilizar desde hace ya dos meses.
Inmediatamente después de este operativo, en el que no se registraron verdaderos enfrentamientos, los militantes reconstruyeron sus barricadas con neumáticos y sacos de arena.
Este martes de mañana, el jefe de negociadores de la policía, hablando por megafonía, dio una hora de plazo a los manifestantes para abandonar su actitud, pero éstos parecieron ignorarlo.
"Ejercemos nuestro derecho de manifestar contra el gobierno", respondieron por vía similar desde el otro lado de las barreras de alambre de púas.
"Nosotros estamos aquí para proteger la 'Government House', este gobierno no puede trabajar más", declaró por su parte el portavoz del movimiento contestatario, Akanat Promphan, para quien la única solución "es que renuncie".
Puntos claves de Bangkok siguen ocupados
Sin embargo, el operativo lanzado este martes no parece, al menos por el momento, afectar a los otros campamentos instalados en ciertos puntos claves de la capital desde el comienzo, a mediados de enero, de movimiento estratégico de "parálisis" de Bangkok.
Los manifestantes, cuyo número ha disminuido sensiblemente en las últimas semanas, reclaman desde hace tres meses, además de la dimisión de la primera ministra Yingluck Shinawatra, el fin de la influencia de su hermano Thaksin, quien ocupara el cargo hasta 2006 en que fue derrocado por un golpe de Estado y es acusado de manejar al gobierno desde su exilio.
El multimillonario, acusado de seguir gobernando el país a través de su hermana, continúa siendo el principal factor de división del país pese a su exilio.
Las masas rurales y urbanas desfavorecidas del norte y noreste son fieles a Thaksin, mientras que las élites de Bangkok lo ven como una amenaza para la monarquía.
Para intentar resolver la crisis, Yingluck convocó elecciones anticipadas el 2 de febrero pasado.
Pero los manifestantes, que quieren sustituir el gobierno por un "consejo del pueblo" no electo, impidieron la votación en el 10% de los colegios electorales.
Los 28 diputados que no pudieron ser elegidos a causa de las protestas impiden que el Parlamento pueda disponer del quórum necesario del 95% para poder reunirse.
En estas condiciones, todavía no se ha anunciado ningún resultado, lo que prolonga el mandato de un gobierno con poderes limitados y vulnerable a una intervención de la justicia que, según los analistas, podría llevar a un "golpe de Estado judicial".
Tailandia se ha sumergido en una profunda crisis política. El último episodio grave, que el poder no quiere que se vuelva a repetir, tuvo lugar en 2010, cuando unos 100.000 "camisas rojas" fieles al 'clan Shinawatra' ocuparon el centro de Bangkok pidiendo la renuncia del gobierno de la época. El ejército los reprimió con un saldo de 90 muertos y 1.900 heridos./AFP