Irán y las grandes potencias retoman en Viena las delicadas negociaciones orientadas a alcanzar un acuerdo definitivo sobre el programa nuclear iraní, tres semanas después de haber logrado un acuerdo marco en Lausana (Suiza).
Los negociadores tienen 70 días por delante, hasta la fecha límite del 30 de junio, para perfilar los detalles del compromiso destinado a cerrar un asunto que tensa las relaciones internacionales desde hace 12 años.
La reunión en Viena, la primera ronda de negociaciones desde Lausana, estará encabezada por los directores políticos y durará al menos dos días.
La negociadora de la Unión Europea, Helga Schmid, conversará este miércoles con el viceministro iraní de Relaciones Exteriores, Abas Araghchi, a quienes se unirán posteriormente los representantes de las otras grandes potencias del grupo 5+1 (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y Alemania).
En una tribuna publicada el lunes en el diario New York Times, el jefe de la diplomacia iraní, Mohamad Javad Zarif, instó a todas las partes a mostrar su "liderazgo" y "audacia". "Podemos y debemos poner fin a esta crisis fabricada y seguir adelante en trabajos mucho más importantes", estimó.
El presidente estadounidense, Barack Obama, quien debe convencer aún a la oposición republicana en el Congreso, se refirió a principios de abril a la perspectiva de un "acuerdo histórico".
El objetivo de las grandes potencias es limitar las capacidades nucleares de Irán para impedirle fabricar la bomba atómica, a cambio de un levantamiento de las sanciones internacionales que asfixian su economía.
- 'Mucho camino por recorrer' -
Pero los asuntos más espinosos, entre ellos el calendario del levantamiento de sanciones y el mecanismo a aplicar en caso de que Irán no respete sus compromisos, aún deben acordarse.
El guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, ya advirtió el 9 de abril que el acuerdo marco alcanzado en Lausana una semana antes "no garantiza el acuerdo [definitivo], ni su contenido, ni siquiera que las negociaciones lleguen al final".
El secretario de Estado norteamericano John Kerry reconoció, por su parte, no tener muchas ilusiones, ya que "aún queda mucho camino por recorrer".
Washington publicó cifras muy precisas sobre la reducción de las capacidades nucleares de Teherán. Así, señaló que las reservas de uranio enriquecido de Irán se reducirían un "98%", mientras que el número de centrifugadoras, que permiten enriquecer el uranio, pasarían de las 19.000 actuales (10.200 en funcionamiento) a "6.104".
Las próximas conversaciones en la capital austríaca deberán precisar también cómo se desarrollarán las inspecciones de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA).
El primer escollo sigue siendo, no obstante, el calendario del levantamiento de las sanciones económicas de la UE y de Estados Unidos contra Teherán. El presidente iraní, Hasan Rohani, insiste en que deben levantarse "el primer día de la aplicación del acuerdo".
Sin embargo, para los países occidentales, el levantamiento debe producirse cuando la AIEA certifique que Irán inició la reducción de sus capacidades nucleares, un procedimiento que, según Kerry, podría llevar "de seis meses a un año".
Irán ha rechazado en todo momento que quiera fabricar la bomba atómica, tal y como aseguran los países occidentales, al tiempo que ha insistido en su derecho a mantener actividades nucleares con fines civiles/AFP.