Domingo, 21 de Agosto de 2011
Noruega homenajeó este domingo a los 77 muertos en la matanza de la isla de Utoya y el atentado previo llevados a cabo por un ultraderechista el pasado 22 de julio.
Unos 6.700 supervivientes, parientes de fallecidos y socorristas, así como la familia real y dirigentes de otros países nórdicos, se reunieron en una sala de concierto de Oslo con algunos de los artistas más famosos del país, como el grupo de pop A-ha.
El primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, agradeció la reacción de "apertura" y "tolerancia" mostrada por sus conciudadanos frente a la matanza, y les instó a mantener la cohesión nacional que surgió tras los ataques perpetrados por Anders Behring Breivik.
"Allí donde viváis, sea cual sea el Dios al que recéis, cada uno puede asumir parte de las responsabilidades, cada uno puede velar por la libertad", añadió.
"Juntos, forjamos vínculos irrompibles de empatía, de democracia y de seguridad. Es nuestra muralla contra la violencia", proclamó Stoltenberg.
Además de la actuación de grupos musicales, se decidió incluir en la ceremonia una lectura en voz alta de los nombres de las 77 personas fallecidas, en su mayoría jóvenes laboristas, por parte de actores noruegos.
La artista Haddy N'jie, de padre gambiano y madre noruega, condujo el evento durante el que difundió mensajes de amor y paz enviados por dirigentes de todas las religiones.
"Nunca más otro 22 de julio. Nunca más ira", escribió Adrian Pracon, uno de los supervivientes del tiroteo en su Twitter durante la ceremonia.
"Ahora aprecio mucho más las cosas, como esperar el autobus y sentirme viva o estar en el bus y sentir que se mueve", declaró otra superviviente, Prableen Kaur, en un mensaje grabado.
Entre las personalidades que asistieron al homenaje se encontraban los dirigentes de otros países, como los presidentes islandés Olafur Ragnar Grimsson y finlandés Tarja Halonen, todos los jefes de gobierno de los países nórdicos, la princesa heredera de Suecia y el príncipe Federico de Dinamarca.
"Ya hemos usado casi todas las palabras", declaró el rey Harald V de Noruega, tratando de no estallar en sollozos, al iniciarse la ceremonia.
"Estas últimas semanas fueron difíciles para nosotros, pero es bueno para todos nosotros reunirnos hoy aquí", dijo el monarca, vestido de traje negro y con lágrimas en los ojos.
El viernes y el sábado, cientos de supervivientes regresaron por primera vez a la isla de Utoya, donde perdieron la vida 69 personas, y recordaron cómo nadaron hasta la otra orilla o se escondieron para salvarse de la masacre, mientras otros jóvenes morían por los disparos de Breivik.
Pracon contó a la AFP que, contrariamente a otros compañeros, no logró huir nadando y vio al autor de la masacre en dos oportunidades en la pequeña isla de 0,12 km2 con forma de corazón (desde el aire).
La primera vez "me apuntó con el arma (...) y sólo atiné a decirle: 'no dispares'", tras lo cual se fue. Minutos después, casi en el mismo lugar, Pracon se hizo "el muerto", pero "igual me disparó para asegurarse de que estuviera muerto (...) y me dio en el hombro", declaró el joven de 21 años de edad.
Anders Behring Breivik confesó ser el autor del doble ataque del pasado 22 de julio. La policía tardó una hora en detenerlo, desde que empezó a recibir las primeras llamadas desde Utoya.
El viernes, el tribunal de Oslo prorrogó un mes su detención provisional en situación de aislamiento total, algo que Breivik calificó de "tortura sádica".