La población en condición de discapacidad, sus familias, sus cuidadores y terapeutas, merecen por parte del Estado colombiano el mayor reconocimiento de sus derechos y el desarrollo de los programas que garanticen su acceso, disfrute y el mejoramiento de su calidad de vida, señaló ayer el vicepresidente Angelino Garzón, en una nueva carta abierta al país después de que sufrió un accidente cerebro-vascular que lo mantuvo lejos del cargo por más de un mes.
En la misiva el Vicepresidente señala que se deben implementar todas las estrategias necesarias para prevenir e intervenir los hechos que afectan “la movilidad, la sensorialidad y la capacidad cognitiva de los niños, niñas, jóvenes y población adulta, atenuando las cifras de discapacidad que tiene el país”.
La carta abierta surge en un momento en que el Senado ha pedido al funcionario que se someta a un examen médico para establecer su estado de salud, a lo cual Garzón se ha negado al señalar que hacerlo es un golpe a la democracia y al presidente Santos.
Garzón ha aceptado que tras el problema de salud que sufrió tiene dificultad motoras pero no cognitivas, por lo que dice estar capacitado para desempeñar su labor como Vicepresidente
“En el país, todos debemos preguntarnos ¿Quiénes son las personas con discapacidad: aquellas que con alguna deficiencia o limitación en su funcionalidad superan las barreras que el entorno social les impone? o ¿aquellas que presentan imposibilidades para su inclusión en los diferentes ámbitos escolares, laborales, y comunitarios?
Quienes presentamos un daño en nuestra salud con efectos discapacitantes, parciales o temporales, no podemos ser discriminados. Al contrario, nos mantenemos productivos en los espacios sociales de la educación, el trabajo, la comunidad, la actividad política y la familia, entre otros, cosa que nos permite eliminar obstáculos y generar espacios donde la diversidad, la diferencia y la tolerancia, son elementos aglutinantes y de construcción democrática”, señala Garzón en la misiva.