Al cúmulo de consejas sobre las buenas, malas o regulares relaciones entre el presidente Juan Manuel Santos y el exmandatario Álvaro Uribe, se impone una especie de punto ciego en donde realmente no se sabe nada de lo que pasa.

Eso se debe, en buena parte, a la mesura con que Santos ha manejado el asunto, asumiendo la disciplina de no responder improperios.

Por eso mismo, la víspera el Presidente dijo: “Es que yo no estoy peleando con el presidente Uribe. Él está peleando conmigo. Yo no tengo por el presidente Uribe sino respeto, admiración y gratitud”.

Con estas palabras Santos respondió anoche una pregunta de los periodistas María Isabel Rueda y Yamid Amat.

“Yo no estoy peleando con él y no voy a pelear con él. Lo he dicho desde un principio: no saldrá de mi boca”, agregó.

Sin embargo, el presidente Santos no dudó en precisar que “nunca he recibido una llamada” de Uribe y que si él “me hubiera llamado, se la hubiera respondido inmediatamente. Y nadie me ha dicho a mí que el presidente Uribe quiere verme”.

A comienzos de mes, Uribe aseguró que ha intentado “infructuosamente” acercarse a su sucesor. “No creas que yo no lo he intentando; infructuosamente, pero lo he intentado”, comentó en una entrevista.

Semanas atrás, Uribe desaprobó el revolcón estatal que inició Santos: “Me preocupa la expansión burocrática del Estado”.

El exmandatario cuestionó la creación de 23 entidades. “Uno tiene que escoger en qué se gasta el dinero estatal: en burocracia o en aquello que las comunidades necesitan. Estoy en contra de que el dinero se gaste en burocracia”, afirmó entonces Uribe.

Sobre si se ha aumentado la burocracia, Santos respondió que al exmandatario “lo informaron mal”, porque no se crearon 11.000 nuevos cargos sino solo 1.100.