Los esfuerzos internacionales se aceleraban con importantes reuniones en Bruselas y París para organizar en Ginebra una conferencia que busque una salida al conflicto que desde hace más de dos años desangra a Siria, a pesar de las divisiones de la oposición al régimen de Bashar al Asad.
Los jefes de las diplomacias de Estados Unidos, John Kerry; de Rusia, Serguei Lavrov; y de Francia, Laurent Fabius, abordarán la cuestión a últimas horas de la tarde en París.
La nueva conferencia se denominaría "Ginebra 2", tras la celebrada en junio en esa ciudad suiza que permitió establecer una hoja de ruta para poner fin al conflicto pero que quedó en letra muerta.
Por la mañana, los 27 ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) se reunieron en Bruselas para discutir el posible suministro de armas a los rebeldes, un tema que divide al bloque.
El encuentro se lleva a cabo antes de que expire a medianoche del viernes un paquete de sanciones de la UE contra el régimen de Asad, que incluye un embargo de armas.
Gran Bretaña y Francia quieren que se mantenga el embargo contra el régimen pero que se permita armar a la oposición. Austria en cambio se opone a que se entreguen armas a los rebeldes.
Entre tanto, en Estambul, la Coalición Nacional -el mayor grupo de la oposición siria- entraba en su cuarto día de debates sin conseguir una posición consensuada sobre la participación en las negociaciones de paz impulsadas por Estados Unidos y Rusia.
Las discrepancias se centran sobre la admisión de 22 nuevos miembros en la Coalición, de los que solo fueron aprobados ocho, entre ellos Michel Kilo, un intelectual marxista y laico, perteneciente a una familia cristiana.
Por su parte, el ministro sirio de Relaciones Exteriores, Walid Muallem, confirmó el domingo la participación del gobierno de Asad en la conferencia de Ginebra a la que consideró una "buena oportunidad para una solución política".
Con el conflicto que comienza a extenderse a nivel regional, Muallem dijo que su gobierno aceptó "en principio" participar en el cónclave.
La oposición insiste en la reclamar la renuncia de Asad para poner fin a un conflicto que ya dejó unos 94.000 muertos, según un balance de una organización no gubernamental.
Ahora, forjar una posición común de cara a Ginebra es la asignatura más urgente para respaldar a los grupos armados que enfrentan a las tropas del régimen, reforzadas por el Hezbolá chiita libanés.
Dos cohetes estallaron el domingo en el bastión del Hezbolá en los suburbios sur de Beirut, en momentos en que los miembros de esa milicia combaten junto a las tropas de Asad en la localidad siria de Quseir.
El secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon se declaró el domingo "profundamente preocupado" por el papel creciente del Hezbolá en Siria y pidió redoblar los esfuerzos para impedir que el conflicto se extienda a otros países.
La semana pasada, 31 personas murieron en enfrentamientos entre defensores de Asad y opositores en el puerto norteño libanés de Trípoli.
Este lunes los combates continuaban en Quseir. El canal de televisión estatal sirio Al Ijbariya indicó que una periodista del canal, Yara Abas, murió cuando cubría la batalla por el control de la ciudad.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una ONG cercana a los rebeldes, con sede en Londres, también informó de la muerte de Yara Abas, de 26 años, y la achacó a "un francotirador cerca del aeropuerto de Dabaa".
Con este fallecimiento, ya son 23 los reporteros que perdieron la vida desde el inicio del conflicto en Siria en marzo de 2011, según un cómputo de Reporteros Sin Fronteras. También murieron 58 ciudadanos-periodistas.
El OSDH dijo además este lunes que al menos 79 combatientes del Hezbolá murieron en Quseir la semana pasada, por lo que ya son 141 miembros de esa fuerza muertos en Siria.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, advirtió el lunes que una "pesadilla" se anuncia en Siria.
"Una catástrofe humanitaria, política y social ya nos golpea (en Siria) y lo que nos espera es verdaderamente una pesadilla", dijo Pillay en Ginebra.
En tanto, el vespertino francés Le Monde denunció este lunes que el régimen sirio utilizó armas químicas contra los rebeldes en los suburbios de Damasco, en base a testimonios de dos de sus enviados especiales.