En línea con sus anuncios de comienzos de año, en el Discurso sobre el Estado de la Unión, el presidente Barack Obama presentó el presupuesto nacional que aunque centrado en una amplia reforma fiscal y un alza importante en gastos de infraestructura, investigación y defensa, mantiene en un nivel importante sus planes de ayuda para el exterior.
En tal sentido, el documento que cifra en US$4 billones el presupuesto federal 2015-2016, prevé US$1000 millones para el denominado “Plan Centroamérica”, que bajo la supervisión del vicepresidente Joe Biden se destinará a reforzar la seguridad y frenar la migración clandestina.
Lejos de ser equiparable con el Plan Colombia, pero inspirado en él, el gobierno de Barack Obama pone -en el plan de ayuda para América Latina- su mayor énfasis en su plan de ayudas para América Latina en tres países centroamericanos (El Salvador, Honduras y Guatemala), aunque manteniendo los recursos que, desde hace años, destina a otras naciones como Colombia y México.
Este nuevo enfoque fue explicado por el vicepresidente Joe Biden en una reciente columna en el diario The New York Times, donde anticipó que la partida que Obama solicita al Congreso para Centroamérica tiene como objetivo ayudar a los líderes de la región a emprender las reformas e inversiones necesarias para enfrentar los acuciantes retos económicos y de seguridad.
"La seguridad y prosperidad de Centroamérica están inexorablemente unidas a la nuestra…El coste de invertir ahora en una Centroamérica segura y próspera es modesto si lo comparamos con el coste de dejar que se enconen la violencia y la pobreza", esgrimió en su escrito Biden, en el que también citó como ejemplo los exitosos resultados del Plan Colombia.
"En 1999 iniciamos esa estrategia para combatir el tráfico de drogas, la pobreza y la corrupción institucional que amenazaban con convertir al país (Colombia) en un Estado fallido y hoy, quince años después, es un país transformado", señaló en el vicepresidente.
Y precisamente, esos recursos que Estados Unidos hace década y media comenzó a destinar a Colombia, inicialmente para la lucha antidroga, fueron ampliados a otros ámbitos como capacitación para el sector judicial, promoción de los derechos humanos, y para el desarrollo económico, entre otros, y se mantienen aunque en menor proporción, dado el contundente éxito de la ofensiva contra el narcotráfico.
Así las cosas, en el presupuesto federal enviado ayer por Obama al Congreso, solicita para Colombia US$290 millones, diez millones de dólares más respecto al año anterior, cuando finalmente el Congreso le aprobó US$320 millones.
En la solicitud de Obama para el año 2016, se establecen US$141,3 millones para programas de desminado y antinarcóticos, y el resto para otros programas de desarrollo y fortalecimiento institucional.
El monto de la ayuda que recibirá tanto Colombia como el Plan Centroamérica, lo determinará el nuevo Congreso, ahora bajo la batuta republicana.
Reformas y más gasto
El presupuesto Federal presentado por Obama se centra en una amplia reforma fiscal y un alza importante de los gastos en infraestructura, investigación y defensa, lo que casi que de inmediato chocó con los republicanos del Parlamento.
A dos años de dejar el poder, su propuesta, que contempla un incremento de la carga fiscal sobre los más ricos apunta no solo a sentar las bases del gasto público sino también a marcar el tono de la campaña para las presidenciales de 2016.
"En momentos en que nuestra economía crece, nuestras empresas crean empleos a un ritmo sin precedentes desde los años 90, y con salarios que comienzan a subir, debemos hacer elecciones fundamentales para (construir) el país que queremos ser", dijo en un breve discurso en Washington.
Obama recordó la reducción del déficit fiscal, que en 2014 pasó a menos del 3% del PIB por primera vez desde 2007, y consideró que Estados Unidos puede "invertir siendo fiscalmente responsable".
El mandatario propone un plan de inversiones de seis años en infraestructura por 478.000 millones de dólares. Este monto sería financiado en parte por un impuesto sobre las ganancias en el extranjero de las empresas estadounidenses. (Ver nota anexa)
Para el ejercicio 2016, el déficit presupuestario se mantendrá por debajo del 3%. Equivaldría a 474.000 millones dólares o 2,5% del PIB. La deuda pública federal representaría el 75% del Producto Interno Bruto. Para 2015, el gobierno estadounidense prevé un crecimiento del 3,1%.
De otra parte, el presidente Obama buscará revertir los recortes presupuestarios automáticos, que comenzaron a aplicarse en 2013, aumentando los gastos en 74.000 millones de dólares - la mitad irá al gasto militar- en relación al límite autorizado.
"Si el Congreso rechaza mi propuesta y se niega a dar marcha atrás sobre estos recortes automáticos, pondrá en peligro nuestra economía y ejército", advirtió el mandatario en un editorial publicado en el portal electrónico The Huffington Post.
Para el año fiscal 2016 (que comienza el 1 de octubre de 2015), el presupuesto propone aumentar a US$585.000 millones el gasto militar, un aumento de US$38.000 millones respecto al año anterior. De este total, US$50.900 millones serían destinados a Afganistán y a las operaciones militares contra el grupo Estado Islámico en Irak y Siria.
Otro tema de disputa entre la Casa Blanca y la oposición son los recursos para el Departamento de Seguridad Interior -que incluye las tareas de seguridad fronteriza y servicios de inmigración-, y que los adversarios del presidente se niegan a aprobar para frenar la implementación de las reformas migratorias de Obama. El financiamiento para ese departamento expira el 27 de febrero./EL NUEVO SIGLO – AFP