Por Álvaro Sánchez
Especial para EL NUEVO SIGLO
Por estos días se entablan interminables discusiones sobre la conservación de los páramos, su utilidad, sus posibles usos y otras decenas de asuntos atinentes a ellos, pero en realidad pocas personas conocen en detalle los aspectos referentes a los mismos y esto hace que las controversias sobre el tema pierdan seriedad y sustento científico.
Desde este contexto es imperativo saber algunas cosas fundamentales sobre los páramos como ¿Qué son? ¿Dónde están? ¿Para qué sirven? ¿Qué pasaría con nosotros si ellos desaparecen? y otros diversos aspectos de su importancia y su utilización racional. Pretendo, entonces, participar en el debate haciendo algunos aportes al conocimiento general para enriquecer los diferentes argumentos.
¿Qué es un páramo? Existen miles de definiciones de diversa índole sobre el término, pero quizá la más acertada de todas es la siguiente: “El páramo es un sistema de montaña intertropical en el cual predomina la vegetación de tipo matorral y está ubicado sobre los 3.000 metros de altura”. Leyendoesta definición no es difícil comprender que Colombia está en una situación privilegiada para tener en su territorio la mayor cantidad de páramos del planeta. Estamos ubicados entre los trópicos y poseemos sistemas montañosos en los cuales abundan las alturas superiores a la cota mencionada y aún se mantiene alguna vegetación nativa.
Desde Caldas y Mutis se comenzó a analizar los ecosistemas propios de estas tierras altas, su vegetación, flora, fauna y paisaje. Posteriormente Don José Catruescas, por el año de 1957, delimitó los páramos y generó algunas clasificaciones de los mismos. De esta manera se llegó a definir que los páramos tienen tres diferentes formaciones, que se determinan así:
· Sub-páramo: situado entre los 3.000 y los 3.500 metros (en algunos casos pueden comenzar desde los 2.800 metros)
· Páramo: ubicado entre los 3.500 y los 4.000 metros de altura.
· Súper-páramo: localizado por encima de los 4.00 metros de altura.
¿En dónde están? La mayoría de ellos se concentra en la cordillera Oriental. Tanto los que se encuentran aquí como los ubicados en la cordillera Occidental tienen altos índices de humedad relativa. Los que se ubican en la cordillera Central son mucho más secos y con menos vientos. Y los pertenecientes a la Sierra Nevada tienen características atípicas pues su vegetación es bastante distinta y sus suelos tienen un origen diferente.
Biólogos y ecólogos han intentado recientemente asociar a esta clasificación factores diferentes a la altura tales como pluviometría, temperatura, hielos o heladas, acidez del suelo y luminosidad, entre otras muchas. Pero cualquiera que se tome de ellas, nos llevará a que la clasificación original se aproxima mucho a las mismas.
En resumen, en 638 municipios y 26 departamentos del país se tiene territorio en zonas de páramo y más del 32% de nuestra población tiene algún tipo de relación o contacto directo con los mismos.
Riqueza sin fin
¿Qué flora y fauna hay en nuestros páramos? Se debe tener en cuenta que las condiciones extremas que se presentan en estas alturas hacen que, en comparación con los ecosistemas de selva o de bosque andino, exista un bajo número de especies de flora y fauna. Lo anterior no significa de ninguna manera que sean menos importantes, tal vez sea un indicador de su fragilidad y de la necesidad de protegerlos.
Es importante sí saber que por esa misma razón estos son los ecosistemas que muestran un mayor número de especies endémicas, de especies amenazadas y, en general, de especies irremplazables para la supervivencia en el planeta. En algunos de nuestros páramos el endemismo desborda el concepto de páramo y llega a ser de uno solo de ellos.
Según estudios realizados en los páramos de Colombia en nuestros páramos hay cerca de 3.675 plantas vasculares, 879 especies de musgos y hepáticas y 94 especies de anfibios (Tesis de grado Reina Pérez-Unal 2013), cifras nada despreciables para una cobertura del 3.21% de la superficie del país.
En cuanto a la vegetación, las especies dominantes son los pastos secos y las plantas arrosetadas como los frailejones; también se encuentran en cantidad los cardos, los helechos, los geranios, los chochos y cientos de orquídeas y de otros tipos de parásitas. Existe también vegetación de arbustos o árboles de bajo porte que crecen en forma dispersa o en pequeñas áreas definidas de bosques, algunos de ellos han venido desapareciendo por cuanto han sido cortados para su uso como leña ya que no suelen tener suficiente dureza para utilizar su madera.
Los animales de nuestros páramos no son fáciles de observar a simple vista, ya que son agiles, tímidos y se mimetizan con gran facilidad; entre ellos se encuentran ranas y lagartijas, arañas y larvas de varios insectos, cucarachas y gorgojos. De otra parte, y debido a la altura, no se encuentran o se encuentran en pequeñas cantidades: hormigas, zancudos u otros insectos, comejenes y termitas; las mariposas suelen ser de colores obscuros y difícilmente se ven especies brillantes o llamativas a simple vista. También existen algunos murciélagos y roedores marsupiales y musarañas. Capítulo aparte merecen: el oso de anteojos, la danta de páramo, el puma, los venados y el conejo.
En general no existen peces, la excepción es la trucha arco iris que es una especie invasiva traída de lagos norteamericanos y coadyuvó en la extinción de la única especie de peces que alguna vez existió, el pez graso.
En cuanto a las aves existe una gran variedad encabezada ni más ni menos que por nuestro cóndor de los andes y compuesta por una importante cantidad de colibríes y muchas aves de pequeña envergadura entre las que se cuentan pericos, garrapateros, copetones y otras varias.
Aun cuando ya expresé la gran cantidad de municipios y de personas que tienen alguna vinculación con los páramos, también es procedente decir que, dadas las condiciones agrestes de estos entornos, son muy pocos los humanos que habitan directamente en la zona, por lo menos en forma permanente. Esto no ha sido siempre así, nuestros antepasados muiscas consideraban sagradas las lagunas de los páramos y las protegían estableciendo movimientos nómadas que controlaban el ingreso y el comportamiento acorde con los principios de la naturaleza.
Hoy en día los principales habitantes del páramo son campesinos o desplazados, ellos se dedican sobre todo al cultivo de papa y de algunas hortalizas resistentes así como a la ganadería de leche. Sin mayor conocimiento de la riqueza que tienen en sus manos cazan, cortan arbustos y siembran en zonas que consideran rastrojo; algunos pocos han desarrollado en forma ancestral minería artesanal.
Importancia estratégica
En primer término, se debe decir que los páramos son los grandes reguladores hídricos, muestra de ello es el páramo de Sumapaz que podría suministrar agua a todo el país y que hace años debió ser declarado patrimonio hídrico de la humanidad. También es destacable su labor como sumideros de carbono y productores de oxígeno aun cuando Colombia solo aporta el 0,3% de los gases de efecto invernadero del planeta. Sin embargo es claro que el carbono capturado es muy importante para controlar el fenómeno del calentamiento global.
Si disminuyera el área de páramos en el país enfrentaríamos un aumento global de los gases de efecto invernadero y dado el carácter endémico de muchas de las especies que componen su flora y su fauna, sería prácticamente imposible revertir el daño causado al planeta.
Hoy por hoy las áreas de páramos en el país siguen siendo depredadas aun cuando existe legislación suficiente para protegerlos. Las causas principales son como siempre antrópicas, no en vano el hombre es considerado el mayor enemigo de su propia supervivencia. Veamos algunas de las causas:
· Aumento del área de cultivos, sean estos lícitos o ilícitos, principalmente cultivos de papa y de amapola.
· Aumento de la frontera ganadera.
· Aumento global de la temperatura que afecta a los débiles ecosistemas de páramo.
· A pesar de la delimitación de páramos realizada por el Instituto Von Humboldt el 85% de nuestros páramos continúan siendo propiedad privada y no pertenece a los sistemas de parques nacionales.
· Debilidad institucional en el control efectivo de la actividad en los páramos.
· Debilidad en los sistemas económicos de incentivos para la conservación.
Algunas consideraciones
Valga decir que para bien del país la Corte Constitucional acaba de decidir sobre la prohibición de realizar actividades mineras en nuestros páramos. Esto es loable pero no tendrá efectos prácticos mientras no venga acompañado de algunas medidas adicionales que permitan su estricto cumplimiento:
· Posibilidades de actividades económicas alternativas que permitan abandonar actividades depredadoras. Ya escribía Al Gore: “No hay ecosistema que sobreviva a la miseria”
· Aumento de la vigilancia y del control por parte de la Fuerza Pública para evitar que algunos desadaptados sigan depredando estos ecosistemas.
· Fortalecimiento de los sistemas de educación ambiental en todos los niveles educativos.
· Fortalecimiento de las corporaciones autónomas regionales para dedicar mayores recursos a la reforestación y al cuidado de nuestros páramos.
· Creación de sistemas efectivos y eficientes de compensación por conservación para lograr que los habitantes de los páramos puedan vivir de su protección y no de su destrucción.
· Capacitación de los funcionarios de la Fiscalía para hacer más efectivo el control judicial a la depredación.
Desde hace varias décadas se lanzan alertas permanentes sobre los problemas que el ser humano está generando en el planeta. Ya va siendo hora de que hagamos un esfuerzo colectivo por solucionar y revertir estos procesos; poco tiempo nos queda para lograrlo pero aún vale la pena intentarlo.
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