Nueva forma para financiar la educación superior | El Nuevo Siglo
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Domingo, 24 de Diciembre de 2017
Mario F. Hurtado
Esta semana el Congreso aprobó la Ley de Financiación Contingente al ingreso. Este programa será una nueva opción para ingresar a la universidad
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COLOMBIA ha diseñado un sistema de educación mixto, en el que un porcentaje lo aporta el Estado con el recaudo de los impuestos y la otra parte viene de iniciativas privadas o públicas que se han creado. Es decir, en 200 años no hemos encontrado otras alternativas ni formas de conseguir recursos para la educación superior. Hoy cerca de dos puntos del PIB es lo que se invierte en educación superior; un punto lo aporta el Estado con el recaudo de impuestos y en su mayoría se destina para el funcionamiento de las universidades públicas; el otro uno por ciento se recauda con el pago de las matrículas de la mayoría de los estudiantes que van a la educación privada. Lo cierto es que en Colombia se necesita pensar en que los estudiantes conozcan lo que cuesta la inversión en educación.  

Este cálculo se puede determinar por los informes  de la OCDE, según los cuáles en Colombia el nivel de deserción en la educación media (secundaria) es del 28%, eso quiere decir que los jóvenes que terminan el bachillerato y son aptos para ingresar a la educación superior son el 72% de los que comenzaron. Si pensamos en darle acceso a la educación superior a todos, se podría hacer un cálculo que el 60% pudiese ingresar a la educación técnica y tecnológica y el 40% a la educación universitaria, esto teniendo en cuenta las tendencias globales y las necesidades de los países con un crecimiento económico sostenido. Así que, para poder ofrecer educación a esos porcentajes de población calculados de forma conservadora, se requieren aproximadamente 17 billones de pesos más. El doble de lo que se invierte hoy.

La realidad, miles de colombianos que quieren acceder a la educación superior no pueden hacerlo. Porque no pasan a las universidades públicas que cada vez restringen más el acceso y porque los grandes beneficiarios de la educación subsidiada nunca retornan al sistema  de aportes para su sostenibilidad. Por eso, siempre se hizo necesario pensar en otras alternativas de financiación.

 

¿Cómo lograrlo?

La semana pasada se dio un gran paso. Se logró la aprobación de un proyecto de Ley para que se desarrolle la Financiación Contingente al Ingreso. ¿En qué consiste? Es un modelo que se ha implementado en varios países en el cual la forma como se accede a la financiación cambia, y responde a una revolución educativa.

Quien lidera todo este proceso es el Icetex. Es un modelo que va a cambiar la forma de crédito tradicional. Una persona debe ser admitida en una institución de educación superior y presentar la solicitud al programa. FCI no es un crédito educativo. El Icetex recibirá aportes cuando el beneficiario empieza a trabajar y a recibir ingresos y de acuerdo a lo que comience a ganar.


Entre los beneficios que plantea FCI se encuentran: que no se necesita codeudor, tampoco hay cobro de intereses.

 

Además:


· No hay reportes en las centrales de riesgo.
· Inexistencia de la mora ni los intereses de mora.
· No se requiere estudio de crédito.
· Tampoco contempla la capitalización de intereses.
· Sin cobros durante periodos de desempleo. Tampoco hay cobro de cartera.

 

El modelo FCI - Contribución solidaria busca crear un fondo donde la persona que se beneficia cuando se gradúa comience a pagar un aporte de acuerdo a sus ingresos para que otras personas puedan acceder a la educación superior. El modelo se ha implementado con éxito en Australia, Hungría, Nueva Zelanda, Namibia y otros 20 países más lo han implementado.


FCI, además, permite comprender que es importante seguir pensando en otras alternativas planteadas que pueden ser integradas o complementarias y buscan resolver el problema de financiar la educación superior. FCI es hoy uno de ellos porque:

  1. Implica dedicar una tasa a los que se gradúan, en especial a los que recibieron educación gratuita o a bajo costo y que retribuyan a sus universidades cuando comiencen a devengar más de tres salarios mínimos. Es una estrategia de retribución por la formación y el aprendizaje.
  2. Que todos accedan a la educación superior con el programa, se gradúen y consigan un empleo estable, paguen un porcentaje por un tiempo determinado. Esto se podría determinar a partir de dos salarios mínimos de ingreso.

Para miles de colombianos es la oportunidad de ingresar sin créditos a la educación superior, también permitirá acceder a programas técnicos. Es un camino que puede revolucionar los sistemas de financiamiento y cerrar las brechas socio – económicas en Colombia.